Betis Baloncesto

El Betis Baloncesto, de pretemporada en plena competición (62-56)

  • El conjunto verdiblanco pierde en Logroño ante un recién ascendido como Clavijo lastrado otra vez por un mal porcentaje desde el triple al que unió un terrorífico 18/36 desde la personal

  • Pacheco se lesionó de gravedad en el tobillo derecho y Almazán tampoco jugó por un problema personal

El local Tamba entra a canasta con facilidad ante la defensa del bético Doménech.

El local Tamba entra a canasta con facilidad ante la defensa del bético Doménech. / FEB

¿Por dónde empezar a contar un partido como fue la derrota del Betis Baloncesto por 62-56? Lo noticioso no es la derrota en sí, ya que después de siete temporadas de verdiblanco se ha perdido bastante más de lo que se ha ganado, pero sí hacerlo en LEB Oro y ante un recién ascendido como el Clavijo cuyo objetivo es la permanencia. Más ambicioso era el reto del conjunto sevillano tras la entrada del conglomerado XOY como propietario, pero los fichajes siguen en rodaje y el equipo de pretemporada con la liga ya empezada y dejó escapar el segundo partido de la temporada con multitud de fallos en el tiro.

Y es que las estadísticas son estremecedoras con un terrible 18/36 en tiros libres y un escuálido 4/22 desde el triple, algunos lanzamientos liberados, lanzando completamente solos, que evidencian más un problema de calidad que otra cosa. Y a pesar de todo ello el cuadro bético tuvo opciones hasta el final, apoyado en los errores de un rival que tiene claro que peleará por mantenerse en la categoría y los errores de Ismael Romero, el mejor de los béticos pese a todo, desde la personal: 5/16. Los contrarios ya saben que sale barato hacerle falta al pívot cubano.

La inconsistencia bética le hizo verse abajo en el marcador casi todo el encuentro. Desde el 4-5 no se vio al mando en el luminoso, lo que demuestra que no mereció ganar pese a que el Clavijo puso mucho de su parte para mantener la emoción. Porque en el segundo cuarto se estableció en la decena de puntos de renta y pese a que el Betis iba y venía a tirones, fue mejor en los momentos clave moviendo la pelota y llevándola a las posiciones en las que más daño hacía, unas veces por dentro aprovechando que el pívot cubano estaba cargado de faltas y otras por fuera al compañero liberado. Es lo que le falta al conjunto de Javi Carrasco: mover la pelota con más sentido. El equipo trató de jugar a la carrera y le fue mal. Entendió tarde que mover la pelota en ataque era mejor solución, pero los continuos errores desde el triple y las faltas sobre Romero que salían casi siempre gratis impidieron a los visitantes amenazar al rival.

Y eso que pudo empatar en el último cuarto con un triple, de esos absolutamente solo, de un Rakocevic que no está siendo el anotador esperado. Erró el escolta con 56-53 y el Clavijo buscó por dentro a Nicolau aprovechando que Romero estaba con cuatro faltas y lo dejó anotar con facilidad. Tuvo otra opción más de meter el miedo en el cuerpo a los locales, pero con 59-56 Pablo Marín se unió a la fiesta de Romero (5/16 en 11 faltas recibidas) errando los dos tiros desde la personal dejando en la línea de los 4,65 metros las opciones del Betis.

Todo en un encuentro extraño que ya empezó torcido para la escuadra andaluza con la lesión de Pacheco, que acabó en el hospital sin poder apoyar el tobillo derecho. Toca esperar parte médico del club, aunque nada se dijo de la ausencia de Pablo Almazán en el partido por un problema personal como para esperar noticias del base brasileño. Pacheco fue ala guerra solo entrando a canasta contra dos rivales y cayó mal ante Nicolau. Era la dinámica hasta hora, tirar de individualidades y así llegó la lesión de un jugador llamado a ser importante y que, sin embargo, no estaba acertado. Corría el tramo final del segundo cuarto y el Betis acababa de volver al partido superando un mal momento con el 26-15. Un parcial de 0-9 (26-24) con siete puntos seguidos de Romero (triple incluido), puso cierta normalidad al encuentro, pero de ahí al descanso el Clavijo se lo devolvió para irse a los vestuarios con una media sonrisa y un 36-25.

Nada cambió en la reanudación y el equipo riojano, que había cimentado su renta los primeros 20 minutos en un 10/13 en tiros de dos puntos y 11 asistencias (por las tres béticas) volvió a pista haciendo lo mismo: mucho pase y circulación de pelota para colocar el +12 de nuevo (40-28) aprovechando que Carrasco debía mover mucho a su banquillo por las ausencias y llegando a jugar con Fevry, Pablo Marín y el canterano Rafael Romero juntos en pista, una situación extraña en un equipo que quiere ascender. Pero el rival tampoco daba para mucho y a poco que acertara dos veces seguidas en ataque el Betis volvía al encuentro (44-40), aunque un 2+1 de Fevry sobre Coffi, bastante ajustadito, puso el 47-42 al final del tercer acto,

Diez minutos por delante y la mejor noticia para los verdiblancos era que perdían sólo de cinco puntos. Pero la dinámica del encuentro ya indicaba que o el Betis cambiaba algo o no tenía nada que hacer. Romero fallaba dese la personal y los triples, menos uno de Rogic, se quedaban todos cortos como en otro de Kuksiks con 51-46 o uno de Pablo Marín con idéntico marcador. Aun así puso el croata el 56-53, pero en los momentos decisivos nadie dio el paso adelante en el conjunto verdiblanco para asumir galones y tirar del carro de un conjunto al que le faltan piezas y calidad y ya se ha dejado dos partidos por el camino. Queda mucho trabajo por delante y todavía se está a tiempo antes de tener que recalcular la ruta del ambicioso objetivo del ascenso, que de momento queda grande.

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