"No hace falta ni decirlo, ni recordarlo, porque él siempre está ahí". Esta frase de Dragutinovic recoge la idea que más o menos tienen los privilegiados que, en la actual plantilla del Sevilla, tuvieron la suerte de entrenar junto a Puerta, competir hombro con hombro con él y posteriormente compartir el asueto y la complicidad de un vestuario. Allí, Antonio sacaba su gracia natural, su talante alegre y dicharachero y su enorme personalidad. Siendo de los más jóvenes de aquel plantel glorioso, se granjeó rápidamente la confianza de los pesos pesados. Y eso nadie lo olvida. Aquella etapa de oropel se cerró cuando él cerró para siempre los ojos. Y ese mismo vestuario siempre ha estado deseoso de dedicarle un título. Hoy tienen la oportunidad y no están dispuestos a desaprovecharla.

Es una cuenta pendiente, ofrecerle al héroe caído el mejor homenaje, el más inolvidable: un título. A Puerta se le han dedicado grandes momentos, eliminatorias como las semifinales de Copa ante el Getafe. O clasificaciones para la Champions. Pero nunca un momento definitivo. El Sevilla juvenil sí que lo tuvo muy presente en los títulos de la Copa del Rey de 2008 y 2009, en sus íntimas ceremonias de celebración y alborozo. Y ahora le toca a los grandes, a los del primer equipo. Al Sevilla de verdad. Ésa es la fuerza añadida del aliciente de levantar un trofeo, la foto que mejor luce en el cualquier álbum de recuerdos.

Uno de los que más apego tuvo con él, pues prácticamente ascendieron juntos desde el juvenil hasta el primer equipo, fue Jesús Navas. El palaciego, parco en palabras y tímido siempre, habla con un tono más sosegado cuando se trata de Puerta. Lo hace con naturalidad, con la confianza del amigo de siempre, de toda la vida. "Siempre lo tenemos en mente, en todo momento, y si lo podemos conseguir se va a alegrar mucho", dice con la fe de quien está convencido de que echará una mano desde el cielo.

Otro de los que lo conocieron y lo disfrutaron en persona fue Renato, uno de los jugadores más veteranos del equipo, el más antiguo de la actual plantilla junto a Jesús Navas y pieza fundamental en el Sevilla del pasado glorioso y en el Sevilla presente que hoy quiere reverdecer sus laureles. "Para nosotros es un estímulo especial poder dedicarle el título a Antonio, es alguien que seguimos teniendo muy presente, alguien que no se ha ido de nuestro lado".

A Luis Fabiano no le hizo falta que le preguntara ningún periodista. De su pluma, motu proprio, salió la siguiente frase, ilustrativa por sí sola de cuál es la intención del vestuario, en la carta de despedida antes de marcharse a Brasil para tratarse de su lesión. Así se dirigía a los hinchas y a sus compañeros de vestuario: "Antes de despedirme quiero pediros un favor: traed la Copa a Sevilla, por Antonio, por los miles de aficionados que sueñan con ella".

Por si fuera poco estímulo, hay un futbolista con muchísimo carisma que estará esta noche en el vestuario, en sillita de ruedas y pierna en ristre. El mismo que se tiró a atender el primero a Puerta cuando cayó desvanecido en Gol Sur, aquella malhadada noche de agosto de 2007, Dragutinovic, aún convaleciente de la operación en su tendón de Aquiles. "Yo no puedo jugar, pero voy a estar ahí en el vestuario, que me vean ahí, que no puedo jugar la final, y seguro que cuando me vean van a tener una fuerza especial y todos van a tener una motivación especial, porque se van a dar cuenta de que ellos sí que pueden correr, jugar, luchar por un título así".

Su sola presencia servirá para reforzar el recuerdo siempre indeleble de Puerta: "Claro que hablaré en el vestuario, pero si yo no estoy, están Palop, Kanoute, Jesús Navas,... Todos saben de la importancia de Antonio Puerta y mañana vamos a estar ahí Javi Navarro, Aitor Ocio o yo mismo, y hablaremos de él. Nunca lo vamos a olvidar. Y queremos ganar la Copa del Rey para decir, va por ti Antonio".

Aun así, el defensor serbio asegura que el espíritu del recordado zurdo sevillano acompaña siempre a los representantes de la vieja guardia. "Cada gran partido, cada gran competición, siempre tenemos en mente a Antonio para dedicárselo, siempre está ahí y siempre se va a quedar en el vestuario. Él está siempre en nuestros corazones, y mañana hablaremos de él antes de salir al campo y ojalá ganemos por él. Fue un futbolista importantísimo para nosotros, una persona tan humilde y tan grande. Siempre lo llevamos con nosotros, donde vayamos", dice el jugador de 34 años en una cascada de palabras imparable. La emoción de su recuerdo le sale por la boca a borbotones. Tan profunda es la huella...