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Economía

Andalucía busca más reputación industrial

  • Empresarios piden no centrarse en agricultura, turismo y energías verdes, sino maximizar el potencial de la industria, que multiplica la riqueza y genera empleo de calidad

El cambio de modelo productivo de Andalucía no se conseguirá de un día para otro, pero hay que empezar por algún sitio. Así lo admitieron ayer empresarios del sector industrial andaluz, que reivindicaron un mayor espacio para la industria en la región más allá de las tradicionales fortalezas de turismo, agricultura o energías verdes. Y qué mejor manera de hacerlo que buscando espejos en los que mirarse. "Tenemos que romper los estereotipos de Andalucía y propiciar la llegada de una amplia variedad industrial a la región; esperemos que con nuestro ejemplo mejoremos nuestra reputación y atraigamos a nuevos agentes que inviertan en la región", indicó Damien Marantelli, consejero delegado de Cobre Las Cruces en un encuentro organizado por el Centro de Debate y Desarrollo, en el que también participaron Persán, Heineken y Renault.

Celebrado en la Fundación Cruzcampo, los máximos directivos de las cuatro empresas se empeñaron en sacar a la palestra las bondades de la industria, a la par que señalaron los hándicaps que pesan sobre la actividad en Andalucía y que han provocado que no termine de despegar. La envergadura de las cuatro compañías, que conjuntamente facturan casi 2.000 millones de euros, emplean a 2.634 personas de forma directa y a 20.000 de forma indirecta, cuentan con 400 contratistas y han invertido más de 1.600 millones en nuestro territorio en la última década, les confirió autoridad para abordar el tema.

Todos coincidieron en que la industria es el motor crítico del bienestar de cualquier economía. Antonio Somé, CEO de Persán -líder nacional en la venta de detergentes, suavizantes y lavavajillas-, lo resumió en tres factores: "Favorece la creación de empleo estable, la apuesta por la I+D, y cuenta con un enorme efecto multiplicador". Sin ir más lejos, dos tercios de las plantillas de estas empresas permanecen más de seis años en ellas, lo que contrasta con lo que ocurre en el sector de los servicios. Además, se trata de un empleo cualificado y de calidad. Por otra parte, el 2% del PIB generado por la industria se destina a investigación y desarrollo, frente al 0,2% del sector primario o el 0,5% del terciario. Pero quizá lo más importante sea que, por cada euro invertido en estas actividades, se generan 1,60 más, al igual que, por cada empleo, se crean 1,40 puestos de trabajo adicionales.

Del lado de las debilidades, los ejecutivos incidieron en que el tamaño de las empresas aún es reducido, existe cierta debilidad en el soporte por parte de los proveedores, hay carencias formativas y hace falta ganar competitividad. La predominancia de las microempresas en Andalucía, el hecho de que la industria sólo represente el 12% del PIB de la región, o de que esté a la cola de Europa en PIB industrial per cápita -2.000 euros frente a los 4.000 de media europea o los 8.000 de Alemania- no ayudan al resurgir de la industria.

"No hay una clase media formada; o tenemos titulados superiores o gente sin formación, pero la franja intermedia es la menor de toda Europa: del 22% frente al 40% de Francia", incidió Somé. Un factor negativo al que el director de la fábrica Renault en Sevilla, Alfonso García-Agúndez, sumó la carencia de proveedores de proximidad en determinadas áreas. "Andalucía es un desierto en aluminio y acero forjado que son los materiales de las piezas que nuestra empresa demanda; tenemos que buscarlas en Madrid, País Vasco, Francia o Alemania, con lo que se desaprovecha una gran oportunidad para el tejido local", explicó. Por ello, instó a las empresas locales a volcarse con la automoción, siempre y cuando no se centren en un solo cliente, sino que diversifiquen su foco. Su factoría fabrica un millón de cajas de cambio al año para los coches Renault. La necesidad de volcarse con la tecnología, la formación y la organización del trabajo fue otro de los factores en los que puso el acento el gerente de la fábrica de Heineken en Sevilla, José María Rodríguez, desde donde se suministra el 40% de la demanda nacional de cerveza.

Pese a estas rémoras, los directivos ensalzaron como mayor punto fuerte de Andalucía la calidad de sus profesionales. "Se trata de gente apasionada y creativa, con gran capacidad de trabajo", enfatizaron. Lo único que falta y que se podría aprender de las industrias de otros países es la planificación y cierta practicidad a la hora de resolver los problemas. "Pero sin duda desde aquí debemos exportar el estido de vida: trabajar para vivir y no al revés", sentenció Marantelli.

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