El gran cartel de la Amargura

El Fiscal

Siempre queda hueco para sorprender, siempre hay lugar para la inspiración que nos conmueva con las cofradías que tienen el poder de representar la Semana Santa de nuestras vidas

Nuria Barrera: "Pintar es la mejor terapia contra la enfermedad"

Tanta belleza en una sola frase

El collage fotografías y el cartel definitivo con la pintura de Nuria Barrera.
El collage fotografías y el cartel definitivo con la pintura de Nuria Barrera. / M. G.

Cada vez es más difícil sorprendernos con un cartel. Ocurre con las series de televisión. La producción se ha disparado por efecto de las plataformas, pero es sabido que más cantidad no garantiza el blindaje frente a los pestiños. La pasada cuaresma disfrutamos de un cartel oficial más que solvente de la Semana Santa, cosa que agradecimos, así como gozamos con el del papelón de pescao frito de la tertulia La Freidora, ¿recuerdan? Andábamos ya con el disco cambiado, a la espera de la cera roja sacramental y el olor a juncia y romero, cuando nos hemos deleitado con el cartelazo de Nuria Barrera por los 300 años de la Amargura en San Juan de la Palma. ¿Pero esta señora dónde encuentra tanta inspiración? En el trabajo, en concebir la pintura como una suerte de sacerdocio que no tiene horarios. Nuria se levanta más de una vez en plena noche y se enfrenta al lienzo con la idea que acaba de romperle el sueño, pero también le ha puesto la creatividad en el alta velocidad. Primero ha buscado y seleccionado fotografías representativas en la que se aprecia el cambio en la estética de la Dolorosa a lo largo del tiempo, ya sea por moda o por circunstancias históricas que han marcado su aspecto, así como por los distintos acontecimientos que han jalonado la historia de la hermandad. Con ellas ha realizado un collage que ha servido de base para el óleo presidido por el rostro de la Amargura. El resultado ha sido una obra que realza la fuerza y personalidad de una mirada que ha sido consuelo y esperanza de tantos devotos a lo largo de estos tres siglos en San Juan de la Palma. Ella es la depositaria de las confesiones, quejas, desesperanzas, gratitudes y plegarias de quienes nos precedieron.

A algunos nos ha recordado este cartel al imaginario que hay en uno de los muebles de servicio del Rinconcillo, formado por diversas estampas que el tiempo y los devotos han ido colocando en la taberna. Nuria Barrera demuestra otra vez un hondo conocimiento de la realidad que es motivo principal de su obra. Ha hecho un cartel que anunciaría toda una Semana Santa, cosa que no extraña porque para muchos la Amargura es el compendio perfecto de la fiesta principal y más hermosa de la ciudad. La cartelería nunca está agotada. La Semana Santa es un pozo sin fondo de inspiración por mucho que todo parezca inventado. Siempre hay resquicios para sorprender, impactar y dar ese aldabonazo que se espera de un cartel. El de la Amargura de 2025 es sencillamente exquisito. Seguro que se debe a un despertar repentino de la artista que salió de la alcoba de la inspiración para mirar frente a frente al desafío del lienzo. A la inspiración por la Amargura. A la salud por la inspiración.

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