Conferencia de Antonio de León Bohórquez

Actos de 'Jubilar Rocío': Un milagro que germinó en hermandad

  • El escritor y poeta glosó ayer la figura de su abuelo, personaje clave en propagar la devoción rociera

Uno de los momentos de la conferencia de Antonio de León Bohórquez, celebrada en la parroquia de Tablada.

Uno de los momentos de la conferencia de Antonio de León Bohórquez, celebrada en la parroquia de Tablada. / José Ángel García

Un milagro que germinó en hermandad rociera. El poeta y escritor Antonio de León Bohórquez fue ayer el ponente de la conferencia Un milagro de la Virgen. La Fuerza Aérea Española en el origen de la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Jerez de la Frontera. Se trata de un acto que forma parte del programa de Jubilar Rocío, que desde hace un mes se viene celebrando en la capital andaluza, a través de dos exposiciones que acogen la sede de la Fundación Cajasol y la Iglesia de los Terceros. La conferencia tuvo lugar en la parroquia de Nuestra Señora del Loreto, en Tablada, donde ejerció de anfitriona la Hermandad Castrense.

Para explicar el origen de esta corporación rociera, Bohórquez –que fue presentado por el hermano mayor de Jerez, Joaquín Vallejo Cabrera– repasó la vida de su abuelo, el militar Antonio de León Manjón, quien nació en 1881 y falleció en el verano de 1943. La conferencia comenzó con el semblante del fundador de la hermandad jerezana para dar paso a su inicio en la carrera militar. En esta trayectoria destacó su importante participación en la guerra de Marruecos, que lo obligó a desplazarse en 1912 a la zona oriental de Melilla y a realizar distintas incursiones en el río Kert, donde ya intervino como capitán de Artillería.

En 1921, ya en Tetuán, llegaría una de sus grandes aportaciones junto a otro capitán de Artillería, Tomás Ruano. Se trata de la fabricación de una bomba para aeroplano, la cual usan por primera vez en la zona de Larache. Es en esta época cuando cayó herido por primera vez tras el ataque de los rifeños. Tras recuperarse y volver en 1923, esta vez a Melilla, de nuevo resulta herido en la segunda guerra de Marruecos. Quedó inválido tras la explosión de una bomba.

Esta situación es la que le llevó a su encuentro con la Blanca Paloma, pues en una romería, dado que no podía caminar, un grupo de almonteños lo alzó en su silla de ruedas hasta alcanzar las andas de la Virgen del Rocío. A partir de ese instante, León Manjón prescinde de la silla de ruedas y puede andar con muletas, algo que consideró un milagro.

Por tal motivo, y tras haber sido hermano mayor del Rocío de Sanlúcar de Barrameda, en 1932, como muestra de agradecimiento por este hecho, fundó la filial en Jerez. Su nieto recordó que en los primeros pasos de la corporación contó con la ayuda indispensable del marqués de Torresoto, presidente de la Bodega González Byass; el sacerdote Francisco Yllanes Pérez y de José María Reales. El recuerdo de una época que ha germinado en una hermandad señera en la fe rociera.