Ejercicio de supervivencia del Betis Baloncesto (86-77)
El conjunto verdiblanco logra un sufrido triunfo ante un Oviedo que dominó el marcador hasta bien entrado el último cuarto y tuvo un +14 en el segundo
La pareja Renfroe-De Bisschop salió al rescate ante el día negro de Benite y Cvetkovic en ataque, aunque fue la mejora en defensa el aspecto decisivo de la remontada
Sevilla/El Betis Baloncesto hizo un ejercicio de supervivencia para sacar adelante el encuentro ante un peleón Oviedo al que ganó por 86-77 y que fue de más a menos conforme los triples dejaron de entrar al tiempo que los locales elevaban su nivel defensivo y salían adelante bajo el liderazgo de un excepcional Renfroe, que supo entender lo que demandaba el choque, y un De Bisschop que impuso su físico por dentro ante la falta de centímetros de los interiores rivales.
Y fue un ejercicio de supervivencia porque el cuadro hispalense supo reponerse a sus cuatro bajas -los lesionados Álex Suárez, Jelinek y Pablo Marín, que hizo el calentamiento pero no jugó, y el sncionado Radoncic- y al desacierto de Benite y Cvetkovic y la irregularidad de Hughes. Sin sus referentes en ataque tocó bajar al barro, elevar el nivel defensivo desde el +14 visitante (34-48) y punto a punto ir reduciendo la desventaja hasta retomar el control en el último cuarto con un triple del escolta estadounidense que ponía el 69-68, primera renta desde el 17-16 del primer cuarto. Ahí hincó la rodilla el guerrillero conjunto de Javi Rodríguez, que creyó en la sorpresa desde el 7/10 en triples en los primeros 10 minutos pero acabó cediendo al no encontrar esas posiciones cómodas de tiro en la segunda parte.
Era el Oviedo uno de los peores equipos de la liga desde el triple y desde ahí precisamente puso en jaque al conjunto verdiblanco. El francés Menuge las metía de todos sitios, liberado o con un rival encima y varios errores locales fueron aprovechados para abrir brecha tras el intercambio de canastas de los primeros minutos. Creyó el cuadro sevillano que así llegaría su momento, que el ritmo anotador le beneficiaba por teórica superior calidad y que el rival no mantendría su acierto y se equivocó. Del 17-16 con un 2+1 de Renfroe un 0-10 de parcial encendió la primera alarma.
Sin defensa no se va a ningún sitio, pero es que ni siquiera el ataque sostenía a un Betis sin ideas que circulaba sin velocidad la bola y jugaba de una forma demasiado previsible. Dos canastas de Rubén López peleando bajo el aro pusieron el 21-26, pero Duscak cerró el primer acto con un triple en la cara de Benite (21-29) para el sonrojo local, en huelga en defensa hasta para hacer faltas tras acabar sólo con una, pese a que era incapaz de frenar al conjunto asturiano, los primeros 10 minutos en los que los visitantes acabaron con un espectacular 7/10 en triples.
Intentó dar un giro de timón el técnico bético arrancando el segundo cuarto con sus dos bases en pista. Pareció surtir efecto la idea, pero apareció Hutchinton para seguir haciendo caja por fuera. Aun así la briega de De Bisschop colocó al Betis a tiro con el 33-36, pero Javi Rodríguez, que se las sabe todas en esto del baloncesto, respondió con una defensa zonal que no supo atacar el cuadro heliopolitano. Llegaron los nervios porque nada salía. Benite empezó a hacer la guerra por su cuenta y la responsabilidad quemaba. Tanto que en una acción Renfroe rehuyó encarar a Nweke, con el que se había quedado en un cambio, y De Bisschop hizo lo propio con un Hutchinton mucho más bajo. Balón al final para el escolta brasileño que se gujó un triple a la carrera que se fue al aro. Uno más.
Y con tanto fallo el Oviedo fue aumentando la renta y otro parcial de 0-11 puso la máxima renta en el marcador (33-47) con el Betis incapaz de anotar y sumando sólo de uno en uno desde el tiro libre con Benite y Cevetkovic sumando apenas tres puntos hasta que Renfroe anotó sobre la bocina del descanso para dejar la desventaja en 10 puntos (38-48) tras otro cuarto para olvidar en el que los verdiblancos no anotaron ningún triple. Había mucho que mejorar, especialmente en defensa.
A vuelta de vestuarios no cambió la dinámica. El Oviedo hacía su partido y sin sus referentes en ataque el cuadro verdiblanco iba a tirones. Lo mismo se ponía a cinco (51-56) que volvía a estar a 10 puntos (53-63). Pero Renfroe surgió para liderar a los suyos y leer como nadie las situaciones en ataque y penetrar cuando había que penetrar o buscar a un compañero cuando está solo. Así encontró a Doménech para que contestara a un triple de Hutchinton con la misma moneda (60-66) y llegar a los 10 minutos finales con todo por decidir, aunque aún por detrás (61-66) gracias a la energía en defensa de Kasibabu.
Ahí apareció fugazmente Benite. Un triple y una canasta de dos puntos -llevaba 3 hasta ese momento con un 1/12 en tiros de campo- y tras la canasta de Nweke, Hugues clavó el triple que ponía de nuevo al Betis por delante muchos minutos después (69-68). Se hundió el Oviedo, que pagó la falta de centímetros y De Bisschop lo aprovechó en el rebote y en la pintura secundando a Renfroe para formar un parcial de 14-2 en los seis primeros minutos de cuarto. No se rindió el cuadro astur, pero acabó rendido ante un Betis que salió vivo haciendo un ejercicio de supervivencia encontrado soluciones a la falta de puntos de sus referentes: la pareja Renfroe y De Bisschop y, sobre todo, la defensa.
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