Análisis

El undécimo, el más oprobioso

  • Sólo tres años después de regresar a Primera, el Betis vuelve a los avernos tras una incompetente gestión. El cuadro verdiblanco iguala a Málaga y Murcia como equipos con más descensos a Segunda.

Desde hace semanas, la confirmación del undécimo descenso a Segunda en la centenaria historia del Betis, un récord que ostenta junto a Murcia y Málaga en sus dos denominaciones, se trataba de una cuestión de tiempo, para dolor de una afición que ha venido asistiendo al deceso no sólo del equipo sino de aquel espíritu que se invocó el 15-J de 2009 y con el que se suponía que aparecería un Betis nuevo, distinto y que entraría por fin en el siglo XXI. Pero nada más lejos de la realidad.

La torticera dirección impuesta por el anterior administrador judicial, José Antonio Bosch, que aglutinaba en torno a su figura todas las cuestiones del club, tanto económicas como deportivas, acabó por confeccionar una plantilla con múltiples carencias, precisamente en la temporada en la que el Betis regresaba a Europa ocho años después. Ni la presencia de Pepe Mel en el banquillo -el técnico del último ascenso y también de la vuelta a Europa- sirvió para darle lustre a una plantilla de escaso fuste, en la que de nuevo los héroes del ascenso -Rubén Castro, Jorge Molina y hasta Salva Sevilla- estaban llamados a marcar la diferencia. La negrísima etapa de Juan Carlos Garrido y la bienintencionada de Gabriel Humberto Calderón tampoco sirvieron para quitarle el olor a cadáver que desprendía el equipo bético.

El undécimo descenso llega, como una constante en la historia bética, cuando menos se esperaba. Ya la primera caída a los avernos se produjo dos ligas y cinco años después de que el Betis se llevase a sus vitrinas el título de campeón en la 34-35, contando el tiempo que la competición estuvo interrumpida a causa de la Guerra Civil, cuando finalizó la 39-40 con el equipo en Segunda División.

Sólo dos cursos tardaría en volver a la máxima categoría, pero su estancia sería efímera, después de que en la 42-43 acabase como colista en una Liga de 14 equipos, en una temporada tan desastrosa en sus números como la actual. Ahí iniciaría el Betis su particular travesía del desierto, ya que tardaría la friolera de 15 años en regresar a la élite tras pasar incluso por Tercera. La irrupción de un empresario gallego, Benito Villamarín, sería crucial para que el el club verdiblanco recuperase su sitio entre los grandes. Con Antonio Barrios como entrenador y Luis del Sol como capitán, el Betis volvía a Primera a finales de la 57-58.

Ocho años aguantaría en la máxima categoría del fútbol nacional. En un Domingo de Ramos en La Rosaleda, el Betis certificaría su caída a la Segunda División, tras igualar Otiñano en el descuento el gol inicial de Ansola, que incluso habría librado al cuadro bético de jugar la promoción, aunque de poco le serviría al Málaga, que también acabaría descendiendo.

La fama de equipo ascensor que acompañaría al Betis hasta estos tiempos se acreditó también en esos años. Si poco duró la estancia en Segunda, lo mismo resistió en Primera. El domingo de preferia de 1968, tras perder 0-3 en una matinal ante el Athletic Club, el Betis confirmó un descenso en el que también lo acompañaría, por vez primera, el Sevilla.

El quinto descenso se va a producir en Castellón, en la última jornada de la 72-73. Dirige al equipo bético Ferenc Szusza y es la del retorno de Luis del Sol. Bajan tres y el Betis lo hace como tercero por la cola, aunque sólo estará un año en Segunda, al regresar con un equipo en el que ya figuran Esnaola, Bizcocho, Biosca, Sabaté, López, Alabanda, Cardeñosa, López, Benítez y Rogelio.

El siguiente batacazo quizá sea el más doloroso de la centenaria historia. Once meses después de proclamarse campeón de la Copa del Rey, y tras realizar un papel más que digno en la Recopa, el equipo verdiblanco se despeñaría en la última jornada, después de que Hércules y Burgos pactasen unas tablas.

Volvió por la vía rápida para estar diez años en Primera -el periodo más prolongado de su historia-, pero en junio de 1989 se vio abocado a disputarse la permanencia en una promoción con el Tenerife de infausto recuerdo para el beticismo. El 4-0 encajado en el Heliodoro Rodríguez López sería una losa insuperable para la vuelta.

El descenso de la 90-91 se asemeja al de esta temporada al producirse por la vía rápida. Cardeñosa, José Luis Romero y José Ramón Esnaola dirigieron al equipo en una Liga en la que el Betis sólo alcanzó 25 puntos. Pese a todo, fue un año en el que debutaron jugadores como Cuéllar, Merino o Loreto.

Tras ascender en la 93-94 de la mano de Lorenzo Serra Ferrer y tras disputar una final copera en el 97, el equipo verdiblanco protagonizaría otro inesperado descenso en la 99-2000, con una plantilla en la que se encontraban Alfonso, Finidi, Denilson, Oli, Prats... Sería el segundo descenso que compartiría con el Sevilla y se certificó en la penúltima jornada, tras caer por 0-2 con el Real Madrid en Heliópolis, con goles de Roberto Carlos y Anelka.

El penúltimo y décimo descenso tuvo como escenario la temporada 2008-09 y significó el principio del ¿fin? de los 18 años de Lopera en el Betis. Tras comenzar con Paco Chaparro, quien había salvado al equipo el año anterior, sería José María Nogués quien enviase definitivamente a Segunda a un equipo que contaba en sus filas con Emana, Sergio García, Mehmet Aurelio, Oliveira o Edu, tras ser incapaz de superar al Valladolid en un Benito Villamarín que sufrió una puñalada tan dolorosa como la actual.

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