Antonio Carmona, Músico

"Me gusta que se cante una taranta como se tiene que cantar"

"Me gusta que se cante una taranta como se tiene que cantar"

"Me gusta que se cante una taranta como se tiene que cantar" / Álex cámara

-¡oh Cuba! ha supuesto la vuelta a los escenarios en su Granada natal, donde no se prodiga mucho.

-Estoy muy agradecido a Francisco Ortuño y Adrián Galia porque vinieron a mi casa a mostrarme este pedazo de proyecto. Lorca pasó casi tres meses en Cuba relacionándose con músicos de allí y para él fueron tres meses muy movidos, de los más felices que pasó en su vida. Y para mí, estar en mi tierra después de no sé cuántos años y estar poniendo música a Lorca es de las cosas más maravillosas que me han pasado. Yo fui el último de los Habichuela que nacimos en Granada, porque todos veníamos del Sacromonte y luego todos nos fuimos a Madrid. Le tengo un cariño absoluto a mi tierra y voy casi todos los años, pero a darme un paseo y a ver a mi gente. Además, este espectáculo es completamente diferente a lo que había hecho. Me ha dado la vida y fíjate que este año he sacado disco.

Recuerdo a mi padre rodeado de guitarras y dándole gloria bendita a todos los que le rodeaban"

-Usted es un experto en fusión, pero ¿ha sido difícil mezclar son cubano, flamenco y la música clásica que escuchaba Lorca en la isla?

-Mi padre, Juan Habichuela, siempre ha estado viajando por ahí y de cada sitio iba trayendo discos. En mi casa siempre ha habido mucha afición a la música latina en general y a la cubana en particular, así que ha sido muy fácil. Además, he contado con la colaboración de Diego Franco. He estado nadando como pez en el agua.

-Su esposa, Mariola Orellana, también se ha sumado al proyecto en la producción. Está toda la familia volcada con ¡Oh Cuba!.

--Ortuño venía sólo a que yo hiciera la música pero Mariola lo vio claro y dijo que se quería meter ahí. Esperamos que, ya que está montado todo, que está teniendo tan buena crítica y a la gente le está encantando, tengamos suerte y poder mantenerlo por España y el extranjero.

-¿Hay algo cerrado ya en ese sentido?

-Bueno, de eso se encargan Mariola y su socio, Lope. La semana pasada fue muy importante porque venía gente a verlo para una gira por España. Además, casi seguro vamos a ir a Cuba, aunque aún no sé las fechas.

-Ha compuesto música para cine y también teatro. ¿Hay medio que se le resista?

-Bueno, yo soy muy inquieto. Lo último que hice fue un Shakespeare. Me metí de lleno ahí. Trabajo mucho en estudio y le echo muchas horas. Es una forma de componer diferente, porque estás al servicio de otros artistas. En el teatro, además de la música, cuenta la expresión. El cien por cien de la canción se te ve en los ojos, no como cuando compones para un documental o una película. Cantas en directo sobre una temática, que aquí es Lorca. Eso tiene mucho valor.

-En Obras son amores, dedica una canción a su padre, desparecido en 2016. ¿Qué ha supuesto su pérdida, además de como hijo, cómo artista?

-Cuando se pierde un artista así -no te digo ya como padre, que era un genio-, que ha tocado con los músicos más grandes que ha dado el flamenco, que tiene los premios más importantes de acompañamiento al cante, que era una persona que todo el mundo quería, a mí se me fue el alma al cielo. Además, era un amigo: iba a jugar al dominó con él y desde que tenía 13 o 14 años lo acompañaba con el coche a los festivales más grandes de toda Andalucía, a tocarle a Camarón, Manuel Carrasco, Rancapino, Farruco... Imagínate las vivencias que he tenido yo con mi padre. Pero mira, se fue muy mayorcito, con 83 años, y en un momento en el que me parecía una injusticia verlo así, porque se marchó muy tocado. Es el proceso de la vida, algo totalmente diferente a Lorca, que cuando se fue era un chaval.

-¿Su tema Me encanta es una forma también de cerrar la herida?

-Ha sido una forma de despedirme con él. De decirle todo el respeto que le tenía y agradecerle lo que me ha dado. Son unos tangos, unas rumbitas... No es nada trágico, porque yo no lo recuerdo con ninguna tragedia de nada, siempre tenía una sonrisa, rodeado de guitarras y dándole siempre gloria bendita a todas las personas que tenía a su lado.

-Usted ha colaborado con La Mala, Juanes, Concha Buika... ¿trabajar con otros músicos y otras músicas es una forma de seguir creciendo como artista?

-Es una inquietud. Yo empecé cantando desde chiquitito. Cogí la guitarra y luego comencé a componer. Me gusta enriquecer el flamenco, aunque también me encanta que se mantenga en su estado puro, que se cante una taranta como se tiene que cantar.

-En sus tres discos en solitario ha hecho varias colaboraciones con sus compañeros de Ketama, eso es que no han terminado muy mal. ¿Hay posibilidades de que vuelva?

-No lo sé, estamos contentos. Empecé con 13 años en Ketama y toda mi vida he estado con ellos. Los dos son más flamencos y al final pasa el tiempo y también te apetece hacer lo que quieres. Creo que cada uno estamos en nuestro mejor momento. No te puedo decir nada.

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