Un suspiro de otoño

Emery debe demostrar que la mejoría en el juego no la ve sólo él, sino que se traduce en puntos. Real Sociedad, Almería, Valladolid y Osasuna, rivales antes del Bernabéu.

Unai Emery, en charla con Monchi a pie de césped.
Unai Emery, en charla con Monchi a pie de césped.
Jesús Alba Sevilla

27 de septiembre 2013 - 05:02

Si parte del desencuentro que la afición del Sevilla ha protagonizado en la última semana con Unai Emery tiene que ver con la curiosa forma que ha tenido de expresar en las ruedas de prensa lo que ve en el campo, octubre es una oportunidad propicia (y puede que la única) para demostrar que llevaba razón. El 4-1 al Rayo Vallecano ha apaciguado unos ánimos que es verdad que si se sacaron de quicio fue por la situación de estar colista, una circunstancia más escandalosa que importante en sí. Ahora, aunque sea con un juego que no convenció a la afición como lo hizo con el entrenador, se ven las cosas de otra manera.

Hay muchas cosas que arreglar, que debatir y que discutir, pero el respiro que el de Fuenterrabía va a tener debe servirle para echarla al suelo -lo mismo que a los que se han posicionado en el lado opuesto- y empezar a construir el edificio proyectado en los planos durante el periodo estival. El calendario va a ser más cómodo de lo que lo ha sido hasta ahora, pero es verdad que el bloque tiene que cerrar muchas fisuras, como volvió a demostrar el Rayo Vallecano el pasado miércoles sobre la hierba del Sánchez-Pizjuán.

Pasados los trances de medirse a rivales fuertes como Atlético de Madrid, Barcelona y Valencia, la plantilla debe empezar a dar su verdadero nivel con rivales que deben relanzar al Sevilla en la clasificación antes de la visita el 31 de octubre al Real Madrid en el Santiago Bernabéu. Los de Emery, tras disputarle los puntos mañana en Anoeta a una Real Sociedad en horas bajas, reciben en Nervión después del parón al Almería, un equipo que está recibiendo muchos goles (es el segundo que más ha encajado, 15, tras el Rayo Vallecano), para jugar después en Pucela ante el Valladolid y recibir a Osasuna en casa. Todos equipos de la zona baja de la tabla.

La labor de Emery en esta secuencia de partidos será un nuevo examen para el guipuzcoano ante los ojos de esos aficionados que han perdido momentáneamente su confianza en él por decisiones extrañas (el cambio de Gameiro en Mestalla) o el empecinamiento en mantener un solo pivote pese al desequilibrio evidente que ello provoca y que le impide controlar los partidos.

Además, Europa también debe ser un botón más para la reconciliación. El Sevilla tiene en octubre dos encuentros ante contrarios que le van a exigir más que el Estoril portugués, pero Emery cuenta con la ayuda que debe ser para la gestión de estos partidos el hecho de que se recuperen jugadores importantes hasta ahora en el dique seco como Fazio, Carriço, Reyes, Perotti o Vitolo y Pareja, este último que ya demostró ante el Rayo muestras de estar acercándose a su mejor forma. Los blancos tienen que enfrentarse junto a la avenida Eduardo Dato al Friburgo alemán el 3 de octubre, mientras que a finales de mes, el 24, el Sevilla visita a un viejo conocido en la República Checa, el Slovan Liberec, al que ya se midió, con 0-0 final, en la segunda UEFA ganada.

Un otoño que debe ser la continuación del suspiro de Emery antes del trance (por el rival y por los arbitrajes) de ir al Bernabéu. Un suspiro u otra cosa menos agradable si los planes no salen bien.

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