El fútbol tiene un marcado cariz fortuito, pero toda una final se prepara desde los detalles más pequeños. Cualquier detalle puede sumar y decantar la balanza: la motivación especial, un jugador que aparece por una zona inesperada, la experiencia en finales recientes…

1 EXPERIENCIA EN FINALES. Lo decía Antonio Álvarez en el suplemento especial de la Copa que ayer publicó Diario de Sevilla: "La ansiedad es una mala compañera en las finales". Y suele pasar que le tiemblen las piernas a los jugadores sin experiencia en estos partidos a vida o muerte. En el club blanco, están aún frescas en la memoria las seis finales recientes. Palop, Adriano, Escudé, Kanoute y Jesús Navas, titulares hoy, tirarán del grupo. "Ellos enseñarán a los demás a manejar la ansiedad", opina Álvarez. El rival viene de una final aún más fresca, la de la Liga Europa. No hay ventaja psicológica para ninguno. 

2 LA ILUSIÓN. Mucha literatura ha propiciado la sequía del Pupas, que no ganaba una final desde 1996, hasta que Forlán acabó con la espera en Hamburgo. Pero este Atlético, lejos de estar saciado, se ha subido a lomos de la dinámica ganadora, y quiere hacer algo parecido a lo que ya hizo el Sevilla de Juande, no parar de ganar. Llegar a Barcelona enardecidos puede paliar toda pesadez de piernas. El Sevilla también esgrime su subidón, pues la forma de meterse en Champions anima a cualquiera. Además, está el componente anímico de dedicarle el título a ese "compañero del vestuario", según Álvarez, que se llama Puerta.

3 RESERVA DE FUERZAS. El Atlético de Madrid hizo el pasado verano lo que va a tener que hacer el Sevilla dentro de poco, adelantar la pretemporada por la previa de la Champions. Quiere ello decir que el Atlético ha jugado nada menos que 62 partidos oficiales esta temporada: 38 de Liga, 2 de previa de Champions, 6 de Champions, 8 de Liga Europa y otros 8 de Copa. Como se vio en Hamburgo ante el Fulham, las fuerzas de los rojiblancos están más bien justas. Pero Quique ha dosificado a sus mejores piezas en la Liga: algo bueno tuvo tirar la Liga hace dos meses. El Sevilla, que acumula 54 partidos, no ha podido rotar tanto y además llega tras la batalla de Almería. 

4 EL PODER DE LAS BANDAS. Los dos rivales de hoy se encomendarán a la fortaleza de sus jugadores de banda. Los sevillistas contarán con la regularidad de Jesús Navas y con el buen estado de forma actual de Diego Capel, un futbolista de más altibajos que el palaciego. Ellos buscan mucho el uno contra uno, el desborde por fuera y los centros al área, pero la ausencia de Luis Fabiano les obligará hoy a cortar más hacia dentro, tirar paredes y pases interiores. Eso, el juego por dentro, es lo que mejor interpretan los jugadores de banda del Atlético, Reyes y Simao, a quienes Quique suele ubicar a pierna cambiada para esos pases interiores (Forlán y Agüero abren pasillos y no destacan por su juego aéreo) o para armar la pierna y rematar. 

5 EL SISTEMA DEFENSIVO. Otro paralelismo se adivina atrás, con dos defensas dubitativas y a las que últimamente les cuesta tirar la línea lejos de sus porteros, de lo inseguras que se sienten. El Sevilla sigue víctima de la inmisericorde plaga de lesiones y llega a Barcelona sin Fazio ni Fernando Navarro, con Adriano tocado y Squillaci muy lejos de su mejor estado de forma por su estancia en la enfermería. Además, por delante sólo Zokora barre con eficacia. En el Atlético, Quique hizo un enroque e intercambió de posiciones a Ujfalusi por Perea. El checo da salida a la banda y cuando está, defiende. Lo malo es que a veces se anima demasiado a atacar y desprotege su espalda. El colombiano, por su parte, sigue cometiendo algún error grosero en cada partido. En el costado izquierdo, Antonio López también sube cuando Simao deja la banda y le abre pasillo, lo que debe aprovechar Navas. 

6 LOS ATAQUES. No está Luis Fabiano, y por tanto el Atlético desequilibra la balanza con su pareja de cracks, Kun-Forlán. Negredo y sobre todo Kanoute no son moco de pavo, pero el irregular rendimiento del vallecano, muy descentrado últimamente, contrasta con la enorme fiabilidad de la pareja de colchoneros, que además saben que puede ser su último partido en el Atlético. 

7 LA ESTRATEGIA. No está Dragutinovic, el gran lanzador del Sevilla esta temporada, pero es probable que vuelva Perotti para paliarlo. Con los centrales franceses, Renato, Kanoute y Negredo, los blancos mantienen mucha capacidad intimidatoria por arriba, pero la baja de Luis Fabiano se puede notar. El Atlético padece, y mucho, en esta importante faceta, por sus distracciones en la marca y sus despejes hacia zonas de peligro. El Sevilla suele defender mejor a balón parado, donde los madrileños tienen mejores lanzadores (Simao, Reyes) que rematadores.

8 LOS PORTEROS. En el Sevilla estará un jugador muy baqueteado, que decidió un título en una tanda de penaltis (Glasgow) poco después de marcar un decisivo gol de cabeza en Donetsk. Palop tiene jerarquía y personalidad, y parece repuesto de aquel error ante el japonés Honda que tanto tuvo que ver en la eliminación del Sevilla de la pasada Champions. Su colega De Gea, mucho más joven, no cuenta ni con una temporada de experiencia al máximo nivel, pero en la final de la Liga Europa no se arrugó. Ambos son muy buenos parando penaltis.

9 LA AFICIÓN. Habrán más aficionados del Atlético, pero con eso ya contaban en el Sevilla desde que la Federación Española decidió traer la final a Barcelona. Pero al final, la diferencia no será tanta. La afición sevillista ha hecho un esfuerzo enorme, incluidos 150 autobuses más los viajes particulares, los vuelos y los trenes especiales, teniendo en cuenta que se trata de viajar a 1.000 kiómetros un día laborable (difícil no perder dos días de trabajo) y con la que está cayendo en las economías domésticas. Ese esfuerzo hará que se redoble el empuje en la grada: si tan lejos han llegado, será por algo. Ambas hinchadas son ruidosas y mantienen una acendrada rivalidad, luego el pulso será también muy caliente aquí. Rompe la igualdad que los atléticos serán más. Sevilla, 8; Atlético, 9

10 LOS BANQUILLOS. Antonio Álvarez llegó a Barcelona con la valija muy vacía, apenas 10 partidos dirigiendo a un equipo del nivel del actual Sevilla. Quique Sánchez Flores, que tiene diez años menos que el marchenero, es en cambio mucho más experto, con 252 partidos dando voces en los banquillos del Getafe, el Valencia, el Benfica y el Atlético. Álvarez, eso sí, tiene el aval de su feeling especial con los jugadores, a los que trata más como amigos que como subordinados, y sabe que lo tiene casi imposible para seguir, luego su presión no será tan fuerte como la que va a soportar el ex lateral derecho. Sevilla, 6; Atlético, 7