Los grados de calor de la plaza
Los mercados de abastos son termómetros de cuanto se cuece en la cosa pública de la ciudad · Los placeros béticos de la Encarnación se expresan ante la cercanía de la manifestación del 15 del junio
La alimentación es lo primero. Y el Betis anda por ahí, por ahí. Las plazas de abastos son centros neurálgicos de la interacción ciudadana y el de la Encarnación se sitúa en el mismo corazón de Sevilla. Cuando los ciudadanos se caldean, los mercados se achicharran. Los mercados como medidores de la temperatura de lo que pasa.
El bar de Pepe se encuentra en el cogollo del mercado de la Encarnación, en donde los grados de calor se ajustan como por arte de la aritmética a los grados alcohólicos. Si el mercurio se alza, todo lo demás sube a la cabeza. "Pásate por el puesto de Rafael, el carnicero. Es bético y socio. Está a la espalda del bar". Pepe, moronense y segundo de una prole de nueve hermanos, regenta el bar de la plaza desde hace tres años. Los dimes y diretes, la inflación y la deflación,pasan a diario por la barra de su establecimiento y él hace de termostato. "Habla con Rafael", recomienda Pepe.
"El descenso se veía venir desde hace ya tiempo", explica Rafael, carnicero especialista en el despiece del toro y socio reincidente del Betis desde hace 30 años. "Desde la Champions, el equipo ha ido reculando hasta parar en Segunda. Lopera perdió la oportunidad de hacer un gran equipo.Y perdió la ocasión de quedar bien con el beticismo: prometió que le iba a dar el Betis a los béticos y todavía estamos esperando. Yo voy con la familia el 15-J".
Vuelta al bar de Pepe. "Mira", advierte el moronense, "ve a la charcutería de Rafael. Otro gran bético". En la radio del bar de Pepe suena Violeta Parra. Gracias a la vida que me ha dado tanto. A unos tanto y a otros tan poco. "El Betis ha bajado este año por sólo un gol". "¿Y si hubiera permanecido por un gol?, ¿es lo que merece este Betis?". "Hombre. Algo habrá que hacer", comenta Rafael mientras saca punta de una paletilla rojiblanca para Ana y Carmen, clientes originarias de Puertollano y parientes de Santiago Cañizares. "A Lopera sólo se le encuentra en el Gran Poder. Reza mucho, pero hace poco", apunta Ana.
Rafael asegura que no va a la manifestación. Es socio, pero no se fía de los "Galera y compañía". "Cómo van a comprarle el Betis a Lopera si él no quiere venderlo. Lo que no entiendo es que decía que iba a vender a las tontas, como él les dice, y todavía siguen ahí".
El olor es de vísceras de camino del bar de Pepe, en el núcleo de la trama placera. El barman señala el puesto aledaño. En el camino de los espárragos, la yerbabuena y las espuertas de caracoles, Sánchez, boticario del Coliseo, se agarra al sulfuro. "La cosa está que arde y el termómetro de la farmacia, sin funcionar. Que qué hacemos, ¿lo vendemos o lo arrendamos?".
Es el establecimiento de Curro con los caracoles y las cabrillas escapando de su recipiente, en rebelión. Los tomates los tiene en oferta. Tres kilos a 1,99 euros. ¿A cuánto el kilo de Betis?. "Caro", responde Curro, sevillano nacido en la Judería. "En Segunda tendrá otros 40.000 socios. Eso tiene que venderse caro. Pero habrá un antes y un después del descenso. La afición está ya harta".
Justo enfrente del bar de Pepe está la carnicería de Antonio. "Estoy ocupado, pero tú pregunta", impele este bético que se considera de baja graduación. El ruido de la máquina picadora de carne se confunde con las palabras de Antonio. "El descenso se veía venir. ¿Qué podría mejorarse? La directiva, que tiene abandonado al Betis. Lopera no debería tenga miedo en confiar en profesionales gestores".
En el termómetro de la plaza, en el bar de Pepe, ya es la hora de los grados de la cerveza. Pepe se declara "poco futbolero, un bético neutral". "Yo dudo que los placeros opinen demasiado. Es por no tener problemas con la clientela". Pero los clientes, a tenor de las sonrisas, están encantados.
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