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Una innegociable puesta a punto

  • A pesar de no haber vuelto en su mejor forma, Gameiro está disfrutando de muchos minutos en partidos importantes en detrimento de Aspas, que ahora mismo parece más peligroso. La misma apuesta ya le salió bien a Emery con Pareja.

Quizás no sea el día más adecuado para hablar de su estado de forma porque el Sevilla se adelantó en el marcador gracias a un gol cazado por él, pero es obvio que Kevin Gameiro, aunque poco a poco va a mejor, no está bien. Después de cinco meses lesionado, al francés le está costando volver a su mejor versión y está lastrando más de lo que está aportando al Sevilla, que iba como un tiro hasta que se recuperó para la causa.

Partidos como el del Standard de Lieja son los que el francés tiene que aprovechar para al menos intentar disputarle el puesto a Bacca. De Aspas ni se habla porque el héroe de Turín le ha pasado por la derecha apoyado sólo en sus galones, pese a que el gallego, en partidos como el de Bilbao o Sabadell, ha demostrado ser una opción más acertada para refrescar el ataque.

Sus ganas no se cuestionan. Tiene que demostrarlas y las demuestra en partidos como éste, en los que también evidencia la falta de la punta de frescura que hace peligroso a un jugador de sus características, muy dependiente de su electricidad para disfrutar de ocasiones. Y se le nota, porque, por ejemplo, en lugar de encarar busca el tiro aunque no esté en la mejor posición y lo manda arriba. Porque aunque sus intenciones sean buenas, sus pases casi siempre son imprecisos y sus errores en los controles, que no son nuevos, ralentizan mucho el ataque del equipo. Y porque hasta cuando está en ventaja para rematar gracias a sus buenos movimientos, su lentitud evapora la oportunidad.

Aún así, Gameiro, como ante el Villarreal y el Athletic de Bilbao, ha vuelto a disfrutar de bastantes minutos este jueves. Un partido entero nada más y nada menos. Hasta que salió Bacca, en solitario, estuvo mucho más gris pese a firmar un tanto de delantero puro. Estando en el sitio y de cabezazo perfecto. Pero el resumen de su actuación bien podría ser que Diogo ha tenido más ocasiones claras que él. Ya acompañado del colombiano en el tramo final del encuentro, también con los belgas más cansados, el francés mejoró y participó más, aunque continuó igual de impreciso en todos los aspectos. 

No hay duda de que Gameiro es y tiene que ser un jugador importante en este Sevilla. Por lo tanto tiene que tener minutos. Más discutible es si ésto se puede hacer a costa de casi cerrarle la puerta a un jugador que está entrando mejor en la dinámica como Aspas o emparejándolo con Bacca en partidos cerrados como el del Villarreal en casa, en el que salió de inicio, o el de Bilbao, en el que fue la primera alternativa desde el banquillo cuando el equipo necesitaba remontar. Aunque el colombiano y el francés mantengan que se entienden a la perfección, la dupla en partidos atascados se estorba más que se complementa y hace más predecible el ataque sevillista que con el dibujo que tiene a Bacca como protagonista. Algo que se multiplica si el francés, como ahora, no está en su mejor momento.

Tiene que recuperar su mejor forma, pero no con calzador en un conjunto que ahora mismo funciona mejor sin él. No, pues, con tanto protagonismo en partidos importantes. Algo parecido le pasó el año pasado a Emery con Nico Pareja, que se pasó media Liga con una forma aceptable para acabar la temporada como un tiro y ser ahora capitán general. Eso sí juega a favor de la terapia. Pero lo que se pierda por el camino...

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