Sergio Sánchez, aunque a un ritmo muy inferior, está ya trabajando a pie de campo. El catalán, aún recuperándose de la importante intervención en el corazón a que fue sometido en Hamburgo, llegó el lunes por la noche a Costa Ballena y a la mañana siguiente ya estaba ejercitándose bajo la supervisión de los médicos en la playa.

Su mecánica de trabajo va a un nivel muy inferior. Andar para favorecer la regulación cardiovascular y alguna que otra carrerita corta. La verdad es que al futbolista hay que frenarlo. Recorrió en la playa siete kilómetros y en el campo, mientras sus compañeros trabajaban con el cuerpo técnico, se le veía tocando balón y hasta disparando a puerta. El futbolista está muy contento y hoy tiene previsto ofrecer las primeras impresiones sobre su evolución, que va siempre muy vigilada.

Y una de las novedades en el equipo de seguimiento de la plantilla esta pretemporada la traen Ramón Orellana y Nacho Oria. Se trata de unos pulsímetros inalámbricos que emiten frecuencia y cuyos datos son recibidos a tiempo real en el ordenador de los preparadores físicos. Ello permite conocer al instante y en pleno esfuerzo la frecuencia cardiaca de cada futbolista, permitiendo además en cada momento hacerles indicaciones en cuanto deban aflojar o apretar. Porque es que además cada pulsímetro está personalizado, pertenece a un jugador y tiene sus datos cardiacos almacenados, por lo que permite saber cuándo un individuo va por debajo o por encima de sus posibilidades.

La frecuencia que emiten las recibe el portátil de los preparadores físicos mediante una antena con puerto USB, una tecnología que aplican ya los equipos más importantes del país y de Europa. El Sevilla ha adquirido 30 de estos modernos pulsímetros.