Unicaja se decanta por Caja España-Duero y firma un preacuerdo de fusión

La caja malagueña tendrá un 63% del nuevo banco y el grupo Espiga el 37%. La sede social de la nueva entidad estará en Málaga y contará con tres domicilios operativos en Madrid, Málaga y Salamanca.

Ignacio Martínez / Málaga

21 de marzo 2011 - 09:36

A la tercera fue la vencida. Tras dos intentos fallidos con Caja Castilla-La Mancha (CCM) y Cajasur, Unicaja ha cerrado las bases de un acuerdo de integración con el grupo Espiga, formado por las cajas castellano-leonesas Caja España y Caja Duero. El preacuerdo ha sido comunicado a la Comisión Nacional de Mercado de Valores (CNMV) y será la base del plan de viabilidad que las entidades con sede en Salamanca y León presentarán antes del lunes 28 al Banco de España. Encontrar los equilibrios ha costado casi dos meses, en dos fases diferentes.

Las dos partes crearán un banco en el que Unicaja tendrá un 63% y el grupo Espiga un 37%. El banco tendrá la sede social en Málaga y tres sedes operativas en Madrid, Málaga y Salamanca. La corporación empresarial estará en León. El presidente ejecutivo será Braulio Medel y el vicepresidente ejecutivo y consejero delegado Evaristo del Canto, actual presidente de Caja España-Duero. El consejo de administración estará formado por 15 miembros, nueve de la caja andaluza y seis de la castellano-leonesa.

Ayer Caja España-Duero celebró un consejo de administración extraordinario en el que se informó de los términos iniciales del acuerdo. Y Unicaja tiene previsto un consejo ordinario el próximo jueves en el que se hará el mismo trámite. Pero las aprobaciones formales de la fusión, en la que ambas pondrán en común todo su negocio bancario, se realizarán cuando el Banco de España dé su parecer sobre el plan de viabilidad del grupo Espiga. En todo caso, fuentes de las cajas consideran que el proceso es irreversible, por la propia determinación de las partes y porque la experiencia del Banco de España en los últimos meses ha sido la de impedir la vuelta atrás en las fusiones iniciadas.

En caso de prosperar esta operación, la entidad resultante no tendría que acudir al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). El grupo Espiga necesita unos 450 millones de euros para cumplir el requisito del decreto del Gobierno sobre solvencia y capital. Pero a Unicaja, que tiene el índice de solvencia más alto de la banca española, con un 13,5% de core capital, le sobra margen para compensar la liquidez de sus nuevos socios, que está en el 8,2%. Las primeras conversaciones de Caja España-Duero con Unicaja iniciadas en enero, tras suspenderse los contactos entre Ibercaja y la entidad presidida por Braulio Medel, se estancaron en la discusión de la sede del futuro banco integrado, un asunto que ahora se ha sorteado con mejor habilidad. En las últimas semanas el grupo Espiga ha estado en conversaciones con el Banco Mare Nostrum (BMN), que está liderado por Caja Murcia, y del que forman parte Cajagranada, Caixa Penedés y la balear Sa Nostra. Las negociaciones duraron aproximadamente unos diez días, con demasiados tirones. Tantos que en el BMN llegaron a la conclusión de que estaban de invitados en una subasta. Oficialmente el acuerdo naufragó porque los dos grupos juntos sumaban unas necesidades de liquidez superior a los 1.000 millones de euros. El decreto del 18 de febrero exige que las entidades financieras españolas tengan un índice de solvencia del 10% del capital principal.

Los activos de Espiga y Unicaja suman casi 90.000 millones de euros, con lo que el banco resultante será el cuarto en el mapa cajero español. Los activos de la Caja España-Duero (46.000 millones de euros) representan algo más que los de Unicaja (43.000 millones), pero la mayor solvencia y la menor morosidad de la caja andaluza le proporcionan un mayor peso en la futura sociedad fusionada. Unicaja, al tercer intento y con la discreción que le gusta a su presidente, ha cerrado por fin un acuerdo en el que da el gran salto de dimensión que pretendía desde hace años.

stats