Athletic - Sevilla · informe técnico

De mentira y en San Mamés

  • Ni con toda la artillería sobre el césped y un jugador más fue capaz el Sevilla de someter a un feble Athletic. Los de Míchel ni tienen el balón ni presionan arriba.

A alguien se le olvidó explicarle a los futbolistas del Sevilla que jugaban en San Mamés. Y en el feudo bilbaíno hasta el peor Athletic, como pueda ser el que hogaño se tambalea con Bielsa, te exige. Pretender ganar en plaza tan señalada con la ley del mínimo esfuerzo, jugando a verlas venir, no es tarea fácil ni ante un equipo con la psique seriamente dañada como los rojiblancos.

Despersonalizado, como si el azul marino de sus camisetas lo hubiese despojado de parte de su identidad, el Sevilla de Míchel despachó un partido de mentira. No es que no lo intentase, pero si reza el refrán que el que no lo da todo no da nada, el equipo anduvo muy cerca de esto último.

Y es que fuera de casa, al Sevilla le falta compromiso. No quiere el balón sencillamente porque no es capaz de tenerlo, pero tampoco se aprieta para defender arriba e incomodar al rival. Por eso da igual que juegue con tres centrocampistas como que, tras el descanso, Míchel retire a un par de ellos y dé entrada de una tacada a Reyes y Babá. El resultado es el de un equipo que no sabe atacar, que no contraataca y que, siempre, concede algo en defensa.

Defensa

La salida del balón no fue buena. Fazio lo intentó poco y Spahic lo rifa más que lo juega -un fallo del serbio al tocar mal atrás ya pudo costar un gol a los diez segundos-. Maduro no estuvo fino en ese sentido y Campaña lo perdió con excesiva contumacia.

Sea como fuere, la escasa intensidad con la que jugó el Sevilla, incluso en los minutos en los que trató de tener el balón, provocó que el Athletic ganara los justos para llevarse el partido. Las indecisiones de Fazio en defensa, la nula ayuda de Maduro a los centrales y la dispersión de Medel y Fernando Navarro se unieron como cóctel letal en los goles. En el primero, un error en cadena llevó el juego a una banda, sacó a la zaga de sitio y fue rematado luego cerca del punto de penalti. En el segundo, Fazio acudió a una pelea aérea con Aduriz sin darlo todo y Spahic se dejó adelantar por Susaeta.

Ataque

Obvia la falta de un centrocampista capaz de tener el balón y de paliar la orfandad de Rakitic, hubo instantes en los que el Sevilla intimidó con cinco futbolistas en campo del Athletic, pero no fue de verdad nunca y no generó más que un contraataque en robo adelantado de Campaña. Muy poco.

Todo ello condujo a una producción ofensiva muy escasa, sin triangulaciones ni velocidad, y que se fió a lo que ganara Jesús Navas en sus incursiones. Pero la escasa precisión de éste, algo que no es nuevo, restó a la hora del balance final. Reyes apenas buscó alguna internada individual y Babá perdió en el área el tino que se ganó fuera de ella.

Virtudes

Apenas concedió opciones al contraataque en la segunda mitad.

Talón de Aquiles

La imagen de equipo que diera el Sevilla hace más de un mes la ha perdido por completo. Hoy no se sabe bien qué pretende Míchel: el equipo no domina a los rivales y ni ataca ni contraataca.

Uno por uno

Palop. Blando de manos en el segundo gol, por mucho que Susaeta golpeara el balón con mucha potencia.

 

Cala. El mejor atrás. Casta y subidas con precisión y peligro.

 

Fazio. Con el cuerpo que tiene no debe perder tan fácil el salto con Aduriz que origina el 2-0. Le falta lo principal para defender bien: contundencia.

 

Spahic. El balón es un enemigo para él. Lo juega mal y confiado.

 

Fernando Navarro. Pudo evitar el remate de De Marcos en el 1-0.

 

Maduro. No auxilió a los centrales ni quiso saber nada del balón.

 

Jesús Navas. Desperdició muchas jugadas con pases a los pies de los centrales o pasados.

 

Medel. Poco participativo y sin carácter, como con la cabeza fuera del partido.

 

Campaña. No se escondió, pero erró mucho en el pase.


Rakitic. Se vio muy solo, pero fue capaz de irse a los medios y elaborar lo poco bueno del Sevilla.

 

Negredo Un par de remates sin peligro y un fallo ante Iraizoz.

 

Babá. Se movió e hizo cosas, pero falló un gol ante el portero.

 

Reyes. Hizo la guerra por su cuenta y no pisó área.

 

Kondogbia. Parsimonioso.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios