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Poco se pudo hacer

  • El cambio en el banquillo no repercutió en la actitud de los jugadores. Los primeros minutos de la segunda parte dan esperanzas de poder cambiar la dinámica negativa del equipo.

El primer once de Merino fue, a falta de N´Diayé por sanción y Westermann por lesión, el que todo aficionado verdiblanco alinearía. Una alineación lógica en la que, a priori, saca el mejor once que tiene en la plantilla. Quizás en el banquillo se echó de menos a Van Wolfswinkel, un jugador que tiene rapidez y puede acompañar a Rubén Castro en el ataque. La ausencia de Van der Vaart no ha cogido por sorpresa a nadie.

El comienzo del partido fue exactamente igual que los anteriores con Mel. Sacan de centro, pase atrás y balonazo arriba. No sólo fue esa la jugada en la que el Betis empleo el patadón, cada vez que el balón llegaba al área del Betis lo usaban para despejar.

Pero el partido empezó igual que en la ida. Si la vez anterior fue el danés Krohn-Dehli quien aprovechó un pasillo enorme, esta vez fue N´Zonzi quien sacó el balón desde su campo y empezó a recorrer metros sin ningún rival que le impidiese el paso. Hasta cuatro jugadores verdiblancos tenía alrededor y ninguno le entró. Gracias a ese conducción de balón llegó el primer gol del Sevilla.

Siguen los mismos males. El Betis no sabe qué hacer con el balón. Cuando Ceballos tiene el balón nadie se ofrece en el centro para ofrecerle una alternativa. Sí se pudo ver un poco de mordiente por parte de los de Merino para intentar frenar las salidas del Sevilla. Cosa que era imposible porque los sevillistas daban tres pases rápidos y se plantaban a escasos metros de la portería de Adán.

El Betis no está. Se demostró en una jugada en la que a Digard le hace falta Llorente para frenar la contra. El francés saca rápido para echársela a Joaquín y coger al Sevilla desprevenido pero el balón se va por la línea de banda porque el del Puerto no estaba atento a lo que ocurría en el terreno de juego.

El segundo gol del Sevilla llegó con las facilidades en los rechaces que solo el Betis es capaz de dar.

Después de este segundo gol, Joaquín y Portillo intercambiaron las bandas. La única vez que el Betis llegó con cierto peligro al área de Rico fue por la banda derecha cuando Joaquín se enfrentó con Tremoulinas, al no llegar Escudero a defender la jugada. Joaquín y Portillo tenían que cubrir las subidas de los laterales del Sevilla y eso les desgastó durante todo el partido.

En la segunda parte, Merino cambió a Ceballos por Fabián. Había que empezar a guardar efectivos para los partidos importantes del Betis. Los primeros minutos del Betis fueron distintos. Tenían el balón y enlazaban buenos pases. Salió con más mordiente. En estos primeros minutos de la se funda partes, el Betis llegaba más al área del Sevilla que en los dos partidos anteriores, que dice mucho.

El Betis, tirando más de coraje que de calidad, y el Sevilla venido a menos y guardando la ropa, intentaba maquillar el resultado pero el Sevilla cuando metía un poco de intensidad desarmaba a los de Merino.

El siguiente cambio de Merino fue cambiar a Digard por Kadir. Los suplentes le dieron otra imagen al Betis. Fabián tiene muy buena pinta. Es un jugador que busca el hueco para que sus compañeros puedan dársela y seguir corriendo. Nadir tuvo también una ocasión muy clara al aprovechar un mal despeje de Kolodziejczak. De hecho el único jugador que ha tirado a puerta en toda la eliminatoria ha sido Fabián. El último cambio fue el de Jorge Molina por Rubén Castro. Un cambio testimonial.

Este partido era testimonial. El verdadero debut de Merino será el próximo sábado ante el Villarreal. La cuestión es si podrá levantar la moral después de este golpe tan duro ante el eterno rival. Y lo peor es que hay que darle gracias al Sevilla de que en ningún momento jugó a su máximo nivel porque la derrota podría haber sido de las que hacen historia.

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