Economía

El negocio aeronáutico de Ayesa registra ya mejores cifras que antes de la pandemia

  • Factura 12,8 millones de euros en 2022, un 9% más que en 2020

  • Nombra a una directora general para la filial de Ayesa Air Control en Alemania para crecer un 30% en ese país este año

  • Focaliza su avance en introducir capacidades digitales en la fabricación y el mantenimiento y en la certificación de aeronaves militares

Pedro Sanz, director general de Ayesa Air Control

Pedro Sanz, director general de Ayesa Air Control / Juan Carlos Vázquez

La división aeronáutica de Ayesa ha despegado en 2021 con 12,8 millones de facturación (+9%) y 300 trabajadores, y no sólo ha superado el 'shock' de la pandemia sino que rebasa las cifras de 2019. "Hemos batido récords de contratación, de margen, de flujo de caja, todos los parámetros financieros están en máximos", afirma Pedro Sanz, director general de Ayesa Air Control (AAC), la sociedad que la multinacional sevillana comparte al 50% con Sevilla Control.

Las razones son varias y una de ellas es su establecimiento en Alemania en 2017 con una oficina en Munich. Según Sanz, el país germano ha sido uno de los pocos que ha soportado bien la pandemia y no ha perdido negocio, al estar focalizado en la aviación militar. Eso ha permitido a Ayesa mantener su actividad allí. Y su perspectiva, de cara al futuro inminente, es crecer: si en España la proyección para 2022 es de un avance del 10%, en Alemania es el 30%, el triple. Para comandar esa expansión Ayesa Air Control han nombrado una directora general, Laura Riesco, actual directora de Desarrollo de Negocio. Ahora mismo Alemania representa un 15% del negocio aeronáutico de Ayesa.

Laura Riesco asumirá el 1 de julio la dirección general de la filial de AAC en Alemania Laura Riesco asumirá el 1 de julio la dirección general de la filial de AAC en Alemania

Laura Riesco asumirá el 1 de julio la dirección general de la filial de AAC en Alemania / Juan Carlos Vázquez

Otra razón del despegue es que durante la pandemia Ayesa decidió no aplicar ni ERE ni ERTE y mantuvo su talento intacto. "Eso nos permitió absorber lo que llegó a finales de 2020", afirma Sanz, y lo que llegó fue carga de trabajo del avión de transporte militar A400M, sobre todo en lo que se refiere al soporte técnico para la actualización e incorporación de nuevas capacidades a la aeronave (retrofit).

El A400M representa ahora un 30% del negocio total, pero hay mucho más, y la intención es diversificar. Así, Ayesa Air Control colabora en el programa de la lanzadera espacial Ariane 6. Ya hizo en su momento un gemelo digital de la miniplanta dedicada a este programa en la factoría de Airbus en Getafe para facilitar el entrenamiento de los operarios de cara al proceso de fabricación, y ahora desarrolla labores de soporte técnico al taller.

También, en Alemania, AAC está subcontratada por Airbus en la base militar del Ejército del Aire alemán en Manching, a cien kilómetros de Munich. Allí participa en el soporte técnico de aeronaves como el propio A400M, el Tornado, el Eurofighter o los Awags.

Desde un punto de vista más transversal, Ayesa busca crecer sobre todo por dos vías. "Por un lado, todo lo que signifique introducir capacidades digitales para mejorar el proceso productivo y el mantenimiento; y, por otro, avanzar en la certificación de diseños en el ámbito militar", dice Sanz, que explica, respecto a esto último, que a finales de 2020 AAC obtuvo la capacidad delegada de la autoridad aeronáutica europea para certificar diseños de piezas y montajes de aeronaves militares (ya tenía un reconocimiento homólogo para la parte civil), algo que solo tienen muy pocas compañías.

Fruto de de esa certificación trabaja con el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) para apoyar técnicamente los ensayos de vuelos con el objetivo de que el organismo apruebe la navegabilidad de las aeronaves. También, en el ámbito digital, Ayesa Air Control ha desarrollado Virtual Dronbox, un dron que no se sale de un espacio virtual cerrado con el objetivo de facilitar labores de inspección o mantenimiento. Es el reverso del Droncaptor, un proyecto anterior que protegía el espacio de la entrada indeseada de drones.

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