Coosur Real Betis-Obradoiro | La crónica

Triunfo crucial con el definitivo cambio de viento de Plaza (88-87)

  • El conjunto verdiblanco se lleva un partido decisivo ante el Obradoiro casi sobre la bocina para empezar a tocar la permanencia con las manos

  • Feldeine sostuvo al equipo, Randle hizo de ejecutor y el grupo se rehizo en un final de locura

Randle deja atrás a Beliauskas.

Randle deja atrás a Beliauskas. / D. Ligero (ACB Photo)

Suma, sigue y respira. Y cómo respira el Coosur Betis. Aliviado. Sacando la cabeza del agujero, mostrando carácter para llevarse un partido crucial aun sin acierto exterior. Ganando casi sobre la bocina cuando lo tuvo antes en sus manos para pensar incluso en el average, pero tirando de carácter para reponerse y dar un paso decisivo hacia la salvación con el triunfo ante el Obradoiro por 88-87, al que de paso caza en la clasificación. Uno más que tiene que pensar en la permanencia a cinco jornadas del final. Joan Plaza ha hecho que el viento vire.

Aprendió Randle del choque en Miribilla. Y es que entrando a canasta se puede conseguir más en un final apretado que jugando a vestirse de Stephen Curry. El base recogió la bola con poco más de cuatro segundos para la conclusión del choque, después de que Ozmizrak, que sostuvo al cuadro gallego en el último cuarto, empatara el choque a 87, tras unos minutos locos. Toca hacer un paréntesis, porque lo tuvo el choque en el bolsillo el cuadro verdiblanco antes cuando Randle, tras un robo de Kay y la asistencia de Feldeine, puso el 87-83 a 1.45 minutos del final. Después, una pérdida visitante le permitió al Betis pelear el average, pero jugándote la victoria y media permanencia un triple de Kay desde la esquina no parece la mejor opción. En dos rápidos ataques, tras el error del base con pasaporte ucraniano, los de Moncho Fernández empataron (87-87) y en 4,1 segundos se decidiría el duelo.

Todos los verdiblancos abiertos. Balón para Randle, que echó una mirada a Feldeine, con el que no pudo conectar. Unos pasitos atrás para ganar espacios, meter directamente la quinta marcha y enfilar la canasta contraria. Beliauskas llegó tarde en la ayuda, metió la mano por atrás y falta con un segundo de margen. Mucho mejor decisión que la del día ante el Bilbao Básket la de un jugador que está aprendiendo con Plaza lo que significa jugar por y para el grupo. A base de palos, eso sí.

El Betis iguala a 10 triunfos con el Obradoro con cinco encuentros por delante

Randle se fue a la línea del 4,60 con decisión y la confianza que le daban el 2/2 desde la personal que llevaba y el rol de líder que ha asumido en los últimos encuentros. Con un segundo de margen, a nadie le hubiese extrañado que de anotar el primero hubiera lanzado a fallar el segundo para no dar margen al rival. Pero para ponerle más picante al duelo el primero se salió. Anotó el segundo para poner el 88-87 y fiarlo todo a la defensa de su equipo.

Un segundo entre ganar y perder. Una defensa para agarrar con fuerza la permanencia en esta recta final de campeonato en la que todavía tienen que pasar muchas cosas. Oliver en pista para más temor de los cajistas que sigan hoy a este Coosur Betis, que saben que con él la canasta imposible es posible. Pero fue quien puso el balón en juego para Beliauskas al no poder poner el balón cerca del aro para un palmeo y el lituano no encontró el aro con su lanzamiento lejano, dejando la victoria en San Pablo y, como quería Plaza, consolidar el break logrado ante el Estudiantes.

Feldeine ataca a Beliauskas. Feldeine ataca a Beliauskas.

Feldeine ataca a Beliauskas. / D. Ligero (ACB Photo)

Sufrió mucho el Betis, pero ganó, que es lo importante y esa soga al cuello que ahogaba hace un par de meses ha dejado de apretar, aunque siga imperando la filosofía del técnico de puertas para adentro: no hay nada hecho todavía y hay que seguir pensando cuarto a cuarto.

Con esa idea de juego pudo reponerse el Betis de un inicio dubitativo en el que no supo parar a Enoch, que mandaba en las dos zonas, y se veía lastrado por su mala puntería en el triple. El interior del Obradoiro imponía su físico en los dos aros y Ndoye se iba al banquillo con tres personales en el minuto 11, pero Feldeine, con tiros de media distancia y entradas a canasta, sostenía a los suyos con puntos y una activa defensa. Al descanso, 41-44 y ni tan mal, teniendo en cuenta el 1/8 desde más allá de la línea de los 6,75 metros y los ocho rebotes ofensivos concedidos.

El partido se movía en un puño, con Feledine respondiendo a las canastas de un Czerapowicz que se entonó en el tercer cuarto. El internacional dominicano abrió por fin la lata por fuera en su sexto intento y Ouattara puso después el 60-54. Seis puntos de renta en un encuentro así eran oro puro. Borg se animó desde el triple y Randle cerró el tercer acto poniendo el 68-59. Se podía pensar en el average (87-80).

Hasta el triple de Feldeine, el Betis llevaba un 1/11 para acabar con 4/15: 3/4 al final

Pero el Obradoiro es un conjunto intenso. De esos que peleones que nunca bajan los brazos y que también se jugaba mucho en este choque. Un 1-10 de parcial en dos minutos lo igualó todo de nuevo y otra vez a empezar. Ozmizrak (12 puntos en el último cuarto) se activó y Mike Torres fue la receta de Plaza para pararlo como lo fue por momentos Spires ante Enoch. Y funcionó. El base dio buenos minutos de descanso a Randle, que entró en pista para sacarse de la chistera un 2+1 (84-78) replicado por un triple de Czerapowicz. Y el final ya se sabe. Intercambio de golpes, de errores de uno y otro lado para que el partido se decidiera con un tiro libre y una defensa.

Randle, Spires, Ndoye , Feldeine y Pablo Almazán. Randle, Spires, Ndoye , Feldeine y Pablo Almazán.

Randle, Spires, Ndoye , Feldeine y Pablo Almazán. / D. Ligero (ACB Photo)

Ganó el Betis, que respira con su décimo triunfo. El quinto en los últimos ocho partidos. El viento ha cambiado. Plaza lo ha virado. Pero toca seguir remando, que todavía no quiere celebrar nada.  

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