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rosario troncoso | escritora y editora

"Creación y crianza se plantean como mundos opuestos"

Rosario Troncoso, coordinadora de 'Maternidades'.

Rosario Troncoso, coordinadora de 'Maternidades'. / Lourdes de Vicente

39 VOCES, 39 SEMANAS. Rosario Troncoso (Cádiz, 1978) ha coordinado junto a Carmen Canet Maternidades (Sonámbulos), una antología de autoras españolas e hispanoamericanas que trata sobre las diversas facetas de la maternidad, y que reúne a nombres como Gioconda Belli, Raquel Lanseros, Eliana Dukelsky o Ioana Gruia. Editora y gestora cultural, como escritora Troncoso ha firmado los poemarios El eje imaginario, Fondo de armario, Los ángeles fríos o Tapar los espejos, entre otros. También ha editado la revista cultural El ático de los gatos.

–Publica ‘Maternidades’, una antología con muy variadas visiones sobre la experiencia.

–Pues ha sido, todavía está siendo, una experiencia muy enriquecedora, uniendo a voces muy diferentes y a gente muy diferente. Todas estas escenas, poemas, aproximaciones... hablan sobre una vivencia que es desde luego común a todas las que escriben, pero tan distinta. Y ha incluido un momento de desconcierto, prohibición de Instagram mediante, porque en la portada –una fotografía de Joaquín Puga– se insinúa el pezón de una mujer embarazada.

–Sin duda, el nuevo sujeto de escándalo... Treinta y nueve textos en los que hay espacio, imagino, tanto para lo inesperado como para el reconocimiento.

–Dentro de esos momentos en los que no te pones a pensar cuando se habla de la maternidad está, por ejemplo, Virtualidad de Medea, la colaboración de Ana Sofía Pérez-Bustamante, que se adentra en los aspectos oscuros: la depresión postparto, la desesperación, esa obsesión de que tú misma puedes matar al bebé,  o el miedo constante, porque hay cosas que nadie te cuenta... O Jamón, de María Rosal, en la clave de madres como dadoras eternas de comida, hasta en época universitaria. Bellido, por otro lado, se centra en el paso del tiempo...

–El libro entra de lleno en el tema eterno, si hay literatura de mujeres o no.

–Que se suele despachar, además, con un qué coñazo. Este libro pretendía ser un lugar en el que las mujeres contáramos nuestras experiencias, protestar ante ciertas realidades, pero ni siquiera lo hemos hecho con el objetivo de crear conciencia. Estamos encontrando, además, que tiene también una muy buena recepción entre los hombres.

–¿Cree que todavía conlleva un demérito tocar un espacio tan intrínsecamente de mujeres?

–Uy, a mí ha llegado algún escritor de trayectoria hasta a decirme que quitara mis “cosas de mamá” de mis redes porque eso me restaba seriedad ante los editores. Bueno, pero es lo que soy, tampoco voy a ocultarlo per se. Ya volvemos a entrar en esa dinámica de qué tenemos que hacer para que nos tomen en serio. ¿Decir lo que pensamos, callarnos, llevar un escote, llevar cuello alto? Es una continua lucha para que te tomen en serio, una presión que creo sólo tenemos nosotras.

"La otra trampa es la que dice que tú puedes con todo porque tienes talento natural y eres una máquina"

–También está la cuestión de la dicotomía entre maternidad y creación.

–Eso también lo he escuchado: que si tenías niños ya te ibas a “embrutecer”. Que, inevitablemente, ibas a dejar detrás todas las cosas que te gustaban, todos los estímulos o cualquier afán creativo. Se plantea la disociación entre ambos mundos: en vez de normalizar, te estresa, porque lo que te dictan es que lo tienes que hacer todo y, como no puedes hacerlo todo, pues has de renunciar a algo. Por contra, sin embargo, las soluciones reales a esto son pocas.

–Bueno, ese es un temor común, el del ostracismo.

–El miedo a que no te llamen. Lo que puedo decir es que si te relegan porque tienes niños, lo que quiera que sea no merece la pena. A partir de la maternidad, en la literatura, yo he tenido tanto experiencias negativas como de comprensión... No es distinto al mundo laboral.

–Como en tantas cosas, el diagrama de tijera lo da la descendencia.

–La paternidad está bien, y en absoluto quiero quitarle intensidad, pero no tiene nada que ver en referencia a estos contextos de los que hablamos, donde ser madre todavía pesa muchísimo. Hay mujeres que, por ascender laboralmente, incluso renuncian a ser madres:cosa que veo bien, porque es decisión de cada cual. Pero la cuestión es por qué renunciar a ser madre si crees que también te completa. Pasará mucho tiempo hasta que esta doble medida se erradique. Mira, recuerdo que en mi casa, el huevo frito reventado se lo guardaban mi madre o mi abuela para ellas. Qué coraje.

–He aquí la esclava del Señor.

–Completamente. Las mujeres de antes, se dice, estaban hechas de “otra pasta”, “podían con todo”. La abnegación ante todo. Pero mi abuela decía que muchas veces se sentía como un horno. Y luego está la otra trampa, la que te dice que tú puedes con todo porque tienes un talento natural y eres una máquina. Y no, máquinas no, como no somos hornos .

–Y, ¿arrienda las ganancias, aunar crianza y creación?

–Pues yo creo que sí. Lo que ha tenido de genial este proyecto es haberlo encontrado sin buscarlo. Nació a partir de las largas conversaciones que tuvimos Carmen Canet y yo en el confinamiento. Ella ya es abuela, sus experiencias son otras, pero de alguna forma esta iniciativa creo que ha servido a todas sus participantes como un ejercicio de liberación de energía bestial, porque las dificultades que plasmamos las hemos vivido todas. Y en este camino nos hemos sentido acompañadas en un proyecto que ha servido de impulsor de ánimo de unas a las otras, y que se retroalimentaba.

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