El mercado de invierno se ha cerrado sin que el Betis apueste por un director de juego, por alguien que dé sentido en el mediocampo al fútbol del equipo y que con sus pases en corto sea capaz de organizar el juego y, en largo, poner de gol a los delanteros.

Ya la pasada temporada en Segunda División, Pepe Mel y algunos técnicos del club detectaron esa carencia en la plantilla, pero la irrupción de Dani Ceballos, aunque partiera en numerosos partidos desde la banda izquierda, fue el motivo por el que ninguno de los nueve futbolistas con los que se completó la plantilla tenía en principios dotes para realizar una labor huérfana en el Betis desde que traspasó al Athletic a Beñat, futbolista por cierto que el citado Mel tenía en sus planes para repescar en su primera etapa en el banquillo cuando era suplente con Ernesto Valverde.

Pero Dani Ceballos comenzó la temporada con el gesto mohíno, apenas implicado en la dinámica del grupo y, por ello, con escaso protagonismo en las alineaciones del equipo. El asunto de su renovación, resuelto a mediados de octubre, despistó lógicamente a un chaval de apenas 19 años que, de otro lado, estaba acusando el salto de categoría.

Con todo, luego fue la propia trayectoria del equipo la que lo engulló. El utrerano se implicó más, pero los resultados del Betis y su juego fueron a menos y él confundió su rol de canterano y bético. Ese carácter que lo llevó a aporrear el césped del Anxo Carro lucense, en el interinato de Juan Merino en Segunda, lo extrapoló esta temporada a malos modos, protestas y enganchones en el terreno de juego que no lo han beneficiado y le están generando una imagen perjudicial, como pudo verse en el clarísimo penalti que Prieto Iglesias le escamoteó en Anoeta.

Últimamente, además, ha tenido que ver cómo Fabián, con el regreso de Merino, lo relegaba al banquillo, al verlo el linense más en forma y con más ganas que él en los entrenamientos.

Nuevamente, además, lo marearon con asuntos extradeportivos, ya que Arsenal y Atlético de Madrid lo pretendieron en este mercado de invierno y a Dani Ceballos le llegaron esos cantos de sirena.

Ahora, aunque se fuese a final de la temporada, le ha llegado la hora de echarse el Betis a sus espaldas, aunque sea jugando casi de mediapunta. Se ha quedado sin excusas: su futuro inmediato está en Heliópolis y Fabián se ha lesionado y le ha abierto el camino hacia la titularidad.