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Carlos Pumares | Crítico de cine

Carlos Pumares: "Ir al cine hoy es un coñazo"

Carlos Pumares.

Carlos Pumares. / Javier Nadales / Jotdown

Fue el hombre que buscaba la peli en La Clave de José Luis Balbín y se hizo mucho más conocido en los 80 y 90 en Antena 3 Radio, con Polvo de estrellas, justo detrás de José María García, donde abroncaba que daba gusto a los oyentes. Carlos Pumares (Portugalete, 1943) se sigue dedicando a las críticas del séptimo arte, aunque ya algo más arrinconado. Colaboró con Javier Sardá en Crónicas Marcianas y quizás desde entonces optara por el surrealismo. El periodista pregunta y él sale por peteneras o Tres lanceros bengalíes.

–¿A qué dedica el tiempo libre con 77 años?

–¿Para qué periódico es la entrevista?

–Los diarios del Grupo Joly.

–¿Cuándo es el festival de Sevilla?

–En noviembre.

–Estamos aún en febrero, me parece. A ver, empiece.

–¿Que a qué se dedica?

–Tengo mucho tiempo libre porque no ha habido festivales en Berlín, Cannes, Sitges... no ha habido nada. Sólo hay mascarillas.

–¿Es aún noctámbulo?

–No, estoy en la playa, en un piso en San Salvador (El Vendrell, Tarragona)...

–Ah, que no está en Madrid.

–No, porque en Madrid es la primera vez que nieva y no se puede ni ir. A ver si llueve y se lleva todo el hielo.

–Vasco de nacimiento, criado en Melilla, estudió Física en Granada e hizo cine en Madrid. ¿Resuma esta vuelta a España?

–Mi padre era militar y el Bachillerato lo hice en varias ciudades, en Granada, por ejemplo, cuando había Selectivo y luego la carrera. Y yo estaba esperando para ingresar en la Escuela de Cine. Y lo conseguí.

–¿Cuántas horas le robó Supergarcía a Polvo de estrellas en Antena 3?

–Aprecio mucho a José María García, vivimos bastante cerca. En su día fui vecino de Gento. Me gustaba subir con él en el ascensor porque soy del Atleti y ahora estoy muy cabreado porque están cubriendo el Bernabéu... ¿De qué hablábamos?

–García.

–A veces él terminaba a las 01:55 y yo buscaba un disco pequeñito para ponerlo y marcharme a las 02:00. Luego mi programa terminaba a las cuatro y yo decía que era como un bocadillo de jamón, porque entraba al terminar García y la repetición de su programa iba cuando acababa el mío. Yo era el jamón y García el pan de delante y de detrás. A veces hemos coincidido en el supermercado de General Mola. García es buena persona.

–¿Faltan hoy periodistas de la talla de su admirado Manuel Martín Ferrand?

–A Martín Ferrand le debo todo, pero murió. Es una pena, empecé en televisión gracias a él. Era en blanco y negro y me acuerdo de toda la gente encabronada para ver cuándo ponían el UHF al resto del país.

–¿Sigue programas radiofónicos o televisivos de cine?

–No, no, lo que tienen que hacer es contratarme, pero no me contrata nadie.

–Empezó en la televisión con La Clave y se despidió (por ahora) con Sálvame.

–Estuve prácticamente en todos los programas con José Luis Balbín, tenía que buscar una película parecida a la temática del debate, era tremendo, madre de mi vida. En la televisión de ahora, con todas las cadenas que hay, no ponen películas bonitas, como Tres lanceros bengalíes o El tercer hombre. Es un coñazo.

–Antes de la pandemia apenas se iba al cine, ¿no sería útil reutilizar las salas para vacunaciones?

–No he ido al cine desde hace muchos años y ahora encima hay que estar muy separados, ir con mascarillas... Si para follar y para bañarse en la playa hubiera que llevar mascarilla, no se la pondría nadie.

Es magnífica 'Los santos inocentes', de Mario Camus. ¿El libro? No me lo he leído, supongo que estará bien”

–Si Carlos Pumares dice que le gustan los estrenos en plataformas digitales, dejamos aquí mismo la entrevista...

–Cuando veo la programación de los cines, no me apetece nada ir. ¡Si hay cines en Madrid convertidos en supermercados! El cine ya no tiene sentido porque la gente tiene teléfono y juegan con él. En el último festival de Sitges había una señorita que estaba con el teléfono en todas las películas. Le dije en voz baja: "Apaga de una jodida vez el puto teléfono". Se le cayó, se levantó, se marchó y cuando salí me esperaba la plana mayor del festival: "¿Qué has dicho?". "Esto pero en voz baja", respondo. Me enseñaron un teléfono con todo lo que había dicho y me dijeron que había sido trending topic en algunos teléfonos de España y en alguno del extranjero.

–¿Qué hay de cierto en que pone a caer de un burro a los festivales de cine sólo cuando no lo invitan?

–Si no me invitan no voy. Pero me ha invitado Berlín, Cannes... porque escribía en el periódico. No había problema. Siempre digo que si sólo podía ir a uno, elegía Sitges, es el más entretenido y está casi en mi habitación. Al de Sevilla nunca me han invitado. A ver si lo hacen, que escribo en un periódico.

–Lo dejo por escrito. ¿Le han zurrado alguna vez por sus críticas?

–No, nunca, porque además todo el mundo veía La Clave y me conocen desde aquella época...

–¿Qué opina de los estudiantes zánganos que veíamos la peli de Los santos inocentes o La colmena para ahorrarnos el libro?

–Las películas basadas en novelas no se suelen parecer en nada. Para ver Tres lanceros bengalíes o El tercer hombre, para qué hay que leer un libro. [Tararea una canción] Vale una música maravillosa y los buenos del cine...

–Pero Los santos inocentes sí habría que leerla.

Los santos inocentes, de Mario Camus, es magnífica.

–Y el libro de Delibes, ¿no?

–No lo he leído, así que supongo que estará bien.

–¿Cuánto se parecen los personajes de los programas de Pepe Navarro y Javier Sardá a los diputados?

–No tienen nada que ver. La mayoría de los diputados están callados y cobrando. No sólo en España, en todo el mundo. Los hay que no han hablado en cuatro años.

–En cambio con Navarro y Sardá se hablaba.

–Sí, claro. La Clave lo consiguió, un programa que se seguía en toda España y era en la segunda cadena...

–Hoy no se podría hacer.

–No, porque la gente está con el teléfono. A las parejas que están con el teléfono les digo que si yo hiciera alguna película, sería sobre Graham Bell, su inventor, y les explicaría para qué se utiliza; yo lo uso para que me llamen y para llamar.

–El año pasado ganó el Oscar un film surcoreano y los estudios no paran con remakes y secuelas. ¿Hollywood ya no tiene ideas?

–El cine Avenida de Madrid es un gran almacén ahora. Está el teléfono, el ordenador... Al cine hay que ir con mascarilla y muy separado. Lo de ir al cine hoy se ha terminado, es un coñazo. Está Nelflix [con ele], pero nunca ponen películas bonitas, sólo seriales. Si me contratara alguna cadena pondría Tres lanceros bengalíes o El tercer hombre...–Y una de John Wayne.–Río grande y cosas así. Lo dicho, a ver si me invitan al festival de Sevilla.

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