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La UE llega a un acuerdo de pesca perjudicial para Andalucía

Barco pesquero en Huelva

Barco pesquero en Huelva

"Decepción total", "varapalo", "fracaso". Son algunas de las expresiones usadas por algunos de los portavoces del sector pesquero andaluz, que ve cómo una vez más sufre recortes tanto en los días de pesca en el caso del Mediterráneo como en el Total Admisible de Capturas (TAC) en el Golfo de Cádiz. El sector valora el trabajo realizado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, y achaca el mal resultado a la intransigencia del comisario de Pesca, Virginijus Sinkevicius.

En la parte del Mediterráneo, se reduce un 7% adicional (o 3,5% con ciertos condicionantes) el número de días de pesca de la flota de arrastre en 2023, dentro de un plan plurianual que se aplica desde 2020 y que ha supuesto el recorte de un 17% en estos últimos años según la Junta, porcentaje que los pescadores elevan en 10 puntos, hasta el 35% (el objetivo es llegar a un 40% en 2025). Esto ya ha tenido como consecuencia que los barcos del Mediterráneo tenga que estar, de media, 174 días trabajando en el conjunto de 2022 y que, con el nuevo recorte, se vayan a los 150, según calcula José María Gallart, presidente de la Federación Andaluza de Asociaciones Pesqueras (Faape) en declaraciones a Efe.

Se trata de una media, porque en muchos casos ya se ha trabajado menos de 150 días en este mismo ejercicio (los días asignados dependen de un histórico declarado por cada barco en el periodo 2015-2017). En Andalucía, por ejemplo, Gallart calcula que el el 40% de los 96 barcos de arrastre del Mediterráneo (92, según los datos de la Junta de Andalucía) están en esta situación. "Eso  lleva consigo que no llegan al umbral de rentabilidad suficiente y que habrá muchas embarcaciones que en 2023 (con el nuevo recorte) se tendrán que plantear no salir a faenar”, a pesar de que según él hay informes científicos que hablan de que hay especies que han alcanzado el rendimiento máximo sostenible, como la gamba roja del Mediterráneo.

La consejera andaluza del ramo, Carmen Crespo, ha calificado este pacto de "muy perjudicial para Andalucía" y ha asegurado que pedirá una "pronta" reunión con el Gobierno central para analizar la situación, sobre todo la de estos barcos que se van a ver obligados a faenar menos de 150 días al año. 

El acuerdo europeo sobre este punto (la gestión de capturas en el Mediterráneo) no ha contado con el beneplácito del Gobierno de España, que ha votado en contra. Según afirma el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas "la Comisión Europea quiere continuar un cronograma de la reducción de días de pesca y entendemos que esa no es la vía adecuada (para la gestión de los caladeros) sino que con la selección de las artes podemos conseguir el mismo resultado y un menor impacto económico y social".

El Ministerio asegura que, pese a estar insatisfecho, ha logrado que se reduzca a la mitad (3,5%) la reducción de días siempre y cuando se adopten medidas de mejora de selectividad con las redes que mejoren el paso de los alevines o se acate una veda de cuatro semanas consecutivas para proteger los reproductores de merluza. También se plantean cierres temporales que permitan reducir un 25% la pesca de juveniles de especies demersales (en aguas profundas) y un 20% la de reproductores. O que posibiliten que se incremente la talla mínima de la merluza a 26 centímetros.

Gracias a estas acciones, el recorte se reduciría, según Planas, a nueve o diez días. Gallart se muestra escéptico respecto a este punto y plantea un encuentro con la Secretaría General de Pesca para saber cómo se articularán estas medidas.

En el Mediterráneo también se reduce un 5% la captura de la gamba roja, frente al 7% inicialmente propuesto por la Comisión Europea. El sector abogaba por eliminar las restricciones o mantener el mismo nivel que en 2022, "ya que todos los informes científicos consultados indican que el stock, salvo en zonas muy específicas, muestra mejoras considerables", indica la patronal española Cepesca en un comunicado.

La única buena noticia es la eliminación de la veda del palangre, a la que no se le exigirán días adicionales de esfuerzo.

Respecto al Golfo de Cádiz, con más de 100 barcos de arrastre, Gallart explica que se ha reducido un 36% el volumen de capturas de cigala para 2023, de 53 toneladas a 32, que se une a la bajada del 30% ya decretada para 2022. Eso no hay que separarlo de otra medida europea: la prohibición decretada por Bruselas en octubre de faenar a más de 400 metros de profundidad, precisamente en las zonas de mayor abundancia de productos clave para el sector en Huelva y Cádiz como la cigala o la gamba. Esta situación afecta esppecialmente a las pesquerías de Isla Cristina, Ayamonte y Sanlúcar de Barrameda.

El norte, más beneficiado

La complicada situación en el Mediterráneo contrasta con el buen resultado obtenido para las pesquerías del norte del país.

La cuantía global de la merluza sur para España en 2023 es de 9.953 toneladas, el doble que el año anterior, y "la mejor cifra de los últimos ocho años y la segunda mejor cifra de este siglo", según Planas. De este aumento se benefician 1.200 barcos de Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco y también en parte el Golfo de Cádiz, aunque según Gallart es algo "irrelevante". También en la caballa que se pesca en el Cantábrico se logra un buen resultado: 29.439 toneladas, un incremento de un 20%.

Los abadejos del Golfo de Vizcaya y del Cantábrico, para los que la Comisión Europea había propuesto una reducción del 10%, se quedan finalmente en un mantenimiento de la cuota asignada a España. El lenguado también mantiene las capturas.  Y también tienen mejoras en las posibilidades de pesca el rape, el gallo, el merlán o la bacaladilla.

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