Dos goles, seis puntos y pleno del fútbol según Sevilla en la apasionante primera sabatina de diciembre. No pudo discurrir mejor una jornada que empezó con el Sevilla haciendo valer su potencial como anfitrión con el gol que Ocampos marcó en el primer tiempo. Y si acabó bien el inicio, qué decir del triunfo del Betis en el Camp Nou gracias al gol de un Juanmi en estado de gracia tras serle anulado otro por el bigote de una gamba.

Todo empezaba a la hora de comer con un cartel de lujo, dos equipos de Champions que a la hora de autos no iban a demostrarlo. Un partido con más interés que fútbol para que el Sevilla volviese a dejar bien claro que como anfitrión no da concesiones. Un robo de balón por el magnífico Acuña, centro de éste y gol de Ocampos. Sin apenas nada, un gol que iba a valer el enésimo triunfo del Sevilla como local y fue antes del descanso, ya que todo cambiaría a continuación.

Fue a por el partido el Villarreal, que aculó al Sevilla en su área y que si no es por el incomprensible error de Gerard Moreno le hubiera servido para pescar algo en caladero tan complicado. Y con todos en la ducha comparecía el Betis en el gran escaparate culé sin Fekir, pero con el equipo bien puesto en la cancha. Tras el inicial dominio local, los niveles fueron haciéndose parejos con buen fútbol de ambos, pero sin ocasiones de gol salvo un taconazo de Ruibal que rozó un palo.

Y el Betis lo va a pasar mal con la entrada en escena de Dembélé, pero con el orden que impone Pellegrini fue capeando el temporal y hablar con Dios en una jugada para enmarcar que iba a culminar Juanmi a poco más de diez minutos del final. Sabatina imperial para los nuestros, que están instalados en los áticos de la tabla. Bien el Sevilla certificando el carácter de fortín de Nervión y maravilloso este Betis tan organizado, tan eficaz y que tan bien juega al fútbol.