Al Betis de Gustavo Poyet todavía le falta fútbol. Nuevo sistema, cambios de posición y caras nuevas hacen necesario más rodaje. Mientras llega ese necesario rodaje, el equipo bético va metiendo carbón en su sala de máquinas, que es lo que se busca a estas alturas de la pretemporada. La nota negativa la puso el francés Jonas Martin, al que Poyet obligó a salir del campo a cinco minutos del final después de echarse la mano a la pierna por un problema muscular -el francés se marchó por una sobrecarga en el isquiotibial derecho y está pendiente de estudio-, lo que provocó que el Betis acabase con diez un encuentro en el que dominó, pero no brilló y en el que Álex Alegría y Joaquín anotaron dos goles de bella factura.

Dividió Poyet al equipo en dos grupos, como ya hiciera el pasado viernes, aunque esta vez los minutos no se repartieron a partes iguales. Y a los que salieron de inicio les faltó fluidez. Se desgañitaba Poyet desde la banda pidiendo toque y más toque a sus jugadores, pero ese protagonismo con el balón apenas se tradujo en ocasiones. Únicamente Nahuel, activo por ambas bandas, entendió el juego, aunque las mejores ocasiones estuvieron primero para Cejudo, que estrelló su disparo en Godino, y luego en sendos remates de Rubén Castro, que se marcharon fuera. Con Fabián nuevamente como eje, ni Cejudo ni Dani Ceballos encontraron la llave para abrir la defensa local, algo en lo que apenas ayudaron las incorporaciones de Rafa Navarro y Durmisi. Incluso la Balona merodeó la portería de Dani Giménez en alguna acción de contragolpe, lo que también generó el enfado de Poyet, que pidió más tensión tanto a los mediocampistas como a los centrales.

Si el Betis había sido dueño del balón durante casi todo el primer tiempo, ese dominio se acentuó tras el descanso e incluso fue a más cuando a la hora de partido Poyet realizó los cambios que faltan para completar el cuadro. Ahí de nuevo se dejaron ver detalles como Petros de pivote -a la espera de la llegada del fichaje-, y la movilidad de Joaquín partiendo desde la banda, pero metiéndose por dentro para desequilibrar. 

Para abrir la lata apareció de nuevo Álex Alegría, que a su triplete del viernes agregó otro tanto de delantero con un buen remate a la media vuelta; luego, Joaquín se sacó la espina de un mal disparo anterior con una rosca espectacular que puso el 2-0. Las buenas maneras de los franceses Mandi y Jonas Martin y poco más se puede extraer de un bolo veraniego que sirvió para que Poyet engrase su maquinaria.