Jürgen Klopp no puso excusas. La Premier League era desde hacía tiempo algo secundario para el Liverpool, que tiene todo su foco puesto sobre la final de la Liga Europa de mañana en Basilea.

"Sé cómo es jugar una final. No tiene sentido jugar sólo con la concentración al 50%", dijo el entrenador alemán para justificar el once de suplentes con el que su equipo empató el pasado domingo (1-1) ante el West Bromwich. Klopp dejó a sus estrellas descansar en la última jornada de la Liga inglesa, en la que los Reds terminaron octavos, fuera de los puestos de acceso a las competiciones europeas.

"Ése era el equipo más fuerte para ese partido. Si hubiéramos jugado con otros jugadores, habrían estado pensando en el próximo partido. Y habría sido absolutamente comprensible", explicó. El ex entrenador del Dortmund lo apuesta todo a la final ante el Sevilla, en la que el ganador se llevará además una plaza de clasificación directa a la Liga de Campeones.

Si pierden, sin embargo, los del Merseyside tendrán que ver las dos competiciones europeas en la televisión. A Klopp le gustan los partidos en los hay mucho en juego. "Cuanto más grande es la presión, más tranquilo estoy", aseguró en una entrevista en la web de la UEFA. Pero los datos dicen que perdió sus tres últimas finales con el Dortmund. Y en febrero cayó también en la final de la Copa de la Liga ante el Manchester City. "Nada está garantizado, pero todo es posible", dijo Klopp, que con el Dortmund ganó dos Bundesligas (2011 y 2012) y una Copa Alemana (2012). En competición internacional, su única final fue la de la Champions de 2013, en la que cayó (2-1) ante el Bayern con un tanto de Robben en el minuto 89.

Se trata ahora del título de la categoría de plata, pero el técnico que llegó al Liverpool en octubre de 2015 tras la destitución de Brendan Rodgers, lo espera con pasión. "Sé que en una semana y media se jugará la final de la Champions. Pero la nuestra también es una final europea. ¿Qué puede haber más grande? Dos grandes clubes se enfrentan por una gran copa".