Antonio Turiel | Científico

"Es imposible que España tenga 26 millones de coches eléctricos"

El científico Antonio Turiel.

El científico Antonio Turiel. / M. G.

Antonio Turiel (León, 1970), investigador del Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona (CSIC), no pone paños calientes y no suaviza el panorama que ya tenemos encima a causa del agotamiento de las reservas mundiales de petróleo. En su libro Petrocalispsis. Crisis energética global y cómo (no) la vamos a solucionar (Alfabeto) analiza qué alternativas tienen los gobiernos para renovar el sistema actual. “Poca cosa podrá hacer el Gobierno de España si llegan menos petroleros desde Argelia, México o Arabia Saudí”, asegura el autor del blog The Oil Crash.

-¿La crisis del petróleo es un problema irresoluble?

-Es irresoluble que cada vez habrá (hay) menos petróleo disponible; que eso sea una crisis más o menos grave depende de nosotros.

-Afirma que nosotros no vamos a dejar el petróleo, es el petróleo el que nos va a dejar a nosotros.

-Desde hace 7 años no se invierte mucho en buscar nuevos yacimientos, no quedan de buena calidad. Eso nos aboca a una bajada progresiva de la producción de petróleo, que en algunos momentos (como el próximo lustro) se acelerará. No dejaremos el petróleo porque queramos, sino porque nos quedamos sin él.

-¿Estamos abocados a frenar nuestro desarrollo?

-Estamos abocados a frenar y reducir nuestro consumo, sobre todo el desmesurado y derrochador. El desarrollo es otra cosa.

-¿En el futuro habrá limitaciones en el consumo de energía?

-Inevitablemente.

-¿Y qué Gobierno va a tomar esa medida? No lo veo.

-No lo hará porque quiera, sino porque no habrá. Si llegan menos petroleros desde Argelia, México o Arabia Saudí, poca cosa podrá hacer el Gobierno español más que gestionar la situación.

-El informe de 2018 aseguraba que en España la pobreza energética llega al 40% de la población. Un porcentaje inaceptable.

-Y eso es solo la punta del iceberg. Hablamos de pobreza energética porque los alimentos aún son ridículamente baratos. Cuando se empiecen a encarecer, hablaremos de pobreza, a secas, porque el problema de quien no puede pagar la luz o el gas en realidad es que no tiene dinero.

-Según su libro, la economía de mercado está en riesgo. ¿El capitalismo podrá superar las dificultades de la escasez de petróleo?

-No tal y como lo concebimos hoy en día. Tendrá que transformarse en otra cosa. Por cierto que la economía de mercado no es lo mismo que el capitalismo.

"Estamos abocados a frenar y reducir nuestro consumo, sobre todo el desmesurado y derrochador"

-¿Quién podrá tener un coche en un par de décadas?

-Quien lo pague. Y lo podrán pagar menos personas.

-¿El coche eléctrico para todo el mundo es una quimera?

-Es técnica, física y materialmente imposible tener en España 26 millones de coches eléctricos como ahora tenemos 26 millones de coches con motor de combustión interna. No hay materiales, no hay infraestructura, no hay capital, no hay tiempo y, sobre todo, en una situación de contracción económica mantenida en el tiempo, lo que no habrá es una renta suficiente (para la mayoría) como para comprarse un coche.

-¿La llamada economía verde podrá cubrir todas nuestras necesidades?

-Si replanteamos nuestras necesidades, sí. Necesitar, necesitar, necesitamos comida, cobijo, sanidad, educación y un trabajo digno. También hay otras alternativas económicas, no denominadas "verdes" pero con bastante más sentido (como la economía ecológica o la de estado estacionario), que podrían hacerlo.

-¿Hay alternativas reales al petróleo?

-Ninguna. No, a la escala del petróleo.

-¿Nuestros dirigentes nos engañan? ¿Es posible una revolución verde?

