Francisco Arango · Director de cine y presidente de la Fundación Aladina

"Antes era feliz con una novia o unas vacaciones"

  • El director asegura que después de grabar 'Maqtub', y tras la muerte del niño protagonista, su manera de ver la vida cambió y ahora disfruta del día a día.

Plácido Arango, su padre, formó con sus tíos Manolo y Jerónimo Vips, cadena que abrió en España. Paco Arango (México DF, 1962) sacó cinco discos. Hizo de una serie de televisión, Aladina, y una película, Maqtub, iconos solidarios. Compatriota de Alaska y Plácido Domingo, vino en el AVE a contar su historia de filántropo invitado por la Asociación Andaluza de la Empresa Familiar.

-Representa a la empresa familiar. ¿Y su familia empresaria?

-Nací en México de abuelos vascos y asturianos. Mi abuelo paterno se fue con 14 años a Estados Unidos y conoció a su esposa, una cubana. La familia de mi madre fue después. En el último barco antes de que empezara la Segunda Guerra Mundial. Mi madre tenía seis años y me contaba que iban con las luces apagadas para que no los descubrieran los submarinos alemanes.

-¿Quién deshace las Américas?

-Mi padre, que un buen día decide que se va a hacer las Españas. Yo tenía cinco años, pero no he perdido el acento. Aquí me llaman el mexicano y en México el español.

-México fue la Nueva España. ¿Hace falta aquí una España Nueva?

-Yo creo que sí. El mundo está cambiando al revés. Los chinos dicen que la crisis se encuentra entre dos signos opuestos; uno es el peligro y otro la oportunidad. España está ahora en el momento peligro. Lo importante es buscar el momento oportunidad.

-Hijo del dueño de la cadena Vips, prefiere primero ser cantante y después director de cine. ¿En qué momento decide ser tantas cosas?

-Siempre tuve inquietudes musicales. Hice la carrera en Boston y me fui a Los Angeles. Durante nueve años me dediqué a la música. Le di un buen susto a mi padre, que no se lo esperaba. Saqué cinco discos y a un mes de mi boda todo se fue al garete.

-¿Qué pasó?

-Un día estaba haciendo footing por el Retiro. Un niño de doce años que iba con su madre le dijo: mira, mamá, un famoso. Ni siquiera dijo cantante, dijo famoso. En España, desgraciadamente, no hace falta mucho para ser famoso. Decidí dejarlo antes de que se me escapara ese tren.

-¿En quién se convirtió?

-Formé mi compañía de arte dramático. La primera serie que hicimos, Aladina, con Paz Padilla, fue un pelotazo. Eso cambió mi vida.

-¿En qué sentido?

-La vida me ha dado tanto que el año 2000 empecé a trabajar con los niños con cáncer. Primero de voluntario, yendo los miércoles, después más días. En 2006 decido crear mi propia fundación, con el firme propósito de que los adolescentes fueran tratados en hospitales pediátricos y no de adultos. Ese cambio supone un treinta por ciento más no de mejoría, sino de supervivencia.

-Multiplicaba su familia...

-En cuerpo y alma. La Fundación Aladina trabaja con más de mil niños. A muchos los llevamos a campamentos especializados en Irlanda que creó Paul Newman sin cargas para sus familias. Antes de morir, el actor me incorporó al equipo de su fundación. Y otro de nuestros objetivos es un centro de trasplantes en el hospital Niño Jesús de Madrid.

-¿Cambió la música por el cine?

-Lo que estamos recaudando con Maqtub va precisamente para esos niños. La han puesto en el AVE y me recorrí el tren como psicólogo estudiando los rostros de la gente. La película cuenta la historia de uno de ellos, Antonio, un niño canario que desgraciadamente falleció poco después, antes de cumplir los 16 años.

-Todavía hay actores que mueren con menos años que James Dean...

-Es verdad, ¡qué pena! Pero con su vida y su testimonios le va a hacer mucho bien a otros muchos niños. Estos pequeños guerreros han cambiado mi manera de ver la vida. Antes era feliz con una novia, unas vacaciones o un éxito musical. Ahora me paro a ver un árbol, disfruto el día a día.

-¿Ha vuelto por México?

-Estuve en la boda de mi prima. Volveré pronto, porque van a estrenar Maqtub en México y en Iberoamérica. Con otro título.

-Un cineasta mexicano que hace cine en España. Al revés que Buñuel...

-El surrealismo me encanta. Soy un fan de Buñuel, pero en el cine soy más Frank Capra, más tradicional.

-Cantinflas fue pregonero del Carnaval de Cádiz...

-Mi padre me contó que en una cena con el presidente de México estaba Cantinflas hablando de algo muy en serio. Todos estaban deseando reírse, gracias a Dios Cantinflas contó un chiste y todos soltaron la carcajada que estaban aguantándose.

-El Rey estuvo con el presidente de México, Felipe Calderón. ¿Allí el último rey fue Moctezuma?

-Con ironía, te diría que el último rey de México fue Hugo Sánchez. Lo veía mucho por Madrid. El fútbol mexicano está en alza. Es una pena que el país esté con los problemas de droga y violencia. Es un país de contrastes. La gente más linda y amable y una violencia kafkiana.

-Usted nace en México en 1962. El país donde mueren exiliados Cernuda, León Felipe o Pedro Garfias. ¿Le llegaron?

-Me vine muy niño. Me acuerdo de la chica que nos cuidaba, se llamaba Chabela. Me acuerdo de Chabela, que no cantaba.

-Hizo cinco discos. ¿Llegará a las cinco películas?

-La segunda será en inglés y la haremos en Estados Unidos. Se va a titular Once por ciento. Una historia coral muy divertida. Una especie de comedia musical en la que los antagonistas son los bancos. Algo muy actual.

-¿Dónde vio los cuatro goles de Butragueño a Dinamarca en Querétaro?

-En 1986 yo estaba en Los Angeles grabando mi primer disco.

-José Tomás sufrió una terrible cogida en Aguascalientes. ¿Le gustan los toros?

-Tengo amigos toreros, pero no soy aficionado.

-¿Cuáles eran los cantantes de su época?

-Crecí en la música anglosajona.

-¿Qué quiso contar en Maqtub?

-Que en los sitios donde pensamos que está la tristeza y el mal rollo encontramos a la gente más feliz y con más capacidad de amar. El mejor regalo de quien va a ver una película es que le cuenten emociones. Terminas de verla y te dan ganas de achuchar al que tienes al lado. Eso es impagable.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios