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Jorge Domecq. Director ejecutivo de la Agencia Europea de Defensa (ADE)

"Aunque con picos y valles, el mundo está ahora mejor"

  • El jerezano Jorge Domecq es un diplomático de extenso bagaje internacional con especial formación en los asuntos de defensa.

Jorge Domecq (Jerez, 1960) es un diplomático de extenso bagaje internacional con especial formación en los asuntos de defensa. Licenciado en Derecho en Sevilla, ingresó en 1985 en la carrera diplomática. Fue asesor ejecutivo del gabinete del Ministerio de Defensa, director del gabinete del secretario general de la OTAN, con Javier Solana, y segundo jefe en la Embajada de España en Italia. En 2004, fue nombrado segundo jefe en la Embajada de España en Marruecos. También ha sido embajador en Filipinas.

-¿La Agencia Europea de Defensa (ADE) es el embrión de un Ejército europeo? Hay confusión sobre ello.

-No, el Ejército europeo no está ni siquiera en la agenda. La Agencia sí tiene una importancia grande, y por eso es la única agencia que incluyeron los redactores del Tratado de la UE; en el artículo 45 le encomienda que los estados miembros desarrollen acciones militares conjuntas y también el desarrollo de tecnologías en común. Porque en Europa sólo hay futuro si hay cooperación; si no es así, en quince años, Europa será irrelevante desde el punto de vista militar.

-Un ejemplo de lo que no debe ser.

-No puede haber en Europa seis programas de fragatas en paralelo, eso es ineficaz y, al mismo tiempo, es una epidemia para la industria que la terminará matando.

-¿No hay solapamiento con la OTAN?

-La OTAN y la Unión Europa son dos instituciones que nacen después de la Segunda Guerra Mundial, con el objetivo de que eso no vuelve a suceder nunca más: pero con misiones distintas. La función principal de la OTAN es evitar la renacionalización de las políticas de defensa en Europa y mantener la alianza militar con Estados Unidos. La UE es un proyecto mucho más ambicioso, más allá de los temas de defensa. Pero ahora nos encontramos con una situación nueva, donde la seguridad exterior y la interior ya no están tan claras como en el pasado. Por ejemplo, yo vivo ahora en Bruselas, quien vigila las calles en la operación antiterrorista es el Ejército, no son policías; quienes hacen labores de vigilancia de emigrantes en el Mediterráneo son las marinas nacionales.

-El Reino Unido es una de las dos grandes potencias europeas, y se marcha. ¿Menos seguros?

-La capacidad efectiva de defensa del Reino Unido es el 25% del total, pero hay que poner en cuestión que esto se vaya a acabar, porque va a seguir contribuyendo con su permanencia en la OTAN y porque creo que intentará poner en valor esto en sus negociaciones, creo que habrá alguna colaboración con la Agencia. Nosotros, por ejemplo, mantenemos relación con Noruega, Serbia y Ucrania, sin ser miembros de la UE.

-¿Cómo será esa salida?

-Bueno, de momento no han invocado el artículo 50 para la salida de la UE.

-La crisis en Ucrania y la expansión del EI en el arco sureste son las mayores amenazas para la Unión Europea.

-Son retos indudables, pero el mayor reto es el de no tener que depender forzosamente de un actor externo. Los vínculos con Estados Unidos son muy buenos, pero los mismos Estados Unidos nos piden que nos preocupemos más por nuestra seguridad.

-No somos independientes, autosuficientes.

-Somos muy dependientes, y se ha demostrado cada vez que ha habido una crisis donde Europa ha tenido que tomar el testigo. Te pongo el ejemplo de Libia. Estados Unidos llevó a la práctica de estrategia de liderar desde atrás, y dejó que la Unión Europea ejecutase los bombardeos. ¿Qué se puso de manifiesto? Que no teníamos aviones de avituallamiento en vuelo y que no teníamos suficiente munición de precisión, por lo que había que recurrir a Estados Unidos. Y no es que queramos montar una defensa al margen de Estados Unidos, sino que debemos dotarnos para proyectar seguridad en nuestro entorno.

-Independencia.

-Es el concepto de autonomía estratégica.

-Lo de Libia salió, al final, mal, la posguerra parece un desastre sin paliativos.

-No creo que sea culpa de la UE. Toda la situación en el Magreb y en el norte de África sigue siendo muy compleja. Con la Primavera Árabe, se puso de manifiesto unas fragilidades que la UE sabía que estaban allí, de ahí las políticas anteriores de cooperación. Ahora, lo que nos deberían demostrar las crisis libias y sirias es que el componente militar es muy importante, pero no el único: está el del desarrollo de esas zonas, el de evitar otra radicalización. No llamaría un fracaso sin paliativos a lo de Libia, pero es algo que puede ir a peor.

-¿Más Estado Islámico?

-Esperemos que no.

-Usted fue el director de gabinete del secretario general de la OTAN en los momentos más duros de los Balcanes. ¿Cree que el mundo, en general, va a peor?

-Si vemos la progresión histórica, el mundo ha experimentado una mejoría en los últimos 100, 50 y 25 años, aunque hay valles y picos. En estos momentos lo que hay es una explosión demográfica, descompensada en los territorios, y una revolución tecnológica, estamos en un momento de transición, pero hay una progresión. La Segunda Guerra Mundial fue una masacre y dejó a un continente destruido, peros e salió mejor que de la Primera Guerra Mundial. Y, ahora, la crisis se ha soportado mejor porque hay unos grandes sistemas de protección social, pero para que existan, también es necesario invertir en defensa.

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