-Creo que más bien se autoengañan. Quieren creer que todo es tan sencillo como cambiar "combustibles fósiles" por "energías renovables" y que todo va a funcionar igual. Lo cierto es que no es posible. ¿Se podría hacer una "revolución verde"? Seguramente, pero no del tipo que usted está pensando, y no del tipo que creen nuestros dirigentes.

-¿Tenemos que volver a abrir centrales nucleares?

-¿Para qué? El uranio también se está acabando. Francia mantiene desde hace años el 25% de sus centrales nucleares permanentemente paradas por "tareas de mantenimiento", aunque algunos confidentes de Areva reconocen que el problema es la escasez de uranio.

-¿La tecnología encontrará la solución a la crisis energética?

-La tecnología no hace nada por sí misma; en su caso serán los científicos y los ingenieros los que podrán aportar. No es esperable ninguna revolución tecnológica, por muy sólidas razones termodinámicas.

-¿Qué puede pasar con la combinación crisis del petróleo y coronavirus?

-Lo que está pasando: una aceleración de las bancarrotas de las empresas del fracking y una mayor desinversión en el sector petrolero. Como consecuencia, en 2025 (sí, de aquí en 5 años) la producción de petróleo podría llegar a caer hasta un 50% si no se toman medidas. ¿Qué cree que desencadenaría esa falta relativamente repentina de petróleo? Yo espero que los gobiernos reaccionen antes y evitemos los peores escenarios, aunque cierta caída es inevitable ya.

-Paradójicamente, ¿el Covid va a ayudar a frenar el cambio climático?

-Ah, eso. No. El planeta no está en equilibrio, aunque parásemos las emisiones de CO2 de golpe la temperatura tardaría décadas en estabilizarse, evidentemente a un nivel superior a la actual. Pero es que no hemos dejado de emitir CO2: emitimos menos, por la contracción económica, pero seguimos emitiendo. Lo que importa es cuánto CO2 está acumulado en la atmósfera, y esa cantidad sigue creciendo, aunque lo haga ahora un poco más lentamente. No, no hay buenas perspectivas tampoco por aquí.

"Su problema será mantener su trabajo, su problema será tener para comer"

-¿Es posible un modelo de movilidad sostenible en ciudades grandes o medias como Sevilla o Málaga?

-Sí, por supuesto: transporte público, bicicletas, patinetes y a pie. Es perfectamente posible.

-¿El transporte público está condenado o tenemos que repensarlo?

-Creo que, al contrario, irá ganando importancia, aunque los primeros años también serán complicados para el transporte público. Pero cuando se supere la Covid (de aquí unos años) y en medio de la crisis energética global, por supuesto que cobrará una gran importancia, y tendremos que dimensionarlo más adecuadamente.

-¿Hemos tocado los límites energéticos del planeta?

-Sí, sin duda.

-¿Todo esto se traduce en que nos va a costar más dinero acceder a la energía?

-No, qué va. El precio de la energía tendrá mucha volatilidad, pero no se hará excepcionalmente caro excepto en momentos puntuales. Pero usted no podrá pagarlo. No porque valga más dinero, sino porque usted tendrá menos. La diferencia es importante, porque no es que le vaya a resultar cara la energía: le va a resultar caro todo. La energía es la capacidad de hacer trabajo, y porque disponemos de mucha energía podemos hacer mucho trabajo, podemos producir muchos bienes y servicios y por tanto generamos actividad económica. Sin energía, toda la actividad económica (y de otros tipos) disminuye. Su problema será mantener su trabajo, su problema será tener para comer. El problema del acceso a la energía será mucho más accesorio, ¿no cree?

-Pues sí.

-Eso es lo que pasará si no actuamos ahora. Es sobre esto sobre lo que tenemos que actuar. Estamos a tiempo de evitar los escenarios peores, pero solo si dejamos de discutir simplezas y nos centramos en la cruda realidad que tenemos por delante. Podremos hacerlo, si creemos que podemos hacerlo.

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