Unai Emery es un hombre totalmente entregado al Sevilla Fútbol Club. Comparte su filosofía de exigencia y ambición, de reto continuo, y también ha disfrutado de la alegría con que disfruta de los títulos su gente, algo que no había saboreado antes. Esa forma de ver el fútbol y la confianza que en los malos momentos le dieron desde dentro han sido determinantes, amén de los éxitos con que ha rematado la temporada, para que firme por dos años, pese a que tenía ofertas para irse a clubes de la enjundia del Milan. El de Fuenterrabía firmó este miércoles por dos temporadas, "el formato que más satisfacía a todos", según Monchi, y lo hizo por convicción y para seguir creciendo con el Sevilla. 

Preguntado por esa opción desechada del Milan, Emery optó por centrarse en el Sevilla, al que hizo copartícipe de ese protagonismo, abandonando toda postura envanecedora. "Independientemente de cualquier nombre que pueda surgir de cara al entrenador, lo único, lo verdaderamente único de lo que quiero hablar es el Sevilla, porque todo el interés que pueda haber fuera es fruto del reconocimiento externo al trabajo del Sevilla, al trabajo de todos", dijo el técnico, al que se le insistió si no era un caramelo demasiado goloso el Milan como para no cogerlo: "El mayor caramelo es el Sevilla y estoy muy contento aquí. Si renuevo es porque me siento totalmente respaldado en la confianza y en las posibilidades de crecimiento de todos. Cualquier reconocimiento externo es un reconocimiento a todos, producto del bien hacer, y todo lo que suene el Sevilla hacia fuera es positivo". 

José Castro presentó el nuevo contrato de Emery, al que dijo que apoyará en igual medida que exigirá. "A Unai le pido que siga trabajando como hasta ahora, con esa fuerza y con ese tesón. Sin duda tendrá siempre el apoyo y la exigencia del presidente. Prometer títulos nunca se debe hacer porque es muy difícil. ¿Intentarlo? Todo. Nuestra forma de ser es así. Nosotros tenemos que meter ganas, ánimo y toda la ilusión del mundo. Nosotros no somos un equipo que nos conformemos, nuestra afición no es pasota. Nosotros tenemos que ir a lo máximo y a los jugadores nuevos que vengan les enseñaremos que hay que morir por el escudo, por el club y que hay que conseguir objetivos". 

El técnico vasco ya sabe cómo exige y cómo apoya el club por dentro y compartió ese objetivo de crecer sin fijar un objetivo concreto, ni siquiera la Champions: "El objetivo es tener una capacidad de tener un rendimiento sostenido al alza. Hemos conseguido quizás anticipar lo que se pensaba hacer en más tiempo, hacer un equipo que fuese capaz de estar en Europa y de ganar títulos. ¿Qué queremos a partir de ahora? Seguir creciendo, y tenemos mimbres para crecer". 

Emery dio dos claves de su tremenda implicación con el Sevilla. La primera, la confianza: "En Almería fue la primera vez que tenemos una conversación más profunda entre el presidente y yo y en ese momento manifestábamos lo mismo. Ellos analizaban el resultado, los resultados tienen que refrendar ese trabajo, hay momentos en los que los ha habido y otros que no, pero siempre ha habido confianza y yo en esa conversación manifesté que estábamos satisfechos, que incluso en los momentos difíciles confiábamos en la continuidad de seguir trabajando". Y la segunda, la alegría y la identificación con los colores: "El Sevilla me ha hecho ver lo que es la máxima concentración de alegría, de sentimiento o emoción sobre algo, en este caso sobre el Sevilla. El hecho de vivir eso ha sido algo grande. Ahora el objetivo es, en ese crecimiento que tengamos, seguir ilusionando, que el equipo gane, que el equipo transmita, que el equipo esté en Europa… El objetivo es mantener la ilusión y la llama para poder conseguir algo de eso".