Gabriel Humberto Calderón no se olvida ni un instante de los seguidores del Betis, y así lo reflejó en sus primeras palabras en la rueda de prensa que ofreció ayer previa al choque ante el Espanyol: "Quedan ahora 17 finales y el domingo vamos a dar la vida porque es nuestra obligación. Y también es nuestra obligación que la afición esté orgullosa de su equipo. Éste va a estar presente y mi trabajo y mi preocupación es poner al equipo a la altura de la afición".

Para vencer al cuadro catalán, el argentino sigue "buscando la fórmula para encontrar el equilibrio", pues no quiere que a su equipo le pase los mismo que en Vigo. Además, Calderón ve diferentes a los jugadores: "Ahora trabajan con alegría, y cuando llegué estaban mal. En el fútbol, nunca se está perdido, no podemos permitirnos eso". También dejó claro el entrenador del conjunto verdiblanco que N'Diaye puede jugar de central: "Antes de venir, le pregunté si podía jugar atrás y me dijo que sí. En un sistema con tres centrales, él sería el líbero".

Otro jugador en el que confía mucho Calderón es Rubén Castro, del que espera que siga haciendo goles: "Ha vuelto como goleador y esta semana ha hecho un trabajo increíble. Está muy comprometido desde el principio y está contento. Es fundamental para nosotros". Por último, el ex jugador del cuadro heliopolitano no ocultó sus ganas por estrenarse, en el Villamarín, como preparador del Betis: "Llevo 27 años y medio esperando un momento como el del domingo. Es el sueño para mí".