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La conjunción perfecta: Unai y el Sevilla

  • El club puso en manos del entrenador una gran plantilla y tuvo paciencia con él cuando arreciaron las críticas. Almería fue el marco del pacto de renovación.

El Sevilla se apresta a vivir su semana fantástica. En apenas siete días puede acometer la clasificación para su tercera final de la UEFA, ahora Liga Europa, y el asalto al cuarto puesto para clasificarse para la Champions por cuarta vez en el siglo XXI. Serán dos empresas complicadas, ante dos clásicos del fútbol español a los que el Sevilla ha superado en presencia europea en los últimos años, ya que el conjunto que adiestra Unai Emery afronta este doble reto en el breve espacio de siete días, de jueves a jueves con el domingo en medio, después de certificar su décima clasificación europea en lo que va de siglo, un logro sólo al alcance de los dos grandes de la Liga. Hace apenas unos meses era impensable que este mismo equipo al que Emery no lograba encontrar su mejor horma presentase estas impresionantes credenciales.

El Sevilla ha cumplido su primer objetivo, la clasificación europea, y ahora se apresta a empresas mayores. La web del club se encargaba de recordar tras la goleada ante el Granada que la clasificación europea ha llegado "en el primero de los tres años" en los que se cifró el nuevo proyecto que afrontaron José María del Nido y Monchi cuando realizaron la más profunda remodelación de la plantilla que se recuerda para ponerla en manos de Unai Emery. Ahora es fácil aplaudir el éxito, pero el club, ya con José Castro al frente, tuvo mucho mérito al perseverar en la confianza en el entrenador guipuzcoano cuando los resultados no se daban y la imagen del equipo distaba mucho de esa apisonadora que ahora mismo arrolla a los rivales sobre la base del orden táctico, la confianza, la intensidad, la agresividad y la enorme pegada de sus futbolistas. Ante el Granada marcaron tres de los nuevos fichajes: Gameiro, M'Bia y Vitolo. Ellos ayudaron a la consecución del logro fijado en verano, que no fue otro que "luchar por la clasificación europea", en el susodicho proyecto a tres años.

El tiempo que el ex presidente Del Nido pidió para el nuevo proyecto se fundamentaba en la necesidad de acoplar una plantilla nueva, con 13 fichajes tras la salida de ídolos como Jesús Navas, Palop y Negredo y de piezas clave como Kondogbia y Medel. Pero Monchi puso en las manos de Emery una plantilla con un enorme potencial. La mejor prueba de ello es que Bacca y Gameiro, la gran apuesta del director deportivo, acumulan ya entre los dos 40 goles, con idénticos registros: 14 tantos en Liga y 6 en Europa para acumular 20 en total cada uno. Jamás antes los delanteros del Sevilla habían cuajado tan a la primera y a pares.

Este éxito se fundamenta también en el acierto de fichar a hombres de club como Pareja, Carriço e Iborra y en fuertes apuestas como Marin y M'Bia, quienes, pese a su irregularidad y sus lesiones, han llegado en un estado óptimo al tramo decisivo de la temporada. Además, no se puede obviar la aportación de jóvenes como Vitolo y Figueiras.

La confianza en Emery no viene de esta histórica racha de nueve victorias en diez partidos de Liga más la brillante clasificación para las semifinales de la Liga Europa. El presidente del Sevilla ha venido refrendando su respaldo al técnico vasco en sus últimas comparecencias públicas, aseverando que ya existía un acuerdo para la renovación de su contrato. Almería, a principios de marzo, fue el marco idóneo para que Castro y Emery se sentasen a hablar de la renovación. Se dieron la mano y el pacto entre caballeros quedó más que cerrado. Entonces, el Sevilla acababa de comenzar su prodigiosa racha después las dudas que volvieran a surgir entre diciembre, con la eliminación de la Copa de manos del Racing de Santander, y la irregularidad liguera entre enero y febrero.

El 9 de marzo, después de los triunfos en Vallecas y ante la Real Sociedad, el Sevilla venció al Almería en los Juegos Mediterráneos por 1-3 y allí se escenificó el acuerdo para la renovación de un contrato que llegó a peligrar. Entonces, Emery aún tenía a buena parte de la afición y de la prensa en contra. Pero el Sevilla creyó en él.

El club quiso demostrar su confianza en Emery justo antes de la eliminatoria europea ante el Betis, entre el 13 y el 20 de marzo. Todo se pudo torcer con el 0-2 de la ida. Pero la fe del Sevilla y de Emery fueron decisivas. Aquella fuerte apuesta está dando sus frutos.

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