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Un crack único hasta en el adiós

  • Luis Fabiano no puede evitar el llanto en una despedida en la que hasta pidió disculpas · "El Sevilla siempre estará en mi corazón".

Su primer gol con el Sevilla tardó en llegar. Fue la noche de un lejano 27 de octubre de 2005 y lo marcó de tacón, en Mestalla. El último también tuvo el marchamo de los genios del fútbol. Cuéllar, el portero del Sporting, lo quiso poner nervioso diciéndole que lo lanzaría a su derecha, al poste izquierdo, y allá que fue el balón, junto a la cepa. Sus goles, 107 en seis años de gloria y también alguna gran frustración, siempre tuvieron la firma de un talento especial, distinto, inspirado por una forma única de concebir el fútbol. En su adiós se expresó con esa misma personalidad veleidosa. Después de tanto reclamar su marcha, se despidió a lágrima viva, a corazón abierto. Luis Fabiano es así. Un genio del fútbol, un iluminado, como él llegó a decir, al que ha podido la morriña de Sao Paulo y la evidencia de que pasó el tren de un club de primerísimo nivel mundial.

La emoción embargó a Luis Fabiano y a los presentes. José María del Nido tuvo que apartar la vista en algún momento, Monchi no pudo ocultar su emoción y el propio futbolista rompió en llanto cuando vio el vídeo con el resumen de sus goles más rutilantes. "Primeramente, quiero pedir perdón por si algún día os he fallado de alguna manera y decir que son seis años de muchas cosas, muchos títulos, muchas alegrías en una ciudad maravillosa. La afición me ha acogido bien, impresionante el cariño que me transmite en la calle", comenzó diciendo Luis Fabiano intentando que no se le quebrara la voz. Quién iba a decir que un crack como él, con sus peculiares idas y venidas de humor, comenzaría pidiendo perdón. "Son seis años inolvidables, y los recordaré con mucho cariño. Espero que el Sevilla siga su camino siendo grande, haciendo cosas, y yo estaré en Brasil como un aficionado disfrutando del Sevilla. Ahora mismo estoy muy emocionado, no tengo las palabras en mi cabeza, pero muchísimas gracias a todos por aguantarme estos seis años", decía reconociendo la peculiaridad de su personalidad. Así es Luis Fabiano. "Mi historia se quedará aquí, mis goles se quedan en los vídeos, pero el Sevilla estará siempre en mi corazón".

Del Nido, antes de emocionarse junto al portentoso delantero brasileño, tiró del poema de Manuel Machado sobre Andalucía para describir lo que ha significado en la historia del club. "Campanal, Araújo, Polster, Zamorano, Suker... y Luis Fabiano", dijo parafraseando al mayor de los hermanos Machado. El presidente, que tantas veces tuvo que lidiar con su inconformista personalidad, no fue ajeno a esto durante su despedida del futbolista: "Habrá sido un incomprendido, lo habremos criticado, habremos escrito cosas que no merecía, pero Luis Fabiano es grande entre los grandes y yo quiero que se vaya de la que siempre será su casa sabiendo que los sevillistas, todos los sevillistas, le estamos agradecido... Gracias, Luis Fabiano, por haberte hecho grande en nuestra casa".

Luis Fabiano deja su casa de adopción por su casa natural, el Sao Paulo: "El Sevilla es el equipo donde más años he estado, son los dos equipos que me lo han dado todo, los que estarán en mi corazón. Al Sevilla nunca lo olvidaré, el Sevilla me ha llevado al Mundial, siempre estará en mi corazón", reiteró, antes de dejar una de sus típicas frases desconcertantes: "Creo que volveré. Mi intención es estar seis meses en Brasil y seis en Sevilla cuando me retire... ", dijo, para ser interrumpido por Del Nido. "Ayer me pidió en el vestuario un contrato de ojeador en Brasil, delante del míster y el director deportivo", dijo el dirigente, a lo que replicó el ya jugador paulista: "Depende del presidente. Si quiere, vuelvo. Yo estaré siempre abierto a ayudar al Sevilla, aquí o en Brasil, pero después de cuatro años en Sao Paulo, con 34, no sé si jugaré más. Me gustaría representar al Sevilla en Brasil".

En un tono más serio, habló de su decisión de dejar el club que tanto le ha dado, según él mismo. "Hace algunos meses pensaba en cumplir mi contrato, dos años más, pero yo creo que después del principio de temporada mi ciclo aquí estaba acabando y, bueno, hay que pensar, valorar otras cosas, y decidí irme a Brasil, mi país, volver al club en el que empecé a jugar al fútbol y salté al escaparate... Son seis años, mucho tiempo, muchos títulos, llegó la hora de buscar otras cosas, otras motivaciones distintas. He sido muy feliz y estoy contentísimo de haber jugado en el Sevilla".

Al futbolista se le preguntaba por su mejor momento y por el peor. Empezaba por éste: "Yo quiero olvidar el partido ante el Braga, que fue la derrota más dura que he tenido aquí. Y la mejor imagen fue la de la primera UEFA, la celebración de toda la gente en la calle. Fue un momento muy especial". También tuvo una mención especial: "Kanoute ha sido un compañero muy especial para mí, me ayudó mucho. Formamos una de las mejores parejas del fútbol mundial. Ha sido un placer jugar con Kanoute, ha sido un magnífico jugador, muy buena persona. Lo echaré de menos, sí".

¿Y echa de menos haber recalado en un grande? "Tuve algunas oportunidades y no fue posible, pero yo vuelvo (a Brasil) feliz y tranquilo sabiendo que he hecho todo lo posible y que gané seis títulos, que es muy importante". Y para demostrarlo, en un gesto que sólo podría esperarse de alguien como él, besó una a una las seis copas que dejó en el camino. Un camino de gloria que él comenzó en Eindhoven, 10 de mayo de 2006 en la memoria colectiva del Sevilla.

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