Ana Crismán: "A mí nunca me ha interesado el arpa para algo que no sea el flamenco"
Ana Crismán (Jerez, 1983) es la primera y la única persona en el mundo que interpreta y compone flamenco con el arpa. Aunque son ya muchos los años, los escenarios y las colaboraciones por las que ha transitado la jerezana, este abril lanzó su primer disco, Arpaora, con el que estará en el Festival JazzCádiz (26 de junio), en la cordobesa El Carpio (4 de julio) y en la IX Bienal Flamenco de Málaga (12 de julio), entre otras citas.
–¿Qué fue primero, el flamenco o el arpa?
–El flamenco, sin duda. Nací y me crié en una localidad muy flamenca, como es Jerez de la Frontera, y la banda sonora de Jerez es el flamenco. Aquí, te guste o no te guste, el flamenco lo vas a conocer, es la banda sonora de este territorio.
–Y a usted le gustó
–Siempre me ha gustado y siempre he sido público y admiradora del flamenco. El arpa llegó después, ya de adulta, estando de vacaciones en Irlanda vi a un artista callejero tocando el arpa celta en la calle y me enamoró, además de que pensé que podía ser un instrumento que se prestara a nuestra expresión cultural.
–Algo que no había hecho nadie antes, entiendo
–De hecho, eso me sorprendió. Cuando regresé a España me puse a investigar, a ver qué se había hecho de flamenco con arpa, y no encontré nada. Me llamó mucho la atención porque estamos hablando de un instrumento muy antiguo que data del 3500 a.C. Pero, también es verdad, que hubo un momento de la historia en el que el uso del arpa se perdió por este territorio, y ahora estamos haciendo para que se recupere.
–Habrá sido, entonces, bastante duro el camino. Ir a ciegas, sin referentes.
–Mucho, sobre todo porque es muy solitario. Al primero que llega le toca echar infinitas horas hasta que eso no empieza a sonar de una manera reconocible. Así que si no tienes una referencia y no tienes nadie con quien compartir eso, pues te va a tocar echarle muchas horas. Al siguiente también le va a tocar muchas horas para decir algo distinto y poder seguir aportando, pero ya sabes que sí se puede.
–¿Alguna vez pensó en tirar la toalla? Decir, ea, yo que quedo de arpista de repertorio clásico
–No pero porque a mí nunca me ha interesado el arpa para algo que no sea el flamenco. Lo digo a nivel músico, porque como público y como afición me parece precioso el repertorio clásico del arpa. Es un repertorio realmente muy bonito donde se necesitan unas manos muy virtuosas. Pero, como te digo, no me me interesa a nivel profesional, no trabajaría para ello, no tiene sentido.Yo he llegado al arpa ya de adulta y los repertorios clásicos de los que hablamos son muy difíciles, son para haber empezado desde pequeña y tener toda esa técnica muy interiorizada. Yo no me voy a meter en esa zarza a mi edad y, además, como te digo, no me interesa a nivel profesional.
–Es bonito el camino que está transitando ahora, ¿no?
–Claro, es muy bonito, porque tú sabes que estás aportando. Me interesa centrarme en crear un repertorio de flamenco específico para arpa. Date cuenta que cuando yo quería hacer sonar el flamenco en el arpa, mi primera dificultad fue que yo intentaba sacar en el arpa las melodías que conocía de la guitarra flamenca, y eso era muy difícil, por no decir imposible, ya que las notas no están en el mismo sitio que en una guitarra. Por ejemplo, tú intentas tocar el Entre dos aguas de Paco de Lucía en un arpa y a la mano son todos problemas. En la guitarra las notas están cerca, vienen una seguida de la otra, y en el arpa están muy lejos unas de otras porque están en sitios diferentes. Entonces, hacer sonar el arpa por flamenco se llama, al final, crear un repertorio propio para el instrumento donde suene reconocible a flamenco y donde a la mano le venga bien. Son muchas horas porque tienes que estar encontrando las cosas que vienen bien, que suene bien, que esté a compás, que tenga el código de las estructuras, de las frases, de los palos flamencos. Es difícil pero sabes que estás dejando un legado ahí y una aportación para que el siguiente que venga tenga un punto de partida. Es muy interesante porque es como poner una primera piedra de un camino.
–¿Y le consta que viene gente por detrás?
–Pues mira, me han llamado artistas extranjeras para que les diera clases, pero no conocían el flamenco, entonces yo les digo que lo primero que tienen que hacer es escuchar. Lo primero es escuchar flamenco, saber entender y distinguir unos tangos de una seguiriya, de una soleá, de una bulería... Porque sin eso, yo les puedo dar todas las clases que quieran que me van a pagar un dinero y no van a aprender nada. Tienes que tener el conocimiento de la música antes de empezar a meterle mano al arpa.
–¿Qué espera de este ‘Arpaora’ que hace unos meses salió a la luz?
–Girarlo mucho. Ya estoy muy contenta por haberlo presentado oficialmente en el World Music Festival en Chicago y, después, aquí en España en el Festival de mi tierra, de Jerez. Y nada, ahora a seguir montando este repertorio de flamenco para arpa del que queda todo por hacer.
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