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El momento de Llorente

  • El riojano, que se perdió el partido de Turín, apunta a la titularidad ante la Juventus Su estado de forma, su fútbol y su motivación, razones para la firme apuesta

El Sevilla juega una auténtica final en el Ramón Sánchez-Pizjuán ante la Juventus. Ganar es el único camino que tiene el equipo de Unai Emery para enderezar el rumbo de una temporada que se torció con la precoz eliminación del grupo de la muerte de la Champions. Aun siendo previsible la dificultad para pasar a la siguiente ronda por el nivel de los rivales, la fortísima apuesta del club este verano, con fichajes de elevado coste, y hasta la situación social, con la inminente Junta de Accionistas, dotan al partido de una trascendencia especial. Es difícil imaginar cuál será el panorama que quedará por delante, en todos los sentidos, si el Sevilla se queda con sólo dos competiciones antes de Navidad. Ante esta situación el nombre de Fernando Llorente cobra especial relevancia.

El delantero riojano se perdió el partido de la segunda jornada del grupo en Turín debido a sus problemas musculares en el pubis. Llorente se quedó sin poder reivindicarse ante su ex equipo y ahora se le presenta la gran oportunidad. Su motivación es muy elevada, así como su nivel de implicación, pese a que la temporada no está yendo por el camino que él hubiera deseado cuando firmó por el Sevilla. Y eso ya es un factor a tener en cuenta, amén de que conoce perfectamente el sistema defensivo de la Juventus y sus tres integrantes, los fijos Barzagli, Bonucci y Chiellini.

Pero no sólo se trata del conocimiento táctico y técnico de sus ex compañeros en la Juve. Llorente viene demostrando en el último mes que ya está listo para ser la principal referencia ofensiva del equipo de Emery. El técnico sevillista ha apostado hasta ahora por Gameiro como primer delantero y sólo cuando ha estado forzado por la necesidad de rotar o por la ausencia del francés le ha dado la titularidad, salvo en aquella precipitada apuesta, con el futbolista recién llegado, ante el Atlético.

Los problemas musculares lastraron desde aquel precoz estreno a Llorente, a quien le costó ponerse a punto. Sin embargo ya tuvo un buen papel saliendo del banquillo ante el Real Madrid, con gol incluido, partido en el que el titular fue Immobile, y afinó aún más su puesta a punto frente al Valencia, día en que sí gozó de la titularidad, aunque no marcó. En Riazor, el riojano dio un pasito más. Emery tardó en sacarlo al campo, al igual que le pasó en Mönchengladbach, donde le dio un excelente pase de gol a Vitolo. Pero cuando salió ante el Deportivo mostró que tiene muchísimo que ofrecer, y no sólo por su capacidad de remate. Con el Sevilla obturado y sin mordiente, el riojano tuvo movilidad en la mediapunta, bajó y jugó multitud de balones con peligro y le dio el pase de gol a Iborra con el pecho, salvando al menos un empate.

Su buen momento coincide además con un pequeño bache de juego de Gameiro tras su ausencia frente al Valencia. El francés, todo voluntad, no está fino. De hecho, no marca desde el pasado 24 de octubre, cuando hizo un triplete ante el Getafe (uno de penalti) y suma seis en 16 partidos entre Liga y Champions (1.111 minutos). Llorente, sólo tres en 12 partidos en total (522 minutos). Pero no sólo su promedio es mejor. Por motivación, por influencia en el juego y por estado de forma es el momento de Llorente. Porque pensar que Emery apueste por ambos de salida ante la Juve...

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