Sevilla-tenerife· crónica

Así todo debe ir mejor (3-0)

  • El Sevilla hizo buena la promesa de Antonio Álvarez y pasó de caer por 3-0 a triunfar por idéntico resultado ante el Tenerife. Luis Fabiano y Kanoute lideraron a un equipo mucho más sosegado.

Tenía razón Antonio Álvarez en las vísperas, el Sevilla ha dado un gran giro. De 180 grados, tal vez, pues ha pasado en sólo una semana de caer 3-0 en Villarreal a imponerse 3-0 al Tenerife, lo que equilibra, en el plano anecdótico, el goal average del entrenador marchenero y, sobre todo, sirve para mirar el futuro con más optimismo, para que estos futbolistas vuelvan a creer en sí mismos. Porque este Sevilla, sin duda, no se ha olvidado de jugar al fútbol de un día para otro y tiene elementos más que capacitados para pelear, al menos luchar por ello, por volver a la Liga de Campeones en la próxima temporada. Ésa, por encima de otras disquisiciones tácticas, fue la principal conclusión que se puede sacar del retorno de los blanquirrojos al redil de los triunfadores.

Porque el Sevilla, después de mucho tiempo sin hacerlo, concluyó un partido de fútbol con la sonrisa en los labios de los suyos. Lo hizo porque fue tremendamente superior al Tenerife en una primera mitad esperanzadora y porque después fue capaz de aguantar los empellones del adversario sin sufrir tampoco en exceso. Pero tal vez sería un error echar las campanas a volar tan pronto, incluso hablar de un nuevo estilo balompédico, pues la imagen durante muchos tramos del choque fue la misma que otras noches. Claro que conviene puntualizar que siempre que el equipo gana, ya sea con un entrenador o con otro en el banquillo, el manual es perfecto por mucho que algunos se empeñaran en discutirlo absolutamente todo.

Por tanto, como este Sevilla se impuso finalmente por tres goles a cero, pues su propuesta futbolística fue más que perfecta. Golpeó al rival bien pronto, en el minuto 22, lo dejó moribundo antes del intermedio y lo acabó de machacar cuando el tiempo ya se agotaba. Mejor imposible, está claro. A partir de ahí debe iniciarse un análisis más sosegado sobre los cambios que se han podido apreciar en el equipo respecto al tiempo en el que Manuel Jiménez era el encargado de la dirección técnica del equipo.

Y, por encima de todas las cosas, surge una cuestión de tremenda trascendencia que debería ser fundamental para el futuro más cercano. Se ha acabado de golpe la crispación, la eterna lucha entre el entorno y la figura del entrenador, ese debate perenne que, como bien llegó a decir Del Nido en su día, tanto daño le hacía al equipo. El Sevilla, ahora, sale a disputar un partido de fútbol y lo hace bajo la premisa de que puede ganar o perder, mucho mejor si es al final el vencedor por supuesto, pero sin un montón de malos rollos en el entorno. Eso, sin duda, va a beneficiar a un equipo que puede dejarse la ansiedad en la caseta.

Que parte de culpa de que sea así la tiene el propio estilo tranquilo y sosegado de Antonio Álvarez, por supuesto que sí. Pero lo verdaderamente trascendente será que el método vaya calando en sus futbolistas a través de triunfos. Y es mucho más fácil que éstos lleguen cuando Luis Fabiano y Kanoute comparecen en el campo al mismo tiempo, algo que hacía ya mucho que no sucedía con los dos en plenitud de condiciones físicas, o al menos cerca de ese máximo nivel.

Ambos delanteros se encargan de bajar todos los balones, ya les lleguen en condiciones o a través de pelotazos. Ellos no tienen problemas para dejarlos en el césped y después otear el horizonte en busca de las mejores soluciones. Así sucedió en la acción del primer gol, después de que el equipo de Antonio Álvarez hubiera propuesto de salida un fútbol agradable y rápido. Un saque de banda sacado con celeridad por Fernando Navarro, control de Luis Fabiano con toque para quitarse al defensa de encima y pase espectacular al desmarque de Kanoute. Éste se encarga de darle un pase al recogepelotas que está detrás de la red y 1-0.

Fácil, como volvería a suceder en la acción del segundo tanto, y como en tantas y tantas ocasiones en los últimos años. Después el Sevilla se parapetó atrás, como también lo hecho muchas veces con sus distintos entrenadores, incluso pegó más de un pelotazo, y supo sufrir para aguardar a que cayera el 3-0 como fruta madura. ¿Igual que antes? No, la crispación ha desaparecido y si ha sido gracias a Antonio Álvarez, pues todas las flores para el entrenador de Marchena. Él, y el Sevilla, saldrán ganando. Así las cosas deben ir a mejor, a mucho mejor incluso.

Ficha técnica:

3 - Sevilla FC: Palop; Stankevicius (José Carlos, m.67), Escudé, Dragutinovic (Romaric, m.83), Fernando Navarro; Adriano, Renato, Lolo, Diego Capel; Kanouté (Negredo, m.74) y Luis Fabiano.

0 - CD Tenerife: Sergio Aragoneses; Marc Bertrán, Manolo Martínez, Ezequiel Luna (Ángel, m.74), Pablo Sicilia; Ricardo León, Richi; Juanlu Hens (Omar, m.55), Ayoze; Dinei (Saizar, m.88) y Nino.

Goles: 1-0, M.22: Kanouté. 2-0, M.44: Luis Fabiano. 3-0, M.87: José Carlos.

Árbitro: Eduardo Iturralde González (Comité Vasco). Amonestó a los visitantes Luna (m.14), Marc Bertrán (m.57), Richi (m.68) y Ángel (m.82), y a los locales Stankevicius (m.29), Luis Fabiano (m.65), Adriano (m.69), Fernando Navarro (m.75) y Capel (m.79).

Incidencias: Partido disputado en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán ante unos treinta mil espectadores. Terreno de juego en buenas condiciones.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios