Es muy complicado mantener alta la guardia competitiva cuando hay tantos frentes abiertos. El Sevilla no ha tenido ni una semana limpia desde que comenzó el año 2016. Anoche jugó su decimoctavo encuentro en el periodo que va del 3 de enero al 3 de marzo, dos meses justos. Y de algún modo se tenía que notar el tremendo esfuerzo del equipo en el Camp Nou. Ante el Barcelona, gustó a propios y extraños el equipo de Unai Emery. Se lució en el mejor escenario posible, pero se vino de vacío... y con las piernas cargadas. Éste era el peligro del partido ante el Eibar, que además jugó en la jornada anterior el viernes y tuvo dos días más de descanso.

El mérito del Sevilla es que, con todo lo que lleva por delante, continúa compitiendo. En un partido anodino, un encuentro que lleva grabado a fuego el marchamo de rutinario ante un equipo que exige bastante pero cuyo azul y grana es mucho menos brillante que el del Barcelona, el Sevilla sufrió su particular anticlímax tras las fuertes emociones del Camp Nou, y lo hizo ganando. Tres puntos más y dos recortados al Villarreal, cuyo empate en Vigo entreabre esa puerta que parecía cerrada para la difícil lucha del cuarto puesto. A nueve puntos se colocó un Sevilla que recuperó el quinto puesto en detrimento del Celta, y que le sacó tres más a un rival directo como el Eibar. La jornada, en este sentido, fue casi redonda, aunque el Athletic sigue echando el aliento por detrás.

No le cabe ni un respiro al Sevilla, que debe buscar resuello entre buche y buche de agua, entre partido y partido, sin tiempo casi ni para descargar las piernas de tanta competición acumulada. Pero, entre resoplido y resoplido, ahí sigue el equipo de Unai Emery, vivito y coleando, aunque sufriendo y haciendo sufrir a los suyos, acostumbrados a estas apreturas cada vez que se acerca la primavera.

El Sevilla acumula, junto a dos de los otros tres semifinalistas de la Copa, Barça y Valencia, 18 partidos en 61 días: en su caso, diez de Liga, seis de Copa (octavos, cuartos y semifinales), y dos de Liga Europa (dieciseisavos); 19 partidos si se suma el del miércoles 30 de diciembre, con sólo tres derrotas (Granada, Barça y Molde). Y la rotación se le queda corta a Emery en la medular, con N'Zonzi y Cristóforo jugándolo casi todo. Una vez más, hay que volver el foco a su gran asignatura pendiente, los partidos a domicilio. Por ahí se le está yendo la vida en la Liga. Por ahí aún puede recuperar terreno.