Llega el centésimo trigésimo octavo derbi de rivalidad sevillana en esta jornada decimotercera del Campeonato de Primera División. Será un domingo de pasiones, como tantos otros que ha habido en la ciudad, con un claro favoritismo en esta ocasión para el Betis, cuarto en la Liga, frente a un Sevilla que no termina de arrancar y es decimoctavo. Y existe la duda de si habrá presencia canterana en el partido de máxima rivalidad.

La cantera ha sido un hilo común en la historia de los derbis. Los canteranos son los que más lo sienten por haberlo vivido desde pequeños en las respectivas ciudades deportivas. Y los números de los futbolistas que más han jugado avalan la teoría de que como lo sienten los futbolistas de la tierra y criados por cada club no lo puede sentir nadie: son los que más derbis llevan. Hay tres excepciones entre los diez primeros, el guipuzcoano Esnaola, el vallisoletano Cardeñosa y el madrileño Ortega, los tres del Betis.

El fútbol ha cambiado en el siglo XXI y cada vez es más difícil encontrar a futbolistas que representen a las respectivas canteras de Betis y Sevilla, Sevilla y Betis, en un derbi. La Ley Bosman universalizó o globalizó el fútbol y los extranjeros copan las alineaciones.

En el Betis ha despuntado ahora Juan Cruz, que marcó un golazo en San Sebastián, pero en realidad firmó hace dos veranos para ingresar en el Betis Deportivo y es malagueño, hispano-argentino en realidad. No es el mismo caso que Joaquín, el futbolista que más derbis ha jugado en la historia de la rivalidad y que, aun siendo de El Puerto de Santa María, creció en la ciudad deportiva verdiblanca. Allí mamó la esencia del manque pierda y las trece barras.

Tanto de lo mismo se puede decir del Sevilla. A la fuerza está jugando ahora José Ángel, con algunas dudas sobre su precipitada y obligada promoción para un puesto de responsabilidad como el de central. En realidad, la presencia canterana en el equipo nervionense se restringe a Jesús Navas, el sevillista con más derbis acumulados. Un chaval de 37 años que empezó siendo un pipiolo desde que lo vio Pablo Blanco en Los Palacios. En la carretera de Utrera aprendió la casta y el coraje y el nunca se rinde lo lleva grabado a fuego en el pecho.

Siete de los diez futbolistas que más derbis han jugado entre el Sevilla y el Betis son canteranos. Es el dato abrumador que puede diluirse con el tiempo, aunque ya es improbable que haya futbolistas foráneos que aguanten tantas temporadas seguidas en un mismo club, como pasaba antes con jugadores criados en los potreros heliopolitano o nervionense.

Destaca especialmente Joaquín (El Puerto de Santa María, 21-07-1981), el más veterano, el decano de los futbolistas que han jugado derbis a sus 41 años. Nada menos que 26 encuentros entre todas las competiciones lleva a sus espaldas en sus dos etapas en el Betis, sin contar los que disputó en la cantera, que son incontables. El capitán del Betis es seria duda para este domingo por una lesión en el sóleo.

El segundo es el guipuzcoano José Ramón Esnaola (Andoain, 30-06-1946). El campeón de la Copa del Rey en 1977 sumó como portero verdiblanco 24 partidos de máxima rivalidad, entre los de Liga y Copa y un par de ellos en Segunda División (en la lejana 72-73).

El tercero en partidos de máxima rivalidad es Jesús Navas (Los Palacios, 21-11-1985), que lleva 23 derbis en total. A punto de cumplir los 37 años, ha perdido la titularidad, pero no sería nada extraño que la recuperase para el derbi o que salga durante el mismo, con lo que jugaría su partido de rivalidad número 24 en total, sumando todas las competiciones.

Dos Dorsales de Leyenda del Sevilla, Antonio Álvarez (Marchena, 10-04-1955) y Pablo Blanco (Sevilla, 16-12-1951), acumulan 22 encuentros de máxima rivalidad, muchos de ellos compartiendo alineación. Un par de ellos, como Esnaola, los jugó Blanco en Segunda División. El resto jugadores por el mítico representante de la casta y el coraje fue en Primera y en Copa, como el exquisito central zurdo de Marchena.

Un exquisito que llegó al Betis de Valladolid, Julio Cardeñosa (Valladolid, 27-10-1949), alcanzó la cifra de 21 derbis sevillanos. El Flaco puso la calidad de su zurda al servicio del Betis a finales de los 70 y principios de los 80, en míticos enfrentamientos de rivalidad e igualdad y coincidió con los dos sevillistas antes mencionados y con los dos siguientes.

Francisco López Alfaro (Osuna, 01-11-1962) y Curro Sanjosé (Sevilla, 12-11-1952) encarnan dos estilos distintos de la escuela sevillana y sevillista: la clase infinita del mediocampista ursaonense y la casta y el empuje del lateral hispalense. Ambos son también Dorsales de Leyenda y jugaron 20 derbis.

El siguiente en orden de partidos de rivalidad es una leyenda, un mito del Betis, como Rafael Gordillo (Almendralejo, 24-02-1957). El vendaval del Polígono de San Pablo, donde se crió en realidad, el hombre que levantó de sus asientos con sus medias caídas a los béticos entre finales de los 70 y los 80, jugó en total 19 derbis, pese a su traspaso al Real Madrid.

Joaquín Parra (Sevilla, 17-06-1961) es el último representante canterano del Betis entre sus cinco futbolistas con más derbis. El talentoso medio ofensivo hispalense jugó 18 partidos de rivalidad en total. Los mismos que Antolín Ortega (Madrid, 05-11-1951), aquel medio de cierre que se carectizó por su garra, especialemente en los derbis.

Estos nombres quedan grabados en la historia de los derbis, con letras de oro. Difícilmente habrá ya quien alcance esas cifras rondando la veintena de partidos de rivalidad. El fútbol ha cambiado, aunque los derbis se sientan igual que siempre, más o menos...