Hace años que su figura está vinculada al Cautivo. Manuel Ruiz de Lopera vive con pasión los viernes de cuaresma en San Ildefonso. Forma parte de esa generación de sevillanos criada en la devoción a esta imagen, al igual que lo está José María del Nido y cientos de sevillanos. Es ya un clásico hacer la cola para rendir culto al Señor y que esté Lopera con el pañuelo en la mano para ir secando los besos de amor. 

Ni en sus años de máximo esplendor como dirigente del Betis ni en su largo declive ha dejado Lopera de acudir a su cita con este Cautivo que no necesita de cofradía para atraer a miles de devotos.