Juventus-Sevilla

La prueba del algodón

  • El Sevilla vuelve a Turín para enfrentarse a una Juventus que debe ser un rival para saber cómo será el equipo de Sampaoli. Con Emery los sevillistas fracasaron en este estadio.

Otra vez por aquí. El Sevilla llegó ayer por tercera vez a Turín, ciudad con magníficos recuerdos por la conquista de la tercera Liga Europa que refulge en sus vitrinas en una tanda de penaltis inolvidable contra el Benfica. Sin embargo, hace poco menos de un año, los blancos retornaban al mismo estadio para medirse con el anfitrión, la Juventus, y ahí salieron escaldados en uno de los peores partidos de la etapa de Unai Emery como entrenador de la entidad nervionense. Ahora todo es distinto y tal vez por ello esta nueva estancia en la ciudad junto a los Alpes debe servir como un magnífico calibre para valorar cuál es el Sevilla que se puede esperar en la hégira de Jorge Sampaoli como entrenador.

No es ésta una cuestión menor, el sevillismo está expectante ante lo que pueda deparar la etapa del prestigioso entrenador argentino. Hay quienes defienden a muerte su idea del fútbol y apuestan sin ambages por ese romanticismo (amateurismo lo denomina el propio Sampaoli) de jugar al ataque sin ningún tipo de corsé, de meter muchas más piezas por delante del balón que por detrás. Hasta ahí perfecto, a quién no le va a gustar semejante concepción balompédica si va acompañada de buen fútbol y de resultados, sobre todo de ganar más partidos de los que pierde el equipo blanquirrojo.

Pero junto a esa corriente tan cercana al amateurismo también comienza a surgir otra que no entiende bien muchas situaciones relacionadas con semejante planteamiento, por ejemplo que a Las Palmas le basten un par de toques para plantarse en una superioridad aplastante en las cercanías de Sergio Rico. Son los riesgos de la apuesta realizada por el Sevilla cuando optó por contratar a Sampaoli para que implantara su idea en el vestuario sevillista, algo que se incrementaría de manera exponencial con la contratación de los futbolistas que puso a sus órdenes.

Como hubiera dicho el mismísimo Unai Emery en cualquiera de sus muchas ruedas de prensa "hay que creer, hay que creer". No le queda otra a los sevillistas en esa duda que tienen acerca de los métodos futbolísticos de su actual entrenador. Y con esa corriente de pensamiento basada más en la fe que en los hechos reales, en luchar por una determinada forma de ver el fútbol que muy pocos son capaces de alcanzar, el Sevilla se ha plantado en Turín para medirse con el eterno campeón de la liga italiana. Enfrente estará una vara de medir harto exigente llamada Juventus y radicada en Turín, aunque la verdad es que su afición es mucha más extensa en otros rincones de Italia que en esta ciudad del Piamonte donde quizás sea el Torino el equipo con más seguidores reales.

La Juventus no pudo retener a Pogba en sus filas otro año más, pero a cambio percibió más de 120 millones de euros, lo que, unido a otro buen pellizco por Morata, posibilitó que el club bianconero haya podido recopilar a una buena cantidad de futbolistas importantes para aumentar el nivel competitivo de su plantilla. Uno de los primeros en llegar fue un tal Daniel, Alves de apellido, que sigue siendo uno de los mejores laterales derechos del mundo por mucho que lo hayan querido enterrar mucho antes de tiempo; después aterrizó desde la Roma un hombre capaz de imaginar el fútbol desde muy cerca del área que se llama Pjanic... También fichó a Pjaca, una promesa croata; el central Benatia después de haber decepcionado en el Bayern y, por último, Higuaín previo pago nada más y nada menos de 90 millones de euros correspondientes a la cláusula de rescisión al Nápoles. Con semejantes refuerzos, además de consolidar las compras del francés Lemina y del colombiano Cuadrado, Allegri no puede estar descontento, ya que su Juventus, siempre con los tres centrales de la selección italiana como base de un proyecto sólido, ha subido varios puntos en su nivel global como equipo.

Todo eso, nada más y nada menos, será lo que deba afrontar esta noche Sampaoli con su tropa en el estreno en la Liga de Campeones de esta temporada. El examen no puede ser más exigente ante una Juventus que ha confirmado pronto el poderío de su plantilla. Lo ha hecho con pleno de victorias en las tres primeras jornadas de la liga italiana tras derrotar a Fiorentina, Lazio y Sassuolo. Aunque en este sentido, el de los datos puramente objetivos, el Sevilla de Sampaoli tampoco se queda nada atrás, pues sacó adelante, aunque con algunos apuros, sus partidos caseros contra Espanyol y Las Palmas y fue capaz de empatar en su visita a un Villarreal que, en teoría, pelea por las mismas cosas que él. En este sentido, el balance no estaría nada mal, otra cosa es lo que tiene que ver con la idea, con ese concepto al que tanto acude el entrenador argentino para argumentar su manera de concebir este deporte. Los números sí sostienen el proyecto en este arranque, incluso son mejores que en el pasado.

A partir de ahí llega el momento de poner en liza semejantes planteamientos en un recinto tan complicado como el Juventus Stadium. Aquí, en la ciudad, pues antes se jugaba el Comunale y después en Delle Alpi, sólo han sido capaces de ganar dos equipos españoles. Uno fue el Real Madrid de Di Stéfano y en una época más reciente el gran Deportivo. Es un reto bastante atractivo, pues, para este Sevilla que arribó ayer con la ilusión por las nubes entre todos sus futbolistas y con esa incredulidad que sigue instalada en la epidermis de su entorno. Claro que conviene precisar con celeridad que ni Juande Ramos ni Unai Emery se libraron de semejantes juicios sumarísimos y estuvieron incluso a punto de ser ejecutados en sus respectivas visitas a San Mamés y Cornellá, donde se libraron con sendos triunfos contra el Athletic, precisamente con gol de Daniel, y ante el Espanyol, donde Fazio abrió el marcador para que Vitolo y Bacca completaran ese triunfo salvador para Emery.

Quiere esto decir que los juicios no deben ser tan precipitados y lo que ahora parece de una forma puede ser completamente diferente con el paso de los meses, también para Sampaoli por supuesto. Pero lo que sí es seguro, si el argentino es fiel a su manual futbolístico, es que el Sevilla que esta noche peleará en el césped del Juventus Stadium no tendrá nada que ver con el que decepcionara tanto en su visita de la temporada pasada. Esa noche la escuadra de Emery, miedosa hasta desesperar, fue un no equipo incapaz de meterle siquiera el miedo al gigante italiano.

En teoría, no será lo mismo lo que se pueda observar en el duelo de esta noche. Sampaoli ha jugado ya partidos importantes con el Sevilla, pero fue contra rivales españoles, y ahora estará especialmente motivado por demostrar en la Liga de Campeones que sus métodos ofensivos son muy válidos en este nivel futbolístico. El algodón lo pasa la Juventus a las 20:45, como siempre mientras no cambien la Champions, y los suyos esperan que el Sevilla salga de esta prueba con el brillo que demandan para creer en el nuevo estilo.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios