Coosur Real Betis

Coosur Betis, una cuadrilla convencida

La plantilla verdiblanca posa junto a unos olivos de la Hacienda Guzmán, uno de los principales referentes de Coosur y el grupo Acesur.

La plantilla verdiblanca posa junto a unos olivos de la Hacienda Guzmán, uno de los principales referentes de Coosur y el grupo Acesur. / Betis Baloncesto

Como hace dos años, antes de que la pandemia cambiase el mundo, el Coosur Betis fue recibido en la Hacienda Guzmán, santo y seña del patrocinador que da sobrenombre al equipo y del Grupo Acesur, en un acto que debe servir como punto de inflexión en una temporada que, como muchos de los olivos de la finca, ha nacido doblada. Sólo necesita algo de tiempo para enderezarse. Eso lo tiene, porque no hay que encender las alarmas en la jornada tres, pero sí que las dos últimas derrotas pueden ser la sacudida necesaria para el despertar de un conjunto que sigue unido y fuerte.

Al menos eso se desprendía de las palabras de Joan Plaza o el presidente de la sección, Fernando Moral. No faltó al acto Ángel Haro, máximo responsable de la entidad, quien, aunque no dirigió ninguna palabra de forma pública al equipo, sí mostró todo su apoyo y confianza en privado a una plantilla y técnicos a los que les costaba sonreír, todavía escocidos por el severo correctivo recibido el domingo ante el Manresa.

"Hemos pasado un momento duro, pero queda mucho por delante y vamos a lograr el objetivo. No ha sido un comienzo fácil, pero vamos a seguir unidos en esta complicada Liga Endesa para lograr la permanencia y seguir creciendo como equipo", indicó Moral, que agradeció a Plaza su "arriesgada decisión de venir la pasada campaña y que decidiera seguir un años más"; a Haro, "su apuesta para que hubiera baloncesto de élite en Sevilla" y a Álvaro Guillén, consejero delegado de Coosur y el grupo Acesur, el "paso adelante como marca andaluza y sevillana para apoyar al equipo", deseando en este año de vencimiento del contrato de patrocinio, "que el convenio se prolongara más en el tiempo".

Joan Plaza, Pablo Almazán, Ángel Haro, Álvaro Guillén y Fernando Moral, en la Hacienda Guzmán. Joan Plaza, Pablo Almazán, Ángel Haro, Álvaro Guillén y Fernando Moral, en la Hacienda Guzmán.

Joan Plaza, Pablo Almazán, Ángel Haro, Álvaro Guillén y Fernando Moral, en la Hacienda Guzmán. / Betis Baloncesto

Guillén lanzó "el guante para que Ayuntamiento y Diputación se sumen al apoyo del baloncesto de la ciudad" y como sus trabajadores en la época de pandemia, cuando aumentaron "dos y tres turnos para cubrir la producción", confía en la reacción del equipo con "mucho trabajo".

Joan Plaza tomó buena nota de las palabras de ánimo y aseguró que recibieron una "buena patada en el culo" en el choque contra el Manresa, lo que espera que sirva de acicate para un grupo que parece haber hecho propósito de enmienda. "No hacía falta ver una sesión de 2:30 horas para saberlo", dijo Todorovic. "Mejor darnos cuenta ahora de lo que nos espera, porque hay tiempo para reaccionar", explicó Betans.

Y pese a todo, no hay mal ambiente. Agbelese hace de Joaquín, a su manera..., y ni Vitto Brown ni Carrington pierden la sonrisa. Se lo pasó bien el ala-pívot recogiendo aceitunas, tratando de encestarlas en los macacos. Pelota pequeña y cesta muy grande. Ojalá la siga viendo así en Lugo. Eso sí, Evans tenía cara de pocos amigos. No estará feliz con su rendimiento. Bertans y Luis García se subieron a las escaleras para recoger aceitunas y Marko Todorovic disfrutaba del salmorejo, pasadas ya las 15:00 horas, después de una larga mañana de entrenamiento.

La plantilla posa junto a Ángel Haro, Fernando Moral y Álvaro Guillén. La plantilla posa junto a Ángel Haro, Fernando Moral y Álvaro Guillén.

La plantilla posa junto a Ángel Haro, Fernando Moral y Álvaro Guillén. / P. S.

Sólo Pablo Almazán repetía de los 13 jugadores que visitaron la hacienda, incluidos los canteranos Magassa y Luis García, hace dos años. Un aspecto a tener muy en cuenta, pero que debe llevar a la reflexión interna en la entidad para que en cada arranque de temporada el entrenador o dirigente de turno no hable del tiempo necesario para la adaptación del grupo. Una buena cuadrilla necesita trabajar unida y conocerse para funcionar, pero en el baloncesto profesional mandan los resultados y los jugadores parecen convencidos de hacerlo.

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