La previa

Puntos, fuera o en casa pero puntos...

  • Tras la imagen efectista en Can Barça, el Sevilla vuelve a su fortín cuando ya sí que no puede fallar más.

La Liga enfila su tramo final. Es un hecho. Llegado marzo, quien no se ha posicionado de cara a sus objetivos, ya puede empezar a despedirse y eso tiene mucho que ver con este Sevilla que, haya ganado o no haya ganado fuera de casa -se podría decir que a veces la anécdota supera la ficción-, está en esa fase de indefinición clasificatoria en la que o sigue peleando por un objetivo mayor o se centra en lo que tiene, que no es poco.

El equipo de Emery ha logrado hace relativamente poco entrar en zona europea después de más de media liga por detrás del Celta e incluso del equipo que hoy visita el Sánchez-Pizjuán. Hay muchos puntos que lamentar de tantas comparecencias en estadios en los que está claro que el Sevilla debió salir ganador y no lo hizo. No se trata de recordarlo continuamente como si fuese una dolorosa penitencia, extremo con el que parecen disfrutar muchos miembros a los que se les llena la boca llamándose a sí mismos fiel infantería del sentimiento sevillista.

El Sevilla necesita puntos. Fuera o dentro, pero puntos al fin y al cabo. Evidentemente, cuando el campeonato avanza hacia su final y las oportunidades se reducen se hace obligatorio ganar a domicilio, aparte de los partidos como local, para, por ejemplo, alcanzar al Villarreal si es lo que se desea.

La imagen dejada en el Camp Nou, agradable a los ojos de los mismos que clamaban al cielo porque el equipo de Emery no ganó en Noruega al Molde, tiene su valor sólo en lo moral, porque clasificatoriamente no reportó nada a los nervionenses, que sin embargo, con el 1-0 con que regresaban del último desplazamiento cumplían el objetivo de entrar en el bombo de octavos de final de la UEFA Europa League, esa competición que tantas ilusiones y sueños genera en el sevillismo.

El Sevilla va a contrarreloj. La diferencia de puntos es considerable y para llegar a la cuarta plaza, teniendo en cuenta también que aún quedan esfuerzos importantes que hacer en Europa, debe empezar por recortar puntos esta misma jornada mejor que en la próxima.

Ahora toca en casa y el debate o la cantinela de ser el único equipo de la Liga que no suma una sola victoria como visitante debe quedar aparcado hasta el sábado en Getafe. Entonces ya habrá tiempo de recordarlo, igual que recordar que por el comportamiento en salidas como el Calderón, Balaídos (en ambas acabó con diez jugadores), en Vallecas si no fuera por los regalos atrás o ante el mismísimo Barcelona en su templo, esa primera victoria fuera de casa no debe tardar en llegar.

En casa todo son halagos, pero cuidado. En el fútbol profesional nadie está libre de un mal día y la temporada que está completando el Eibar por supuesto que le da para un susto en el Sánchez-Pizjuán, máxime cuando en las piernas de los jugadores sevillistas empiezan a acumularse muchos esfuerzos continuados. Para que no aparezca la fatiga muscular al tiempo que el rendimiento sigue siendo óptimo todo el cuerpo técnico estudia al detalle cada pequeña variable física o fisiológica por insignificante que sea, al margen por supuesto de los condicionantes tácticos o técnicos que puedan hacer decantar el juego hacia un lado o hacia otro.

El partido de Barcelona le ha servido a Emery para reforzar sus propios conceptos y para cimentar su discurso de cara al grupo y a sí mismo. Pero tiene la espada de Damocles sobre su cabeza el guipuzcoano, toda una paradoja cuando su Sevilla está firmando una racha histórica en su fortaleza de Eduardo Dato.

Banega, con todo lo que está rodeando a su futuro, es la gran novedad y puede ser la llave para abrir el cerrojo armero. El argentino, el gran ausente por sanción en Barcelona, vuelve a un once del que se cae por la misma causa Kolodziejczak, quien será sustutuido en el centro de la defensa por Carriço por razones evidentes: poner a Fazio a jugar en Nervión es meter una cerilla en una pirotecnia.

Respecto a lo demás, poco hay que hablar, puesto que futbolistas de los que se esperaba no sólo que apretaran, sino que fueran titulares, no se meten en la dinámica del equipo como el técnico y sus aficionados quisieran. Los nombres están en la mente de todos, así que sigue siendo la hora de los Gameiro, N'Zonzi, Vitolo, Krohn-Dehli... sobre quienes cae otra vez la responsabilidad de mantener la llama viva a pesar de que el objetivo de la Champions se va enquistando.

Todo pasa, para empezar, por hacer doblegar la rodilla esta tarde-noche al Eibar de Mendilibar. Después ya se verá... será cuestión de ganar alguna vez fuera de casa y seguir sumando puntos de todos los colores posibles. Aunque sea tapándose los oídos.

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