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Un ancla de 45 millones

  • El Sevilla cierra la ampliación del contrato de Krychowiak asegurándose una gran venta y elevando en el 50% su cláusula de rescisión. Club y jugador saben que su futuro es la Premier.

El brazo ejecutivo del Sevilla cerró ayer uno de los objetivos más inmediatos en el presente curso, algo que indefectiblemente iba vinculado al funcionamiento y crecimimiento de la sociedad con la ampliación del contrato de uno de sus principales activos en la primera plantilla. Ya se dijo aquí que el modelo de negocio de este Sevilla se basa en la reactivación de activos deportivos en el mercado para un reembolso posterior que multiplique por el mayor múltiplo posible lo invertido, por regla general después del segundo año de contrato, básicamente para que al club le dé tiempo a ampliar su vinculación y, lo más importante, su cláusula de rescisión para garantizar una gran venta.

 

El pasado verano quedó comprobado que los 30 millones de penalización en caso de rescisión unilateral que figuraban en el contrato de Krychowiak se habían quedado en una cantidad pequeña, entre comillas. La experiencia vivida con Bacca, por el que el Milan pagó esa cantidad, así lo demostraba y el interés serio que varios equipos de la Premier mostraron en el polaco hicieron temer al club que, casi sin tiempo para reaccionar en la planificación, vinieran con el dinero encima de la mesa por un jugador que, por ejemplo, había seducido a Wenger, entrenador plenipotenciario del Arsenal.

 

El Sevilla, que blindó a Konoplyanka con 40 millones, había pactado con los agentes de Krychowiak darle forma a un acuerdo en el que el nudo gordiano estaba claro que iba a ser la cláusula de rescisión, toda vez que tanto club como futbolista saben que su futuro -salvo circunstancia extraña, como una lesión- está fuera de Nervión el próximo verano. Con la renovación y subida de esta cifra todos salían ganando, aunque la agencia que asesora a Krychowiak prefería que la cláusula no aumentara en el 50% que el Sevilla pretendía, es decir, 45 millones. Tras una reunión con David Manasseh, uno de sus agentes, el precio quedó fijado en esa cantidad, si bien la duración del contrato se ve aumentado sólo en una temporada (el Sevilla quería dos), es decir, si terminaba en 2018, su nuevo contrato expira en junio de 2019, aunque las partes saben a ciencia cierta que no se llevará a término.

 

A partir de ahora el Sevilla (y el jugador) tienen la sartén por el mango. El sevillismo lo disfrutará en principio esta temporada sabiendo que el avasallador poder financiero que tienen los clubes de la Premier no va a tardar mucho en aparecer por la tercera planta del Sánchez-Pizjuán. 

 

De momento, elevar su cláusula de 30 millones a 45 al menos ofrece alguna garantía más para que en el mercado de invierno el Sevilla no se quede sin un pilar básico en el esquema sin poder reaccionar. El jugador está firmado, aunque sólo falta el acto protocolario de la foto y la comunicación oficial, que puede hacerse hoy.

Conversaciones con Banega, que puede ser el próximo en renovar

El consejo ejecutivo sevillista ha cogido carrerilla en su idea de blindar a sus pilares y qué duda cabe que el argentino Éver Banega, que llegó a Nervión con muchas dudas, se ha convertido en uno de ellos. Teniendo en cuenta que el centrocampista es un jugador relativamente joven (27 años) y que ha demostrado compromiso (nivel y calidad tiene de sobra), el Sevilla se plantea hacerle un plan de futuro. Banega firmó por dos temporadas renovable una campaña más si jugaba un número de partidos que está a punto de cumplir cuando aún queda campaña por delante, pero el Sevilla quiere mejorar esas condiciones pactadas cuando llegó, toda vez que su rendimiento incluso ha atraído a grandes clubes. Hay buena sintonía y el argentino puede firmar pronto hasta 2018.

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