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La cantera, el pilar del club que no arranca

  • La pésima planificación y los cambios amenazan el principal proyecto del consejo verdiblanco.

Si en un asunto han coincidido todas las manifestaciones vertidas por el actual consejo de administración desde su llegada a finales de 2010, ese nexo común se encontró en la cantera como pilar fundamental para el crecimiento del Betis. Esta apuesta incluso cristalizó en la presentación del Proyecto Heliópolis, que cinco meses después de presentarse en público ha sufrido reformas severas tanto en la manera de acometerlo como en las personas encargadas del mismo, dejando a la cantera en una situación de incertidumbre con respecto a su presente y su futuro.

Los vaivenes en el proyecto de cantera han sido continuos desde la primera gran reforma en el organigrama, que se produjo en el verano de 2011, cuando Miguel Valenzuela y los hermanos Wanceulen, entre otros, abandonaron la entidad verdiblanca. José Antonio Gordillo dejó su lugar en la secretaría técnica para hacerse cargo de la coordinación de la cantera, impulsando la renovación de los escalafones inferiores, con mejoras como la atención médica asegurada para todos los jóvenes, y, sobre todo, colocando las bases del Proyecto Heliópolis, que el propio Gordillo se encargó de presentar a principios de noviembre del año pasado, en ausencia de León Lasa, el consejero responsable de este apartado.

El asunto principal de este proyecto pasaba por una estandarización de la cantera, al estilo de lo que sucede en otros países, a partir de unos protocolos establecidos por una empresa belga (Double Pass). Ahí es donde apareció la figura de Anselmo Ruiz de Alarcón, licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte por la Universidad de Granada y responsable de BetisLab en sus inicios. Ruiz de Alarcón adquirió protagonismo debido a sus conocimientos sobre estos proyectos en el extranjero y ascendió en el organigrama de la entidad, siendo incluso la persona que ha avalado la llegada al club del nuevo director de la cantera, Luis Fradua, a quien conoce de su paso por la capital nazarí.

Apenas dos meses después de ponerse en marcha el Proyecto Heliópolis, José Antonio Gordillo presentó su dimisión, tras serias discrepancias con los dirigentes béticos, influidos por la pésima trayectoria del filial verdiblanco. Éste ha sido uno de los reflejos de la caótica política de cantera, con tres cambios de entrenador durante la temporada y su repercusión en el División de Honor juvenil, que marcha a 19 puntos del Sevilla o a 18 del Málaga.

El propio consejero José Antonio Bosch, que anteriormente había depositado su confianza en Gordillo para llevar el principal proyecto del club, manifestó que se había equivocado con ese nombramiento, con un giro radical en las formas de dirigir la cantera. Estos cambios provocaron la mencionada llegada de Luis Fradua y la incorporación de un gerente como Joaquín Corriente, lo que ha supuesto una nueva reforma en la manera de trabajar.

El club ha paralizado los procesos de captación de jugadores que tenía en marcha para la próxima temporada e incluso algunos jóvenes han firmado por otros equipos ante las dudas generadas con este nuevo cambio en la entidad.

Otro histórico empleado de cantera de la entidad como Paco Millán también ha manifestado su deseo de abandonar el proyecto, pese a la petición que se le ha realizado para que medite esta decisión, aunque su postura parece firme ante las discrepancias existentes con los nuevos responsables de la cantera.

Fradua, un especialista en la metodología de entrenamientos, aspecto en el que coincide con el actual entrenador del filial bético, Óscar Cano, ha firmado un año y medio con la entidad bética a través de un convenio con la Universidad de Granada, que limita su dedicación a la entidad y que genera nuevas dudas sobre hacia dónde se dirige la cantera del Betis.

Los resultados de los escalafones inferiores no son positivos, las renovaciones de la primera plantilla también están suponiendo un frenazo a las pretensiones de canterización del escalón profesional del club, a la vez que el organigrama de cantera está perdiendo a gente especializada en la captación de jóvenes jugadores. Incluso el propósito principal del Proyecto Heliópolis, la formación de jugadores, se medita dejar a un lado para obtener resultados que aminoren las críticas a una política de cantera que no termina de arrancar.

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