Nicolás Álvarez ha vivido junto al resto de sus compañeros un campeonato histórico para el deporte español. Celebrado en Florida, los españoles han sido los primeros en conseguir que la medalla de oro vuele lejos del continente americano. La selección nacional consiguió vencer a la anfitriona y favorita, Estados Unidos, tras un gol de oro que ha dejado el marcador 11-10.

El sevillano se ha mostrado orgulloso por lo conseguido, y desde el aeropuerto pocas horas antes de coger el avión de regreso a España, ha querido mostrar su sorpresa "por la repercusión a nivel nacional e internacional, el Mundial se ha visto en muchos países y ha tenido una audiencia brutal". Reconoce que se trata de un "impulso brutal" para el polo y agradece la "magnífica organización y profesionalidad" de los anfitriones del Mundial celebrado en la localidad de Wellington, en el estado de Florida.

España no partía como favorito para proclamarse campeón, pese a que venía arrastrando "buenas sensaciones en el europeo, ganando partidos con autoridad". Soñaban con todo, pero Nicolás asegura que las expectativas eran "moderada": "Pensábamos que con suerte llegamos a semis, y ya ahí con el apoyo de los amigos y la familia podía pasar de todo". Lo que pocas veces llegaron a pensar los componentes del equipo nacional es llegar a lo que él mismo considera "todo un hito" porque "nunca había ganado un país de fuera de América".

Nicolás vive actualmente en Montequinto, y entrena en distintos sitios y fincas, sobre todo en "clubes privados". Aunque el campeón del mundo aclara que para crecer como jugador "hay que jugar polo de nivel", y para ello es importante ir a Sotogrande, donde "van los mejores jugadores". En este aspecto, tanto Nicolás como los compañeros agradecen el trabajo de la federación "con unos recursos modestos". "Tenemos más ganas que recursos", bromea Nicolás. El sevillano espera que este hito sirva "para que el CSD nos apoye con más recursos". "La federación hace todo lo que está en su mano y nos da cariño", aclara en este aspecto.

El hispalense empezó en este deporte como todos sus compañeros, "siempre hemos sido aficionados al caballo". Sobre sus inicios explica: "José Ignacio Domecq nos propuso taquear (como se le llama en el polo al golpeo de la bola con el taco) y lo hicimos en un corredero de vacas en una finca en Dos Hermanas. Nos empezó a gustar, lo practicábamos en familia, y de ahí poco a poco fuimos progresando". 

Junto a Nicolás Álvarez, también se han proclamado campeón del mundo el jerezano Luis Domecq, Nicolás Ruiz Guiñazu y Pelayo Berazadi (ambos de Sotogrande), y el también sevillano Jaime Serra, que actúa de reserva en el equipo. El equipo está dirigido por Benjamín Araya, al que considera "crucial" para el logro conseguido, al igual que todos los presidentes que han pasado por la federación en estos últimos años. "El éxito conseguido viene de muchos años de trabajo por parte de la federación, es el resultado de todo el apoyo y los años que llevan apostando por nosotros", recalca el campeón del mundo, Nicolás Álvarez, que en unas horas llegará a Sevilla junto a su familia para disfrutar del histórico triunfo.