Coosur Real Betis-UCAM Murcia | La crónica

El Betis quiere optar a otra Copa Princesa (55-84)

  • En un partido clave por la permanencia, al conjunto verdiblanco le pasó por encima un UCAM que demostró más deseo de triunfo

  • El descenso se aprieta y con este nivel al equipo no le da para salvar la categoría

Vasileiadis trata de taponar a Randle.

Vasileiadis trata de taponar a Randle. / F. Ruso (ACB Photo)

55-84. Poco más hace falta para explicar el ridículo que hizo el Coosur Betis en San Pablo. En un partido en el que se jugaba "la vida", según el propio Joan Plaza, acabó vapuleado por un UCAM Murcia que llegaba sin DJ Strawberry ni Jordan Davis, positivos por Covid-19, un Lima febril –curioso que viajara y jugara en esas condiciones con la que está cayendo, por mucho que en la PCR diera negativo– y un jugador con dos entrenamientos con el equipo –¡pero qué jugador!–. Con todo en contra, los de Sito Alonso tiraron de garra y sacaron del encuentro a base de intensidad defensiva al conjunto verdiblanco, que pareció asustarse al ver enfrente a un rival luchador –no se podía esperar otra cosa con Sadiel Rojas– y se desconectó del partido pensando más en las vacaciones que algunos están deseando coger que en el hecho de que el equipo se está jugando la permanencia.

Porque no hay que engañarse. La mayoría de jugadores (sólo Almazán tiene otra temporada asegurada) sabe que en verano harán las maletas para no volver. Los agentes, magos en esto del deporte profesional, no tendrán problemas para colocarlo por aquí o allá aun habiendo descendido (en caso que se dé) al Betis, por lo que no extraña la apatía, desidia y hasta alguna sonrisa perdiendo por más de 20 puntos durante el partido en algún jugador local. El marrón es para el aficionado que sufre con su equipo, el trabajador que siente el club como su casa y la imagen de una entidad que, heredera de otra que hace 10 años estuvo a punto de conquistar la Eurocup y jugar la Euroliga, de verdiblanco sus mayores gestas son un ascenso y la Copa Princesa de LEB Oro. Es la realidad. No hay más. Porque en baloncesto, mucho más que en fútbol, estar arriba en la clasificación es fácil: apoyar de verdad el proyecto económicamente para darle al técnico, al de antes y al de ahora, las piezas necesarias para al menos no pasar apuros.

Los 14 rebotes en ataque de los locales sólo se tradujeron en cuatro puntos

Tenía mucho, muchísimo, que ganar el Betis en un duelo que estaba marcado en rojo en el calendario, pero no salió del vestuario. Quizá lo vio ganado antes de tiempo al conocer la baja de Jordan Davis. Quizá creyó que el choque era de mentira y el de verdad se jugaba después, porque el equipo ni individual ni colectivamente apareció en el parqué de San Pablo.

Feldeine trata de avanzar defendido por Rojas. Feldeine trata de avanzar defendido por Rojas.

Feldeine trata de avanzar defendido por Rojas. / F. Ruso (ACB Photo)

Y es que desde el arranque se vio que el Betis no estaba. Cuando Feldeine falla sus primeros tiros es mala señal. El internacional dominicano se bajó del barco pronto ante la intensidad, casi desesperante, de un Sadiel Rojas que cuando hay colegiados de los que dejan jugar disfruta de lo lindo sacando manos por todos lados y buscando los contactos. Sin un referente en ataque, el conjunto de Plaza cometió el pecado de olvidarse de defender. Fue incapaz de igualar la intensidad que el UCAM ponía en el otro lado de la pista e Isaiah Taylor lo aprovechó para penetrar una y otra vez como Pedro por su casa: 5/5 en tiro de dos puntos en el primer cuarto. Los primeros 10 minutos, pese a todo, no acabaron tan mal, porque la defensa presionante le permitió al cuadro hispalense robar un par de balones y poner el 17-19, pero los visitantes ya amagaron con abrir brecha con el 10-19.

La distancia la marcaron en el segundo cuarto desde el triple con un 4/8 liderado por un tal Vasileaiadis, un jugador de carácter y raza que está para seguir demostrando en la ACB lo que lleva años, pese a sus 37 primaveras. ¡Está hecho un chaval! Con dos entrenamientos a cuesta y llegado de Qatar, sigue enchufando triples desde cualquier posición. Antes, sin embargo, pudo igualar Ndoye, pero falló desde la personal con 21-23 sus dos lanzamientos y Bellas, un base que quedó libre cuando el Betis buscaba un director de juego antes de la llegada de Randle, clavó un triple para iniciar un parcial de 4-18 hasta el 25-41 con el que el Betis bajó los brazos.

Sólo un triple anotó el Betis en sus 13 intentos para un pírrico 7% de efectividad

Atacando como se estaba atacando era imposible la reacción. Con Randle jugando a los malabares con el balón y fallando sin parar, con Kay fuera del encuentro errando canastas hechas bajo el aro, con Feldeine escondido en ataque y sin ganas de darle guerra a Rojas en defensa, y Ouattara encadenando lanzamientos al aro. Feldeine cortó el parcial con el único triple del Betis en el partido, un 1/13 grotesco para un conjunto profesional en la ACB, pero el pescado estaba vendido al descanso (28-43).

Ángel Haro observa el partido en el palco de San Pablo. Ángel Haro observa el partido en el palco de San Pablo.

Ángel Haro observa el partido en el palco de San Pablo. / F. Ruso (ACB Photo)

Había quien esperaba una reacción bética. Un ataque de orgullo tirando de casta y amor propio, pero ni para eso dio el conjunto heliopolitano ante un rival con una rotación de sólo ocho jugadores. Taylor mandaba en ataque, Rojas, en defensa, Bellas dirigía y Webb, Radovic y Vasileiadis se unían a la fiesta para demostrar más corazón que todo el Betis junto. Con todo en contra se crecieron para seguir soñando con los play off. Le iba la vida al Betis en el partido y se le puede ir la permanencia por no igualar la intensidad en el juego y el deseo del rival cuando tenía en su mano dar un paso decisivo para la salvación. Toca seguir sufriendo, pero más vale querer jugar al baloncesto y no irse ya de vacaciones.

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