El ataque de Sampaoli es una entelequia

No hay atenuante alguno al empate del Sevilla en Ipurúa, ni siquiera el hecho de que se le lesionaran los dos centrales, Rami y Carriço, quienes junto a Pareja completan ese trío de zagueros tan propenso a las roturas musculares. No hay paliativo para el sonrojante partido. Jugó toda la segunda parte con un futbolista más y con el marcador ya a favor. Disfrutó de un arreón final de unos 8 minutos ante nueve. Tras el descanso, defendía la portería eibarresa el tercer portero de los armeros, un chaval al que había que probar por alto y por bajo. Apenas lo hicieron los de blanco: en un cabezazo de Mercado, muy centrado. Sirigu tuvo más trabajo ante diez.

Defensa

Se lesionó Rami al cuarto de hora y Kolodziejcak se ubicó como central izquierdo, con Escudero en la cal. Y el francés, que ya había tomado varias decisiones erróneas con la pelota en la esquina, siguió erre que erre. Sirigu tampoco tomó buenas decisiones con el pie al darla en corto. Y el Eibar allá que se fue arriba para forzar los fallos sevillistas en la salida de balón. Todos los rivales parece que lo van a hacer ante el pretencioso plan de Sampaoli.

Que los ataques se torcieran una y otra vez en su gestación atornilló a la defensa cerca de Sirigu y amplió los espacios alrededor de Kranevitter: por delante, esa línea de cuatro que formaban Ben Yedder por la derecha, Kiyotake y Ganso por dentro más Correa a la siniestra se las vio y deseó para replegarse, fajarse con los centrocampistas eibarreses y tratar de ganar el pulso... para ganar la pelota.

Lamentable fue ese ejercicio de impotencia ante un enemigo ya con diez que siguió dominando la zona de rechace y abrió a a un extremo y otro con enorme facilidad.

Ataque

En la primera parte, el Sevilla respondió a esa eficaz presión adelantada del Eibar con un par de pases largos y precisos de Kiyotake, uno a Vietto en el gol y otro a Correa en la expulsión de Yoel. Ganso se animó también en largo. Pero el bagaje era insuficiente.

Mucho más en la segunda parte, ante un rival con diez: esa falta de sangre y su descompensación en la medular le quitó la pelota. Poco hizo por evitarlo. Y si la tuvo más al final fue porque el Eibar, con el empate y el esfuerzo, dio el paso atrás.

Virtudes

Y hasta pudo perder...

Talón de Aquiles

Hoy esa promesa de ataque a rienda suelta de Sampaoli es una entelequia. Una mentira.

Uno por uno

Sirigu Bajo palos demostró su cuajo, sus tablas. En el gol estaba a merced de Pedro León. Con la pelota en los pies, impreciso y tomando decisiones erróneas en corto.

Mercado Poco asistido por delante, sufrió en situaciones de inferioridad. Discreto con la pelota.

Rami Hasta su lesión al cuarto de hora, algún riesgo innecesario con el balón atrás.

Carriço Corrigió a Kolodziejczak más de una vez.

Kolodziejczak Desastroso en el lateral y en el eje: pésimas decisiones en el pase, malos despejes, descolocado...

Kranevitter Bastante hizo con guarecer su zona. Demasiado campo a su alrededor.

Ben Yedder Una sombra en el extremo diestro.

Kiyotake Clave en sus pases a Vietto en el gol y a Correa en la roja a Yoel. Luego, fallón.

Ganso Por ahora esa calidad en el pase, ocasional, pesa mucho menos que el déficit físico que genera en el grupo.

Correa Poderoso con metros. Le faltó continuidad.

Vietto Control y definición de calidad en el gol. Lo demás, mal. Ese remate a puerta vacía, aun con la izquierda (84'), no se puede fallar.

Escudero Tiró para arriba menos de lo que hubiera deseado. La inferioridad sevillista en el plano colectivo, aun ante diez, tuvo que ver.

Vitolo Se empeñó en solucionarlo por su cuenta en lugar de buscar los espacios que debía conceder un enemigo con uno menos.

Iborra Multiusos. Cumplió de improvisado central.