Ramón Rodríguez García | Músico y componente de Fandila
“Siempre acabamos pidiendo al público que grabe a sus abuelas”
Pedro Zaidman | Creador de Cantajuego
Pedro Zaidman llegó de su Argentina natal a España en el año 2002 acompañado de su mujer y sus hijos. El compositor de canciones infantiles empezó a dar clases de música en guarderías de Madrid. Fue allí donde comenzó a fraguarse el sueño que luego creció hasta convertirse en uno de los proyectos más importantes del panorama infantil español: el grupo infantil Cantajuego, con el que el día 2 llega a Granada y el día 4 a Sevilla. La magia surgió cuando a las canciones se sumó la imagen y el resto del milagro se realizó cuando Sony Music se agregó al proyecto.
-La primera imagen que viene a la cabeza al pensar en el grupo Cantajuego es la de un equipo con peto vaquero y la camiseta roja. ¿Cómo surgió esa estética?
-El peto es el símbolo del trabajo y normalmente son de color azul. Lo de la camiseta roja es porque va bien con ese color. Fue de las primeras cosas que pensamos y luego decidimos que tuviese continuidad para que fuese identificable. Pero todo parte de una estética global del espectáculo que incluye lo musical y lo visual.
-Nacieron hace más de 15 años y triunfaron mientras otras compañías cerraban por la crisis. Incluso cuentan con sucursales en México o Italia. Como productor, ¿cuál es el secreto?
-No teníamos un plan, pero la evolución del mundo digital ayudó mucho a que fuesen conocidos nuestros vídeos y nuestras canciones en donde había comunidades de habla española. Por supuesto en Latinoamérica pero también en Suecia, Reino Unido o Australia.
-Al principio usted mismo editaba los vídeos en su casa pero esa factura casera se ha mantenido al crecer. ¿Es parte de la fórmula?
-Nosotros seguimos siendo la productora de Cantajuego. No delegamos en otros la edición porque cuidamos mucho los detalles. Por ejemplo, conocemos a todos los niños y las familias que participan. Somos un equipo grande y a veces explicarles a otros lo que queremos lleva más tiempo que hacerlo nosotros mismos.
-¿Cómo fueron esos inicios y cómo se sumó Sony?
-Empezamos distribuyendo DVD por guarderías y tiendas de música. Una de ellas llevó el producto a Sony, les gustó y nos llamaron para una reunión. Llegamos a un acuerdo y al trabajar con ellos se nos abrieron las puertas de las grandes superficies y de otros países. Una compañía así consigue un espacio importante que es muy difícil cuando uno es pequeñito.
-Cada generación tiene un referente de la infancia. ¿Serán los nuevos Payasos de la tele, Rosa León o Parchís?
-Eso no lo podemos saber hoy pero nos encantaría sumarnos a esa lista. Ojalá.
-Usted es de Argentina y su memoria sentimental será de allí. ¿Había algo así en su país?
-No, era un proyecto que tenía desde hacía tiempo. Yo escribía y arreglaba canciones para otros artista infantiles pero no llegaba a ver el producto final. Cuando vine a España fui profesor de música en guarderías y se me ocurrió la idea de sumar la imagen a esa música y que eso se pudiera llevar a casa para que los papás tuvieran la oportunidad de participar en la evolución de sus pequeños.
-¿Le inspiraron sus hijos?
-Yo ya soy abuelo pero cuando era papá no tenía mucha idea de lo que hacían mis hijos. Sólo veía algo en alguna fiestas de fin de curso pero los maestros disfrutan día a día de cada cosa nueva que aprenden. Funcionó porque los papás pudieron seguir bailando en casa lo que sus hijos bailaban en el cole.
-Además de divertir, tienen una parte educativa o incluso terapéutica para niños con problemas de desarrollo psicomotriz, emocional e intelectual. ¿Cuentan con especialistas?
-Nosotros no tenemos un objetivo terapéutico ni pedagógico, para eso están los especialistas que utilizan nuestro material. Algunos han probado a asociar nuestro trabajo al suyo y les funciona, aunque nosotros sólo somos actores y músicos. Sólo tratábamos de expresar los valores en nuestras canciones con mucho amor. Creo que de alguna forma eso se trasmite a los niños y los estimula.
-¿Cuáles son esos valores?
-No por orden de importancia sino de recuerdo: la colaboración, el respeto a las diferencias, el valor de la amistad, la familia, la verdad, el trabajo, el esfuerzo, la comprensión y, fundamentalmente, la empatía.
-¿Es usted el responsable de las letras?
-Componemos en equipo: las ideas surgen en grupo pero el autor de la mayoría de las canciones es mi hijo.
-Es consciente de que existe un grupo de Facebook llamado Damnificados por el Cantajuegos.
-Yo creo que eso es una forma satírica de agradecimiento porque en realidad escuchan todo el tiempo nuestras canciones. Esa misma gente luego nos escribe agradeciendo nuestro trabajo. Los papás necesitan ayuda para las demandas de los niños y nosotros los ayudamos.
-En un momento cambió las caras del grupo. ¿Era una forma de despersonalizar o de evitar hacerse cansino?
-En realidad, a día de hoy hay una persona que lleva trece años; cuatro que llevan diez y varias que llevan tres. Aunque en los primeros tiempos hubo gente que entendió que no era su proyecto y emprendió su propio camino no teníamos un plan de cambiar las caras. Al contrario, el grupo lleva muchos años sin un cambio.
-Si tuviera que elegir, ¿en qué se reencarnaría: una taza, una tetera, una cuchara, un cucharón...?
-A mí me gusta mucho lo que hago (risas). ¡Ojalá me dure!
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