-¿Tener una editorial es un lujo con la que está cayendo?
-En absoluto. Depende de cómo se plantee.
-¿Y cómo se lo plantea?
-Niebla es un trampolín, un muelle para que los autores salten y echen a volar.
-¿Lo suyo es promocionar nuevos valores?
-Es combinar autores noveles con reediciones de libros interesantes que quedaron en el olvido y que es fundamental que estén en la calle. Entre los primeros están los nuevos, jóvenes y mayores, y también los veteranos, los que estaban ya desenganchados de la literatura y no publicaban desde los 80 o los 90. Ahora ellos se han subido de nuevo al carro para sacar sus escritos. Han vuelto para sumarse a la fiesta y unirse a los jóvenes.
-Ahora se apuntan muchos a escribir.
-Los escritores se están dando cuenta de muchas cosas. No se trata ya de sacar un libro a la calle sino de que sus nombres salgan a la palestra en los medios, y que adquieran otra dimensión. Escribir es un medio de promoción social tremendo.
-¿Una editorial tiene entonces su función social?
-Éste es el peor negocio que hay pero es el mejor oficio. No hay nada mejor que fabricar un libro. Le cambias la vida a las personas y eso es maravilloso.
-Lo dice por los autores.
-Para ellos hay un antes y un después de su primera publicación. Tienen nuevos amigos, nuevos círculos, quedan para charlar y compartir inquietudes. Tenían una vida antes y ahora van a presentaciones de libros. Ese cambio para ellos es increíble pero yo me siento orgulloso de que, sin pretensiones, le cambie la vida a gente con 40, 50 ó 60 años.
-Es toda una experiencia.
-Para una persona, escribir su primer libro pasa a ser lo más importante de su vida. El escritor se engancha a escribir porque es una experiencia muy gratificante y yo me engancho a editar porque el momento de entregar los ejemplares a un autor es único.
-Pero habrá una manera de mantener el negocio.
-Niebla trajo aquí un modelo de negocio que no existía antes pero con el que ya trabajé en Madrid hace unos años: tiradas cortas y bajo demanda aprovechando la impresión digital.
-Eso se lo copiarán y tendrá competencia.
-Dos años después de abrir nosotros, de un año para acá, se han creado seis nuevas editoriales en Huelva. Nosotros plantamos la semilla y provocamos la eclosión. Este boom de escritores y editoriales es algo imparable. Es bueno y nos beneficia a todos que haya una industria editorial. Ahora toca diferenciarse dando un paso más para seguir por delante: por ahora somos la única editorial local con distribución nacional y con un sello de autoedición.
-Las librerías cierran. ¿Peligra el negocio?
-También siguen abriendo. En Sevilla han cerrado cinco pero hay varias nuevas en proyecto. Y en Huelva cerró otra pero abrió una nueva y viene una más en camino. Las librerías nuevas saben que sólo se puede sobrevivir en este negocio con el concepto de librería activista, que genera y promueve actividades: conseguir que en las librerías haya siempre gente.
-Ahora hay más presentaciones de libros que nunca.
-Aunque Huelva es una ciudad pequeña, hay diez o doce actos literarios a la semana. Y todo viene de lo mismo.
-¿Las librerías son también consecuencia de las editoriales?
-Desde que estamos nosotros hay ya una sección local fija en las librerías de la ciudad que antes no existía. Y hemos conseguido estas Navidades que por primera vez un gran centro comercial haya hecho campaña de promoción de un libro editado aquí y firmado por autores locales.
-Creo que hace años fue también librero.
-He regentado varias librerías. Incluso una especializada en Huelva, pero tuve que cerrar por las deudas en el año 2000. Hasta el Ayuntamiento me dejó a deber una legislación muy cara. Se hace muy duro.
-¿Es ahora un peligro el libro electrónico?
-El papel es lo único que va a sobrevivir. No hay nada como un libro bien editado y las sensaciones que deja al tacto o al incidir la luz sobre el texto. Los papeles e impresiones son cada vez de mayor calidad y la emoción de los autores se dispara porque su libro es profesional. Las ediciones cuidadas son las que visten una obra. Y las viste el papel, no una edición electrónica. A uno le gustaría tener el libro de su primo, de su vecino o de su amigo en papel, no en e-book.
-Su catálogo supera de largo el centenar de libros.
-La cosa está sobrepasada. Ahora hay que hacer más hincapié en seleccionar textos, subir la calidad de nuestras ediciones y ser cada vez más competitivos.
-¿Alguna perla en camino?
-Acabamos de lanzar un par de colecciones, entre ellas la Platero, que llegará a todas las provincias andaluzas, y muy pronto presentaremos una novedad con uno de los grandes nombres de las letras españolas. Hay mucho que editar.
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