El célebre alpinista, conocido por su modestia y su generosidad, murió de un ataque al corazón en el hospital de Auckland, anunció el establecimiento en un comunicado. Su estado de salud se había deteriorado en los últimos años.
"Sir Ed se describía a sí mismo como un neozelandés promedio con capacidades modestas. En realidad era un coloso", declaró la primera ministra de Nueva Zelanda, Helen Clark, en un comunicado.
"Fue una figura heroica que no sólo dominó al Everest sino que vivió su vida con determinación, humildad y generosidad", agregó.
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