El regalo que todos descambiarían

El derbi sevillano

Betis y Sevilla se cruzan en un partido al que llegan con ganas de no disputarlo siquiera. Las dos derrotas ligueras han dejado muy tocadas a ambas escuadras.

Mel alecciona a Adán durante el entrenamiento bético en el Benito Villamarín.
Mel alecciona a Adán durante el entrenamiento bético en el Benito Villamarín.
Francisco José Ortega

06 de enero 2016 - 05:02

Festividad de los Reyes Magos y la cartelería anuncia el derbi número 122 de los que se han disputado oficialmente en esta ciudad. Betis contra Sevilla por aquello de que en el sorteo saliera en primer lugar la bolita de los verdiblancos y la sensación casi unánime de que, a día de hoy, todos descambiarían el regalo que deparó el emparejamiento en la Federación Española de Fútbol. Es el típico presente que quien lo idea lo entrega con la máxima ilusión en este día tan señalaíto y el que lo recibe, con maldad o sin ella, piensa de inmediato que cualquier cosa alternativa le puede ir mejor. Valga este símil para explicar las sensaciones previas a la ida de los octavos de final de la Copa del Rey, pues da la impresión de que ni unos ni otros tienen ganas de afrontarla por el temor al castigo que pueden sufrir sin caen en este cruce.

Lógicamente, los resultados del pasado sábado tienen mucho que ver para que así sea. Aunque cada uno, dependiendo de los colores que sienta, le puede dar el valor que estime oportuno al castigo sufrido, lo cierto es que tanto el Betis como el Sevilla salieron escaldados de una jornada que, en teoría, no era demasiado exigente para ambos. Los verdiblancos aún no han digerido la humillación por 0-4 frente al rival más modesto de la máxima categoría y es lógico que así sea. Pero en el caso del eterno rival tampoco se queda muy atrás por mucho que sea más por reiteración de decepciones que por haber perdido en Granada, ya que el balance de cero triunfos como forastero en toda una primera vuelta de la Liga y ante rivales sensiblemente menores es un lastre demasiado pesado para una plantilla construida para otras cuestiones bien distintas.

En medio del huracán, además, se hallan las figuras de los dos entrenadores. La afición bética invitó, tal vez por primera vez, a Pepe Mel a dirigirse hacia la puerta de salida y el madrileño, como es normal también, se mostró muy dolido por ello. Su crédito, como el de Unai Emery, debería merecer un colchón mucho más mullido, pero el fútbol es así de amnésico y hasta el vasco es cuestionado muchas veces por los suyos a pesar de haberlos ayudado a conquistar dos títulos en la Liga Europa. Es evidente, por tanto, que Mel y Emery se juegan mucho en esta eliminatoria. El desarrollo de la misma, con resultados que pudieran ser contundentes o cualquier otra circunstancia, puede conducirlos a un callejón sin más salida que ponerle el punto final a su trayectoria de manera precipitada.

O no, eso nunca se sabe cuando se trata del fútbol. Ambos técnicos ya han pasado por situaciones más o menos similares, Mel incluso fue despedido otra vez tras un empate frente al Rayo, y también hay que tener en cuenta que un buen resultado podría servirle a uno de ellos para reconducir la situación y ganar crédito dentro de su afición. Ésa es otra de las cosas que están en juego en este cruce copero.

A la hora del repaso de la lista de ausencias, sí parece tener más problemas el Betis, también porque su plantilla es más corta aunque, paradójicamente, en el aspecto cuantitativo tiene más elementos, muchos de ellos descartados en su día por el propio Mel. La lesión de Bruno, uno de los puntales en el eje central de la defensa, es importante para los suyos y esto se puede sumar al mermado estado de Westermann. El club ayer lo daba por descartado, pero la intención del técnico madrileño es forzar al alemán para tratar de contar con él en la alineación inicial. Tampoco estará Molinero, titular en el derbi de la Liga, pero esta baja es menos valorada por los aficionados verdiblancos.

En las filas nervionenses quien no estará es Iborra por la sanción acarreada por su absurda expulsión contra el Logroñés, más incomprensible aún si se tiene en cuenta que la eliminatoria registraba en ese momento un 6-0 favorable a los suyos. Tampoco fue incluido por Emery en la relación de 19 convocados para este encuentro Mariano, titular en las últimas jornadas en el lateral derecho y que esta vez le cederá su puesto a Coke. A tenor de la alineación confeccionada por Emery el pasado sábado frente al Granada, no sería descartable que el equipo estuviera muy refrescado con la presencia de los laterales Coke y Tremoulinas; N'Zonzi en el centro del campo; Banega en la construcción; Konoplyanka en uno de los extremos y hasta Immobile, que podría ser el delantero en estas rotaciones. ¿Carriço? Todo dependerá de su estado físico, algo que tanto se oculta en los entrenamientos a puerta cerrada, pero si su tonoen este sentido es el adecuado tampoco sería una quimera verlo de central junto a Rami.

Todo esto es lo que tiene que ver con los elementos relacionados directamente con el fútbol en este derbi número 122, pero también hay que tener en cuenta que la expectación ha decrecido considerablemente. El Betis, además, consideró oportuno cobrar a los abonados y esto, unido al desastre del Eibar, le echó mucha agua a la venta de localidades, tanto que los dirigentes heliopolitanos apelaron a última hora a dos por uno para los abonados para que se animaran. Tampoco sería descartable que sobrara papel en la zona destinada a la hinchada visitante después de la desilusión de Granada.

La meteorología, mientras, parece que anuncia una tregua para la hora del encuentro, las seis y cuarto de este 6 de enero, incluso la temperatura puede estar en torno a los 14 grados. Y, por último, el actor llamado Carlos del Cerro Grande, un árbitro cuya designación no gustó mucho en las filas sevillistas por los reproches que le hicieron en un derbi que acabó en 3-3 tras la expulsión de Medel. Pero ésas son cosas propias de los quisquillosos, de los que tiran de hemeroteca cuando les van interesando, pues nunca se sabe cómo saldrá el trencilla.

Tal vez sea una incógnita aún mayor que desvelar el rendimiento de este Betis y este Sevilla, por mucho que haya una cosa clara. Hasta ahora los verdiblancos hacen agua en casa y los blancos bordean el ridículo fuera. Los dos no pueden perder en este derbi que todos, o casi todos, descambiarían, así que la incógnita es ver quién es capaz de variar su caminar en positivo. En torno a las ocho de la tarde se despejará la incógnita de esta ecuación que tiene una segunda parte seis días después en el Ramón Sánchez-Pizjuán.

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